Dice Toni Nadal (Manacor, Baleares, 1961) que para ser un buen líder hay que ser, primero, buena gente. Que en la vida no concibe no ser consecuente con lo que dice y hace y que para vencer al adversario sólo vale lo estrictamente correcto. Pero no solo eso. También insiste en la necesidad de tener sentido de autocrítica, de forjar un buen carácter, de saber superar el miedo al fracaso y de ser conscientes de que el éxito no es, ni mucho menos, el resultado final de algo.
Pero si hay algo que repite de forma recurrente —y de hecho es con lo que suele empezar la mayoría de sus charlas motivacionales— es que “todo en la vida tiene un denominador común”. Durante 27 años caminó de la mano de Rafa Nadal hasta llegar a la élite del deporte. Y aunque su campo de trabajo siempre fue el tenis, lo tiene claro. Si hubiera preparado a su sobrino para cualquier otra actividad, hubiese aplicado los mismos valores y principios que le inculcó en su día al niño que acabó convirtiéndose en el rey de la tierra batida: la exigencia, el esfuerzo y la perseverancia.
Ahora, después de presumir durante años de que los principios que ayudaron a Rafa a perseguir el éxito son aplicables a cualquier ámbito de la vida, ha llegado el momento de demostrarlo. Recién cumplidos los 62 años, Toni Nadal compaginará las pistas de tenis con la arriesgada aventura de la política, un deporte de riesgo que aseguró en varias ocasiones que no practicaría nunca. Pero a pesar de ello, tan solo ha hecho falta un encuentro en persona con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para hacer cambiar de opinión al mallorquín y cerrar así su fichaje por los populares.
Junto a la periodista Pilar de la Granja y varios exministros del PP, Toni Nadal formará parte de la Fundación Concordia y Libertad, el ‘think tank’ —comité de expertos— con el que el partido buscará revitalizar su cúpula con una versión completamente renovada y a menos de dos meses de las elecciones autonómicas y municipales. Y es que el objetivo de Feijóo no es otro que incorporar a su equipo perfiles independientes al ámbito político con el fin de atraer el talento y la experiencia que darán un valor añadido a su formación.
Entre sus elegidos se encuentra el propio Toni Nadal, del que Feijóo ha destacado para el puesto "su amplia experiencia en la gestión deportiva y su firme defensa de los valores de esfuerzo y capacidad”. Pero a pesar de su vinculación con el partido y los elogios por parte del líder de la formación, el mallorquín ha querido dejar clara su postura asegurando que su llegada no significa una entrada directa en la política, sino que tan sólo colaborará en lo relativo a lo deportivo y lo relacionado con la juventud.
Durante casi tres décadas se convirtió en la mano derecha de Rafael Nadal. De hecho, le llevó a lo más alto acumulando uno de los palmarés más exitosos de la historia del tenis: 74 torneos en total, 16 Grand Slam, 4 Copas Davis y 2 oros en los Juegos Olímpicos. Pero desde el año 2017, ‘Nadal tío’ dedica su actividad profesional principalmente a dos vertientes: su puesto como director en la Rafa Nadal Academy de Manacor y su labor como conferenciante y ‘coach’ motivacional de empresas y universidades donde ofrece charlas de forma recurrente.
En sus charlas, como si se tratara de un monologuista profesional en medio de una actuación, Toni Nadal camina sobre el escenario erguido y con la mirada puesta en el público. Guarda su mano izquierda en el bolsillo del pantalón y con la derecha realiza algún que otro gesto. Se le ve tranquilo, cómodo, parece que controla la situación. Y a pesar de que en alguna que otra ocasión se traba en el transcurso de su propio ‘speech’, continúa con sus palabras como si nada hubiera ocurrido.
Lo de “como si se tratara de un monologuista” no es solo por la performance que realiza, sino también porque se atreve incluso a contar chistes. Se refiere a Federer como “el tío este”, llama tacaños a los catalanes y cuenta mil anécdotas de cuando se metía con su propio sobrino. Se ríe de sus bromas y da al público el tiempo necesario para que le aplaudan. Es todo un showman.
