Dicen quienes conocen a Ramón Tamames que se trata de un transhumanista. Un hombre que, por la cantidad de facetas exprimidas, parece haberse reencarnado varias veces. Lo que abarca casi un siglo para alguien gobernado por la curiosidad. "¿Cómo va a desaprovechar esta oportunidad?", bromea uno de sus alumnos más queridos. Porque, de entre todas esas facetas político, economista, tertuliano, medioambientalista, empresario, consultor, funcionario, historiador, novelista, botánico, articulista— su vertiente docente ha sido la más intensa. De ahí esa coletilla de presentación: profesor Tamames, maestro de decenas de miles de alumnos.

Técnico comercial del Estado desde 1957, si bien en excedencia desde 12 años después, Tamames es catedrático en Estructura Económica desde 1968. Un estatus que inauguró impartiendo clases en la Facultad de Ciencias Ecónomicas y Empresariales de Málaga, dependiente entonces de la Universidad de Granada, y que desarrolló entre 1975 y 2005 en la Universidad Autónoma de Madrid, donde fundó su departamento.

Tal fue la impronta que dejó Tamames que su jubilación fue homenajeada con la publicación de un libro: Perfiles de Ramón Tamames (Ediciones 2010). Una edición laudatoria, difícil de encontrar, en la que 30 amigos —entre ellos Francisco Umbral, alumnos y compañeros despacharon sus vivencias con el candidato a la Presidencia del Gobierno propuesto por Santiago Abascal. 

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"A mí Tamames me dio clase (como a media España, supongo) y era de esos profes fascinantes que acababan manchados de tiza hasta los zapatos. No voy a decir que Vox le utiliza porque a sus 90 le da mil vueltas al pobre Abascal. Pero, joder, ¿el ego no te deja descansar jamás?", tuiteó la semana pasada el periodista Daniel Arjona

"Ramón siempre ha sido un hombre muy didáctico, muy claro en sus explicaciones", asegura uno de sus discípulos en conversación con EL ESPAÑOL. La moción de censura, deslizan sus allegados, será preparada por Tamames como una clase magistral sobre el espíritu de la Transición. Un experimento interesante, no cabe duda, difícil de equiparar mundialmente, aunque puede que el Congreso de los Diputados no sea el sitio ideal para el juego propuesto de probetas.

Portada de 'Perfiles de Ramón Tamames' (Ediciones 2010, VV.AA), publicado en 2005. E.E.

¿Cómo era como profesor? El testimonio, recogido en el libro, es de José Antonio Negrín de la Peña, alumno de Tamames en 1984 y profesor universitario: "Aprendimos grandes cosas. La mayoría de nosotros eligió la especialidad que, al año siguiente, debería marcarnos nuestro futuro profesional. Además fue muy divertido. Aplicamos la máxima tamamesiana de viajar y nos fuimos a Italia de viaje de paso de ecuador. A algunos nos costó un año bajarnos de aquel autobús que nos llevó a Florencia, Venecia, Pisa, Siena y a la inmortal Roma".

Tamames intentaba, además, transmitir la pasión por la lectura a través de autores poco comunistas pese a su pasado militante. "Es que Ramón nunca fue comunista", insisten en su entorno, "sino que militó en el PCE porque era la manera más pragmática de luchar contra Franco". Su fama y su pasado combativo contra el régimen siempre fueron, de hecho, uno de sus principales atractivos como profesor. El de un hombre que estuvo dos veces en la cárcel, la segunda, en 1976, en plena Transición.

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"Ramón, empedernido lector, veía necesario inculcarnos esa costumbre a los alumnos, y para superar la asignatura tuvimos que elaborar dos fichar de lecturas sobre La tiranía del statu quo, de Milton y Rose Friedman, y La anatomía del poder, de John Kenneth Galbraith, además de los numerosos artículos que bajo la denominación de Casos teníamos que, semanalmente, trabajar para ser comentados en clase", escribe Negrín de la Peña.

Tamames valoraba el desempeño de los alumnos a través de una práctica extendida entre los profesores: la presentación de una antología de los trabajos hechos durante el curso, bautizada como la carpeta azul. "Todas esas fichas de lecturas y casos", sigue Negrín, "forman la Carpeta Azul, de obligada cumplimentación y entrega para poder superar la asignatura. En esa carpeta, Ramón también incluye una relación de grandes obras, a modo de sugerencia, para leer en verano (aproximadamente unas 20). En un sistema educativo como el actual que obliga poco al alumno, la carpeta azul es una revolución", exagera el alumno.

Ramón Tamames junto a su familia tras salir de la cárcel de Carabanchel, en 1976. E.E.

"Fui su alumno en la Facultad de Económicas, y de la capacidad intelectual de Ramón Tamames cabe esperar una censura al Gobierno sobradamente fundamentada, perfectamente estructurada y atractivamente expuesta no me cabe ninguna duda", opinaba un tuitero anónima esta semana.

"Fui alumno de Tamames 2 cursos (Estructura I y II), cuando tenía la cátedra en Málaga, donde viajaba en avión todas las semanas sin faltar ni un día. Sus clases: preciosas, amenas y magistrales. Lo 'veo' mirando mis colillas en el suelo durante un examen... Qué vértigo", rememoraba otro. "Era un catedrático muy accesible a los estudiantes, cosa que otros en aquella época ponía más barreras", loa uno de sus discípulos.

"Profesor" de la Reina Sofía

No han sido las aulas, sin embargo, el único lugar donde Tamames ha impartido magisterio. Impartir clases ha sido, quizás, su manera de estar en el mundo. No sólo por ese think tank personal, la Sociedad de Pensamiento Lúdico, que tiene el viejo profesor. También en sus centenas de conferencias y clases y coloquios privados. Su "alumna favorita", se anota en el pie de foto de una de las imágenes de libro, fue la Reina Sofía.

"La Reina Sofía, que es una señora muy culta, tenía un grupo de amigas muy curiosas que le organizaban tertulias muy interesantes", desvela en conversación con EL ESPAÑOL un íntimo amigo de Tamames. "Acudían muchos intelectuales a hablar con ellas, un grupo, a lo mejor, de 15 mujeres, que hablaban de todo".

Ramón Tamames junto a la Reina Sofía, durante su acto de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, en enero de 2013. Casa Real

"El perfil de Tamames era perfecto para lo que buscaba la Reina", sigue este amigo, "un tipo que sigue la actualidad económica nacional e internacional, que sabe por dónde va el mundo. Liberal en lo ecónomico, pero muy adelantado socialmente".

Esas tertulias culturetas, en las que también participó Tamames, configuraron una importante fuente de conocimiento a la Reina. La buena sintonía entre ambos quedó constatada públicamente en enero de 2013, cuando Doña Sofía presidió su acto de entrada en la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas.

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