El 27 de septiembre de 2021, Sofía Álvarez de Eulate venció a Marco Antonio al resolver las 25 preguntas que le hizo Roberto Leal en el Rosco de Pasapalabra, llevándose un bote de 466.000 euros que celebró por todo lo alto.
De esa manera, Sofía se convertía en la segunda ganadora del premio del concurso en su nueva etapa en Antena 3. Antes se lo llevó Pablo Díaz y esta semana se conocerá su sucesor en el duelo entre Rafa Castaño y Orestes Barbero.
EL ESPAÑOL ha charlado con la psiquiatra para recordar su paso por Pasapalabra, su participación en la edición internacional del concurso en Chile, su vuelta en el Duelo de Campeones celebrado recientemente y a qué destinó el dinero del premio logrado.
Bote breve
Casi tres meses después de que Pablo Díaz hiciera historia en Pasapalabra y se llevara el bote con 1.828.000 euros al vencer en El Rosco a Javier Dávila, en septiembre de 2021 Sofía Álvarez de Eulate escribió su nombre en la historia del concurso al ganar los 466.000 € que se habían acumulado desde la marcha del tinerfeño.
En los 62 programas que necesitó para conseguir llevarse el bote Pasapalabra, Sofía logró vencer a sus rivales en 26 ocasiones, empató 18 veces, acertó 1.363 palabras en total en El Rosco y superó 18 sillas azules.
Aunque el importe no fue tan abultado como el de Pablo o el que se llevarán Rafa u Orestes, la psiquiatra hizo un buen uso de él invirtiéndolo en su casa, en formación para sus hijos y un viaje familiar a Jamaica sin escatimar en gastos.
- ¿Cómo le cambió la vida el ganar el bote de Pasapalabra con 466.000 €?
- Lo primero que noté es que empecé a dormir mejor, no solo por el dinero, que tardas un tiempo en cobrarlo, sino porque tenía paz y la sensación maravillosa de haber cumplido un sueño. Me sentía tan bien después de haber ganado y hay tan pocas oportunidades en la vida de sentirnos ganadores que recuerdo que cuando completé el Rosco y me caía el confeti encima pensé: 'Todo el mundo se merece tener un momento de victoria así en su vida, vivir una sensación como esa'.
En mi caso, al llevarme el bote, se sentían representados en mí los sanitarios, los psiquiatras en concreto, el personal del Hospital de Basurto… Recibí muchas felicitaciones, hasta una del colegio de médicos.
Tras llevármelo pude empezar a descansar después de haber dedicado mucha energía a viajar para grabar el programa y numerosas horas al estudio. En aquel momento tenía, además, tres trabajos y estaba agotada. Era durísimo compaginarlo todo y aprendes a aprovechar cada minuto del día. A pesar de todo, lo mejor de llevarme el premio fue poder compartirlo con mis hijos.
- ¿En qué invirtió el dinero?
- En Euskadi, Hacienda se queda con el 47% del premio, con lo que me quedó, lo primero que me compré fueron unos armarios empotrados que necesitaba en casa y que me dio mucho gusto no tener que pagarlos a plazos. También un Máster y una academia para mi hijo porque se está preparando una oposición.
Otra de mis ilusiones era hacer un viaje a Nueva York con toda la familia. Pero me topé con problemas burocráticos porque había estado previamente en Irán y para tramitar la entrada en Estados Unidos me pedían pasar un tiempo en Madrid. Además, con el Covid se complicó todo y alargó todos los plazos, así que cambiamos el destino por Jamaica. Creo que es el típico lugar al que, si no hubiera ganado Pasapalabra, no habría ido nunca, y fue maravilloso. Tenía miedo de decepcionarles con lo de cancelar Nueva York, pero no, Jamaica les pareció un planazo.
- ¿Se dio algún capricho más?
- La verdad es que mi capricho principal era poder llevar a mi familia de viaje y que no les faltara de nada y así fue, pudieron probar todos los cócktails, ver todas las cataratas, los saltos de agua… Fue un lujo poder llevar a mi familia a Jamaica y decirles que se sintieran libres de hacer, pedir y comprar lo que quisieran.
- ¿Cómo es su vida ahora?
- Antes del bote tenía tres empleos, estaba en dos consultas privadas que quería cerrar ya desde antes de ganar el bote y lo habría hecho de todas formas, no obstante, gracias al dinero del premio las he podido dejar con mucha más paz. También trabajaba en el hospital, donde voy a seguir hasta que me jubile.
Quería vivir más despacio porque llevaba un ritmo frenético y vivía como una loca. Pienso que sigo dando pasitos en esa dirección, este año, por ejemplo, no he trabajado los viernes. Puedo decir que Pasapalabra me ha devuelto mis tardes, para ir al cine, para ir al gimnasio, para estar en casa tranquila… que me las había quitado el trabajo.