Pero aunque su apariencia sea la de un auténtico prodigio del humor, su discurso va más allá de lo etéreo. No pretende hacer reír a la gente —aunque en ocasiones lo consiga—, pretende calar en lo más hondo de cada uno de los asistentes haciendo ver que todo se puede entrenar. Que durante años fue el ‘coach’ de Rafa Nadal y que le hizo llegar a lo más alto, pero que lo que llevó a su sobrino a crecer no fue su talento innato —que también— sino los valores que le inculcó desde que tenía 15 años, cuando empezó a dar sus primeros reveses con la raqueta. Lo que le enseñó en su día a Rafa, dice, se puede aplicar a todos los ámbitos. Pero, ¿también a la política?
Siempre ha tenido clara una cosa y así la expresa en cada una de sus charlas y discursos. En la vida hay que saber a lo que uno va a enfrentarse y buscar, en consecuencia, posibles soluciones. Aceptar la realidad, asegura, es una cosa “bastante complicada” hoy en día. Y es por ello por lo que únicamente considera el hecho de saber que uno no es suficientemente bueno como una herramienta para alcanzar los propósitos deseados.
Sabe mucho de tenis, de partidos y de victorias y Feijóo se enfrenta, precisamente, a tres de los choques más importantes desde su llegada al liderazgo del Partido Popular: las elecciones municipales, autonómicas y generales, aunque para las últimas no hay aún fecha establecida. Sí que la hay para los dos primeros asaltos: el próximo 28 de mayo.
Un día reservado para dos encuentros simultáneos para los que, si Feijóo se preparara de la mano de Toni como lo hizo Rafa en su día, debería tener en cuenta algún que otro aspecto. Saber configurar un buen carácter y trabajar el sentido de la autocrítica es vital a la hora de enfrentarse a cualquier duelo. “Toda la vida ha sido el mismo discurso. Creo que es necesario un sentido de autocrítica. Es muy difícil avanzar o mejorar si tú no tienes un buen sentido de autocrítica. Es demasiado fácil justificarse constantemente”, dice el propio Nadal en una de sus charlas motivacionales, por las que cobra unos 50 euros por cabeza.
Pero no solo eso. Él mismo lo repite en varias ocasiones. Saber perder es difícil, pero más aún lo es ganar. Ser líder, asegura, no es nada fácil. Y es precisamente a esa dificultad a la que deberá enfrentarse Núñez Feijóo en caso de que en un futuro no muy lejano se convierta en el próximo presidente del Gobierno marcando la diferencia con el que sería el que fue el Federer de Rafa, Pedro Sánchez.
Y es que para ser un buen líder, afirma Toni, hay que ser primero buena gente. “Es muy difícil ser un buen líder si uno no es buena gente. Es muy difícil ser un buen líder si uno no es capaz de ponerse en el lugar del otro. Lo que diferencia a un líder no es sólo lo que dice, sino cómo lo dice y cuándo lo dice. El decir las cosas en su momento y de qué manera es determinante”, asegura.
El camino a ganar
Y a pesar de que todo lo enunciado por Toni Nadal se podría aplicar de forma directa a la política y a una posible victoria de Feijóo en las próximas elecciones, lo cierto es que el gallego no debería —siguiendo los consejos de Toni— pensar únicamente en la preparación y en el liderazgo, sino también en el camino hasta llegar a lo más alto. Un camino que podría asemejarse en su caso al de la campaña electoral. Dice el propio Nadal que para ganar no sirve más que lo estrictamente correcto, que la victoria tiene valor cuando se consigue de manera correcta y que es mucho más fácil ganar al adversario si se es un tipo correcto.
“Hoy en día hay una creencia más o menos extendida según la cual para triunfar tienes que ser capaz de pisotear a todo aquel que se interponga en tu camino. O, por lo menos, infravalorarlo. Jamás me ha parecido una idea acertada. No juzgo necesario pisotear a nadie ni intentar perjudicar a tu adversario”, enunció en una de sus conferencias.
Y es que aunque la larga trayectoria de Feijóo en la Junta de Galicia le ha llevado a convertirse en uno de los políticos mejor valorados, no debería ser suficiente para su progreso. Toni no concibe la vida sin intentar mejorar, ni haciendo las cosas igual que ayer. Por eso, si el líder del PP aplicara los consejos deportivos del mallorquín a la política debería tener más que clara una cosa si quiere seguir mejorando: la capacidad de autocrítica. “Es imposible mejorar si tú crees que todo lo haces bien. Y es difícil mejorar si tienes gente que te está aplaudiendo todo el rato y recordándote lo bueno que eres”, añade.
