Con el paso del tiempo, se ha experimentado un auge de lo informal, y con ello los zapatos se han quedado aparcados en los armarios de nuestras casas. Ahora, lo moderno es llevar zapatillas, como esos jubilados que se las ponen para aparentar menos años. Es esta una lucha titánica contra el paso del tiempo, que es constante e infatigable, el peor de los enemigos.
Sin embargo, esto ha hecho que la calle y sus gentes se vean más alegres, menos serios, grises o preocupados. En definitiva, más guapos y joviales. Las zapatillas se han convertido en una verdadera revolución, y ya las hay de todos los colores, tamaños, diseños o con todo tipo de suelas. España, desde hace tiempo, es líder en producción de calzado, y desde hace unos años son múltiples las marcas españolas que se han lanzado a diseñar zapatillas.
Este es el caso de Morrison, marca española de zapatillas fundada en 2016 por tres amigos de la infancia: Álvaro Patón, Álvaro Rodríguez y Pablo Recuenco. Este último, fundador y responsable de comunicación de la marca, recibe a EL ESPAÑOL en las oficinas de Morrison, situadas en el barrio de Salamanca, en pleno centro de Madrid. En el último año esta empresa, que cuenta con 32 empleados, ha facturado 5,5 millones de euros, y ya miran con determinación al mercado internacional.
Así comienza Morrison
Los tres fundadores de la marca se conocieron con unos 15 años, y desde siempre tuvieron la idea de montar algo juntos. En aquel momento, no tenían los recursos suficientes para montar lo que querían, así que cada uno emprendió su camino, pero siempre con esa pasión común de construir algún negocio. Pasados unos años, surgió un nuevo modelo de negocio, que descubrió a un montón de emprendedores la posibilidad de tener un producto, venderlo por internet y promocionarlo a través de las redes sociales. Ya no hacía falta tener almacenaje, una tienda y un montón de empleados, ahora podías trabajar en tu empresa desde el salón de tu casa.
"Con esa premisa, con ese modelo de negocio, simplemente nos faltaba saber qué queríamos vender. Como los tres fundadores somos muy apasionados de la moda, en concreto de las zapatillas, decidimos que ese era el producto que queríamos vender. Además, tenemos la suerte de que en España la industria del calzado es muy potente. En diversas áreas: Elche, Aragón, Toledo, etcétera. Eso nos dio las herramientas perfectas para trabajar en cercanía, que además para nosotros es un valor muy importante. Entonces, con esa premisa clara, nos lanzamos a fundar Morrison, y lo hicimos con una campaña de crowfounding", relata Pablo a EL ESPAÑOL.
Cuenta Pablo que desde el principio se encontraron muchas dificultades, la mayor de ellas es no saber cuál es el siguiente paso que hay que dar para continuar con tu negocio. Sin ir más lejos, a ellos les costó mucho encontrar un fabricante nacional, a todas las personas que preguntaban les mandaban a producir en China. Sin embargo, con perseverancia consiguieron dar con un fabricante que se adoptase a sus gustos y necesidades. Luego, en el desarrollo de toda la empresa se han encontrado con situaciones a las que nunca hubiera imaginado tener que enfrentarse, y que han superado por la pasión que sienten por lo que hacen.
El faro de Morrison
Cuando los fundadores de Morrison estaban pensando que nombre ponerle a su futura marca de zapatillas, tenían claro que este debía cumplir una serie de requisitos: que fuese una única palabra (para que la gente pronuncie toda la palabra), que no se pudiera acortar, que no tuviera más de tres sílabas, que se pronunciase de la misma forma en que se lee, y que se pronunciase igual en todos los países occidentales. Además, saben que Morrison es una palabra que a cada persona le evoca algo distinto, siempre relacionado con la música, las motos o la playa.
"El faro, que es el símbolo de la marca, es una historia más personal de los tres fundadores, y de nuestro grupo de amigos. Hemos viajado mucho todos juntos, generalmente por zonas costeras, y queríamos simbolizar esa amistad de alguna manera. Entonces surgió la posibilidad de hacerse un tatuaje que fuera uña seña de identidad, y de ahí el faro", declara Pablo a EL ESPAÑOL. El faro también se incluye en el lema de esta marca: "Busca tu verdadera pasión, el faro te guía".
En cuanto al diseño de sus zapatillas, reconocibles además de por su logo por compartir una misma estructura, Pablo nos cuenta que al comienzo de esta empresa fueron ellos mismos lo que comenzaron diseñando su producto. Ahora, se encarga de ello Álvaro Rodríguez y el grupo de diseñadores que tiene Morrison. Aunque en la actualidad las tareas están repartidas, los tres fundadores dan siempre el visto bueno a los diferentes diseños que salen a la venta.
Sus zapatillas pueden encontrase en 400 puntos de venta repartidos por toda España. Están presentes tanto en grandes almacenes como en pequeños comercios de calzado. Además de contar con tres tiendas propias, dos en Madrid y una en Sevilla. Por el momento, cuenta Pablo a EL ESPAÑOL, que lo que buscan es continuar con sus tres tiendas físicas y reforzarse en la venta a través de internet. El año pasado llegaron a vender alrededor de 100.000 pares de zapatillas.
Pensando en el futuro, admite Pablo que les gustaría seguir creciendo en el mercado internacional, que ya supone el 30% de sus ventas. Ahora mismo, Morrison vende sus zapatillas en Francia, Alemania, Austria, Bélgica y Australia. Estos chicos no tienen ninguna receta mágica para llegar hasta donde han llegado, solo la constancia y la pasión en el trabajo. Y esto no es poco.