También ahora, que ya ha pasado Pasapalabra, puedo leer por mero placer y no para recopilar datos como hice durante mucho tiempo. Además, afortunadamente, mis lecturas ya no son el María Moliner ni el Larousse (risas). Eso sí, confieso que me sigue pasando que, cuando alguien dice una palabra que no conozco bien su significado, estoy deseando poder comprobarla en la RAE. Se me ha quedado esa deformación profesional (risas).
- ¿La reconocen por la calle?
- Sí, en el Hospital de Basurto donde trabajo, cuando estoy haciendo la ronda por los pacientes ingresados, me dicen: “¡Anda, si me va a atender la de Pasapalabra!”, y les encanta. Ya desde antes de llevarme el bote la gente por la calle del pueblo me decía que querían que ganara yo y me daban ánimos. Hasta la Ertzaintza salía a la ventana cuando pasaba y me felicitaban. A veces estoy cruzando un semáforo y oigo: “¡Pasapalabra!”. La verdad es que la gente se volcaba conmigo antes de ganar y también cuando gané. Nunca me han hecho un comentario feo ni he vivido situaciones incómodas cuando alguien me ha reconocido.
Pasó de Pasapalabra
Concursar en Pasapalabra significaba una cosa muy seria para Sofía, tanto que, pese a superar el casting de forma holgada, prefirió esperar, y formarse bien para hacerlo lo mejor posible. “Me presenté las pruebas y a los 15 días ya me estaban llamando para acudir al plató. Les dije que no porque soy muy estudiosa y muy orgullosa. No me había dado tiempo a prepararme nada”, comenta la vasca.
- ¿Cuánto tiempo tardó en participar en Pasapalabra?
- Les dije que me iba a encerrar a estudiar seis meses y que me llamaran otra vez en ese plazo si les seguía interesando. Efectivamente, me volvieron a llamar, pero yo seguía sin sentirme lo suficientemente preparada y les pedí otros seis meses, les iba dando largas... Nunca había ido a televisión ni me había presentado a ningún concurso así que tenía miedo, creo que los del programa pensaban que tenía un problema de timidez patológica o algo así, no entendían muy bien porque lo iba rechazando, pero para que no se olvidaran de mí, mientras me iba presentando a todos los casting que hacían por España y veían que iba subiendo el nivel. Así estuve más de tres años. Gracias a la pandemia me metí a estudiar a tope y ya sí sentí que estaba lista para ir a Pasapalabra.
- ¿Cuántas horas le dedicaba al estudio cuando preparaba el programa? ¿Y durante la grabación del mismo?
- Como tenía tres trabajos, salía de casa a las ocho de la mañana y volvía a las ocho de la tarde, así que me ponía sobre las nueve, antes de cenar y hasta que me quedaba dormida. Muchas veces me he quedado sopa estudiando encima del ordenador. Los fines de semana, que era el único tiempo que tenía libre, sí que le dedicaba muchas horas, fácil 12 o 14. Durante la grabación del programa le dedicaba también todo el tiempo que podía, en el metro, en el autobús, en el avión, mientras comía… todos mis libros y apuntes están manchados porque no paraba para nada.
Sus recuerdos
Sofía solo necesitó ocho semanas en el concurso de Antena 3 y 62 programas para llevarse casi medio millón de euros tras derrotar a Marco Antonio, con el que protagonizó multitud de duelos en la prueba final del programa en sus 55 enfrentamientos.
La primera llamada que hizo la vasca fue para su hijo, que estaba en el gimnasio, al que anunció que se había llevado el bote. Ambos, entre lágrimas, apenas pudieron articular palabra: "Te lo has ganado. No me lo creo", afirmó Íñigo. Posteriormente llamaron a Irati, su hija, para anunciarle la noticia: "Prepárate que voy a ir a Londres a verte en cero coma", le dijo Sofía. Los tres despidieron entre lágrimas por la emoción aquel 27 de septiembre.
- ¿Cómo recuerda el día y el momento en el que completó el Rosco?
- Fue el número 15 y volvíamos de después de unas pequeñas vacaciones. Esos días los había dedicado a estudiar a muerte, llegué al programa absolutamente fundida, estaba agotada. Cuando empezó el Rosco, las respuestas me iban saliendo solas, lo que no sabía es que me las sabía todas, menos mal porque si no me hubiera puesto muy nerviosa. Cuando ya solo te queda una empiezas a dudar de todo aunque te la sepas, solté la respuesta sin estar del todo segura y cuando vi que habrá acertado (con la H, apellido del compositor autor de la banda sonora de la película El hombre que vendió su alma: Herrmann) no me lo podía creer, tardé un poco en reaccionar, hasta que me empezó a caer encima el confeti.
