Año récord de siniestros laborales: 826 muertos como Unai Martínez y José Antonio González
El año pasado fallecieron 826 personas, más de dos al día en España por accidentes en el trabajo. Es la cifra más alta de los últimos 14 años.
10 marzo, 2023 03:48Uno era Unai Martínez, el otro José Antonio González. Uno tenía 35 años y era operario en A Coruña. El otro tenía 60 y trabajaba en Madrid como barrendero. Ambos fallecieron a causa de un accidente laboral en 2022, año con más víctimas laborales desde 2009.
Un total de 1.196.425 personas tuvieron un accidente de trabajo en España el año pasado, de los cuales 564.701 fueron sin baja y 631.724 con baja. De estos, 826 son mortales -como los de los mineros de Barcelona-, lo que supuso un aumento del 11% respecto a 2021 llegando así a la cifra más alta desde hace 14 años, según los datos provisionales del Ministerio de Trabajo. Esto quiere decir que en España murieron más de dos personas al día en sus trabajos. El 94% eran hombres y el 6% eran mujeres. "Este año, cuando tengamos los datos consolidados aproximadamente en octubre, veremos que el número de accidentes mortales de 2022 ha ascendido hasta 870, estando así en unos niveles cercanos a los de 2008-2009. Nos da mucha preocupación", afirma a EL ESPAÑOL Mariano Sanz, secretario de Comisiones Obreras de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental.
De estas defunciones, 679 pertenecen a accidentes durante la jornada laboral, y 147 del camino de ida o vuelta a sus puestos de trabajo, lo que se conoce como accidentes 'in itinere'. En cuanto a las causas del fallecimiento destacan los infartos, derrames cerebrales y otras causas naturales durante el horario laboral, con 285 víctimas, lo que implica un incremento del 29% respecto al año anterior. Otras de las causas fueron por aplastamiento o amputación, con 103 fallecidos.
¿La de Unai? Una parada cardiorrespiratoria. Empezamos con su historia. Unai Martínez era un vecino de Palavea (A Coruña) y fundador de la Peña deportiva blanquiazul Cheka. Unai empezó a trabajar el 22 de marzo de 2022 en una refinería de A Coruña, subcontratado por la empresa Nervión Industries. Él ya había trabajado con anterioridad en otras instalaciones de Castellón, Bilbao y Portugal, y contaba con formación y experiencia en el sector, además de todos los cursos obligatorios actualizados. "Esto fue un aspecto clave para que lo contrataran, ya que para trabajar, si no se tiene esa formación, no contratan a nadie. Prefieren que los empleados ya tengan los cursos formativos que hacerlos ellos mismos para abaratar costes", cuenta a EL ESPAÑOL Lorena, mujer de Unai.
Ella asegura que desde el primer día él estaba "descontento" y veía cosas "que no le gustaban, como una mala organización". El sábado 26 de marzo se fue a trabajar y una encargada, "viendo que había un camión parado que producía muchos costes", decidió que llevaran a cabo esa misma mañana un trabajo contratado con otra empresa para el siguiente martes. El permiso para ese día "no estaba autorizado ni se exigía ERA (equipo de respiración autónoma)". En cambio, para el mismo programado para el martes siguiente, sí que se exigía, afirma Lorena.
"Dos encargados dieron la orden de realizar ese trabajo junto con otros dos encargados de Nervión, sin cuestionar nada, y dieron la orden directa a Unai y a su compañero de realizar ese trabajo, que consistía en la apertura de una tapa. Cuando abrieron la tapa hubo un escape de gas sulfhídrico que lanzó a Unai del andamio en el que estaba, provocándole una parada cardiorrespiratoria. En la refinería no había servicios médicos ni ambulancia medicalizada. La ambulancia llegó pasados 45 minutos y las primeras labores de reanimación se las realizaron sus propios compañeros. Lo estabilizaron, pero prácticamente desde el primer momento nos dijeron que el daño cerebral era muy grande", recuerda su mujer.
Unai falleció 3 días después, el 29 de marzo, y donó sus órganos para "ayudar con su muerte a siete personas".
— ¿Este caso lo habéis puesto en manos de la justicia?
— El proceso judicial ha comenzado hace muy poco. Hay cuatro imputados y rezamos para que la justicia sea justa con Unai. Todos tenemos fallos, pero cuando son tan graves como para que una persona pierda la vida, hay que hacerse responsable de ello y no escudarse detrás de multinacionales que compran todo con dinero, hasta la vida de las personas. Nadie ha asumido ninguna responsabilidad y no han tenido ni un mínimo de humildad, al contrario. La refinería publicó en prensa los resultados de una investigación interna que firmaron todos los sindicatos, excepto la CIG (Confederación Intersindical Galega), en el que volcaba toda la responsabilidad en los trabajadores y en su falta de preparación y formación.
Lorena también asevera a este periódico que, desde la muerte de Unai, otros dos trabajadores han perdido la vida en la misma petrolera y que, tanto en esa empresa como en otras, "prima más la producción que la seguridad de los empleados". Tras la muerte de Unai se ha creado una asociación a su nombre para que "su muerte no se olvide"; también para realizar labores sociales y culturales y para "continuar con el legado que él desempeñó de forma desinteresada, pero que tantas veces prestó con el fin de ayudar a todos, sin excepción".