- ¿Guardó bien el secreto de su victoria desde que se grabó el programa hasta que se emitió?
- La espera desde que lo gané hasta que lo emitieron se me hizo muy larga. Afortunadamente, lo sabían mis hijos, porque no sé si hubiera sido capaz de mantener el secreto con ellos ese tiempo. En la calle me decían: “¡Qué pena, ya hemos leído que has perdido!”, porque salen noticias falsas, yo les tenía que decir: “Bueno, la vida es así…”. A mí no me gusta nada mentir así que la espera se me hizo complicada, en el trabajo me preguntaban constantemente y yo me inventaba excusa tras excusa porque no podía contarles que había ganado.
- ¿Ha vuelto a hablar con él que fuera su rival aquel día, Marco Antonio?
- Sí, hemos hablado varias veces. La noche de mi victoria perdimos los dos el avión de vuelta a casa así que acabamos yéndonos a cenar juntos y ya, sin la tensión del concurso, hablamos de otras cosas y estuvimos muy a gusto. Luego hemos seguido en contacto, pero no nos hemos visto, tengo pendiente visitarle en Cádiz. Se hizo una reunión de Pasapalabreros que me coincidió con mi viaje a Jamaica y no pude ir.
Vuelta a Pasapalabra
A finales de enero, Antena 3 decidió hacer una pausa entre los enfrentamientos de Orestes y Rafa y organizó el Duelo de campeones, una liga especial en la que algunos de los concursantes más carismáticos se enfrentaron en distintos duelos por un bote de 50.000 euros.
Jero Hernández, César Garrido, Alberto Izquierdo y Rosa Nestal (como campeones del ‘pasado'); Pablo Díaz, Nacho Mangut, Marta Terrasa y Sofía (como campeones de la nueva etapa) se vieron las caras.
La vasca eliminó en primera ronda a Rosa, en la segunda venció a Jero, pero en la final no pudo con Pablo, que se llevó el premio de esos programas especiales que emitió Atresmedia a principios de 2023.
Además, Sofía también estuvo en el Mundial de Pasapalabra que organizó Chilevisión y que contó con la participación de un total de 19 concursantes chilenos, 10 argentinos, cuatro uruguayos, dos panameños y cinco españoles (Sofía Álvarez de Eulate, Pablo Díaz, Javier Dávila, Marta Terrasa y Nacho Mangut). La argentina Ivanna Hryc fue la que se llevó el premio final de 30.000 dólares.
- ¿Cómo fue la experiencia chilena?
- Fue muy buena en cuanto a cómo nos trataron, a la organización y a la gente. Pero no tan buena en cuanto al juego en sí. El programa es totalmente diferente del español y a mí no se me adaptaba nada. Por ejemplo, en el Rosco, las palabras a adivinar pueden empezar o también únicamente contener la letra que toca y yo me hacía un lío.
Estaban todavía empezando a rodar el programa y desde luego no salió como a mí me hubiera gustado, mis resultados fueron muy pobres. Me quedo con la experiencia de ir a Chile, de conocer un montón de gente interesante, de jugar con la camiseta de España… Me han vuelto a llamar de allí, pero no sé si acudiré o no.
- ¿Le gustaría participar en algún otro concurso?
- Sí, claro que me gustaría. La experiencia fue muy buena y a mi estudiar siempre me ha encantado y ya he cogido la rutina. Me gustan mucho los concursos de palabras, de cultura general o los juegos en equipo.
¿Rafa u Orestes?
Esta semana, Rafa Castaño u Orestes Barbero entrarán en los libros de historia de Pasapalabra tras casi 200 duelos entre ambos porque uno de los dos se llevará más de 2.200.000 euros de premio, colocándose como el bote más alto entregado en el concurso, superando los 2.190.000 € que ganó Eduardo Benito hace 17 años (el 8 de mayo de 2006).
- ¿Cómo ha vivido el duelo entre Rafa y Orestes?
- No me puedo imaginar la tensión y el agotamiento físico y mental que debe suponer grabar los trescientos y pico programas que lleva a sus espaldas Orestes o los casi doscientos de Rafa. Les veo reventados. Son dos monstruos. Personalmente Orestes y yo jugamos igual, somos explosivos e impulsivos. Me identifico mucho con él porque somos primervueltistas.
- ¿Qué les diría Rafa u Orestes cuando ganen?
Pues que ya era hora de que dejara de ser la última ganadora de Pasapalabra (risas). Que se han llevado un dineral y que lo disfruten con mucha salud porque se lo merecen. Los espectadores del concurso hemos disfrutado de unos duelos estupendos y ambos son maravillosos.