Opina Lorena que su marido era un chico especial y conocido por "sus obras sociales y por su solidaridad con los más desfavorecidos. Lo llevamos siempre en nuestros corazones. Lucharemos por él como él hubiera luchado por cada uno de nosotros".
Insuficientes protocolos de seguridad
En 2022, la industria, la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y la construcción encabezaron la lista de mayor incidencia de siniestralidad laboral. Mariano Sanz, de Comisiones Obreras (CCOO), explica a este periódico que el problema tiene que ver con una prevención de riesgos laborales básicas vinculada a la seguridad. "Cuando una persona se cae de un andamio o se queda atrapada, lo que falla es la seguridad, y desde luego para nosotros el valor que había desde el punto de vista sociolaboral de la prevención ha caído en los últimos años de una manera muy significativa".
A estos tres grandes sectores lo siguen el transporte y el almacenamiento. Nosotros seguimos con José Antonio González, barrendero de Vallecas (Madrid) que murió el 15 de julio de 2022 en horario laboral por un golpe de calor.
El suceso ocurrió alrededor ese mismo viernes sobre las 17:30 horas, cuando los servicios de Emergencias Madrid recibieron una llamada de un testigo que alertaba de un hombre desplomado en la calle. El equipo acudió al lugar de los hechos y encontró al trabajador inconsciente y con una temperatura corporal de 41,6 grados. A pesar del intento de los sanitarios por aplicar frío en axilas, ingles y nuca, no consiguieron que el hombre recobrase el sentido. Finalmente falleció en el Hospital Gregorio Marañón.
José Antonio tenía 60 años y trabajaba con un contrato temporal como barrendero. Pertenecía al servicio de limpieza viaria de la compañía Urbaser y había iniciado su prestación laboral en dicha empresa en verano de 2022. Pese a las altas temperaturas y a la ola de calor que se sufría por aquel entonces en la capital española, el único protocolo de seguridad que le explicaron a José Antonio era que tenía que "beber mucha agua y refugiarse por zonas de sombra".
"En aquel momento mi padre iba sólo, y si hubiera ido acompañado puede que hubiera tenido otro final. No había un protocolo concreto de actuación ante una situación así. Lo suyo sería, en mi opinión, modificar las rutas, cambiar el horario y empezar por zonas donde haya mayor sombra en momentos donde las temperaturas sean más altas; también cambiar la vestimenta por una que permita transpirar mejor. Y eso no lo había. Le informaron de cosas lógicas como hidratarse e ir por zonas de sombra, pero no un protocolo como tal. Eso no era suficiente y no va a impedir que vuelva a pasar lo que le pasó a mi padre", confiesa a EL ESPAÑOL Miguel Ángel González, hijo de José Antonio.
Ahora, la familia de este hombre pide que se realicen cambios para que "esto no vuelva a suceder". "Consideramos que es imprescindible que se tomen medidas de prevención de riesgos, y no sólo en las empresas de limpieza. Nosotros interpusimos medidas judiciales y nuestros abogados son los que saben el estado de las denuncias. Queremos que nadie más tenga que sufrir lo que nosotros estamos sufriendo, y le pedimos tanto a la empresa, como al Ayuntamiento de Madrid y al resto de empresas que se pongan en marcha otras medidas en cuanto a prevención de riesgos. Las que había en su momento no eran suficientes para prevenir lo que pasó, que claramente se podría haber evitado. Son muchos los accidentes de trabajo y la gran mayoría son invisibles, por lo que hay que presionar en aquellos casos donde las personas salen a la luz, como es el caso de mi padre, para que no se repita", lamenta Miguel Ángel.
Prioridad cero del Gobierno
En este sentido, Sanz denuncia que la prevención de riesgos laborales se ha "mercantilizado" y hay una competencia entre las empresas en la que "no se aborda una competitividad en base a la calidad, sino al precio". Por ello, él señala que lo primero que hay que hacer es crear una buena evaluación y, a continuación, unos planes de prevención para evitar esos riesgos. "Ahí es cuando hay que formar a las personas para que este tipo de accidentes se eviten, porque todo el mundo sabe que si estás en una cuarta planta tienes que estar enganchado, el problema es que tengas buena accesibilidad, que el andamio esté en buenas condiciones y que tengas una protección adecuada".
CCOO expuso al Gobierno a mediados de febrero una presentación pública de estrategia para evitar el aumento de siniestralidad laboral, aunque Sanz sentencia que "a estas alturas del mandato, y con el tiempo que hay, no hay mucho margen de maniobra para extender estas negociaciones. Si nos lo plantean lo intentaremos aprovechar, pero desde luego la prevención de riesgos no ha sido una prioridad para este Gobierno".
El goteo de accidentes mortales de 2023 no frena y Sanz prevé que las cifras de este año sean más altas que las de 2022. "La siniestralidad laboral es el peor indicador socioeconómico que tenemos encima de la mesa, y está aumentando muchísimo más que el año pasado".