Pero no solo podrá enseñarle eso a Feijóo. También a saber que el éxito no se mide por el resultado final y que únicamente el que tiene la capacidad de no caer en la frustración demasiado rápido es el que trata de intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo. Y es que aunque es consciente de que el miedo a fallar es algo que reina en la sociedad actual, una posible derrota en las próximas elecciones no debería ser visto por el líder gallego como un fracaso. “Lo importante no es no fracasar, sino que el fracaso no te preocupe más de la cuenta. Hay que saber convivir con el error y el error no nos debe frustrar más de la cuenta”.
Toni Nadal no concibe no ser consecuente en la vida. Tampoco tolera que la gente sea conformista y, menos aún, la falta de autoridad. Quizá fuera el hecho de que ingresó durante dos años junto a su hermano en un internado lo que le hizo valorar la importancia de la disciplina y del respeto hacia los mayores. Tampoco concibe la falta de esfuerzo, la dejadez y la queja. Sobre todo la queja.
Y aunque él mismo es consciente de su imagen de “polemista, contradictorio y hasta desesperante”, se considera un hombre al que le gusta rebatir. Una predisposición al intercambio de argumentos que podría ser muy útil para Feijóo. Y es que si hay algo en lo que debería centrarse la política es en la capacidad de saber escuchar al rival y profundizar sobre los temas que más preocupan a la sociedad, aunque en la mayoría de los casos no sea así.
Pero aunque él mismo repite en cada una de sus apariciones que todo lo que le enseñó a su sobrino podría aplicarse a cualquier ámbito de la vida, muchas de sus lecciones chocan con los pilares de la política. Lo cuenta en su libro ‘Todo se puede entrenar’, donde habla de su preferencia por el trabajo en solitario. No se corta en decirlo. No encajaría en un sitio donde todo se tiene que discutir y consensuar y donde ha de responder a una estrategia con un lema establecido.
“Me causaría un problema. Tendría que luchar contra mi defecto personal más acentuado: la tentación de buscar argumentos plausibles para demostrar que pienso exactamente lo contrario de lo que me imponen". Ay Toni, o tus ideas se parecen más de lo que crees a las del Partido Popular o quizás te hayas equivocado de terreno de juego con la política.
Sus cameos en política
“No creo que sea una persona adecuada para entrar en política, ni tengo un pensamiento de entrar”. Fueron las palabras que salieron de la boca de Toni Nadal hace poco más de un mes y tras los rumores sobre su fichaje por el PP. Ocurrió justo después de participar en un acto junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Y aunque en la actualidad asegura que sólo participará con los populares en lo que a lo estrictamente deportivo se refiere, su vinculación con Génova ya es una realidad.
Pero no es la primera vez que se le vincula con la élite política y los poderes del Estado. Recibió un premio de la mano de Esperanza Aguirre en el año 2010, no ha ocultado nunca su relación cercana con la Casa Real y el Rey Juan Carlos y tampoco negó en su día lo “atractivo” que le parecía el proyecto Ciudadanos de Albert Rivera. Eso sí, no siempre mostró su cercanía con ellos, sino que a lo largo de su trayectoria también se ha mostrado contundente con otros partidos y políticos, como es el caso del propio Pedro Sánchez, sobre el que confesó que “ojalá se hubiera dedicado al tenis”.
Y aunque a día de hoy parezca que su preferencia por el PP viene de lejos, lo cierto es que no hay que remontarse ni una década atrás para ver cómo los populares, en algún momento de su historia, no fueron santo de su devoción. Ocurrió en el año 2013, cuando el propio Toni Nadal se rebeló contra el último Govern popular en Baleares, presidido por José Ramón Bauzá, a causa de su política lingüística.
“Los políticos están crispando a la sociedad”, dijo. Unas palabras muy polémicas con las que el mallorquín criticó la animadversión del gobierno de aquel entonces hacia el catalán y con las que enfatizó su preferencia por que sus hijos aprendieran el castellano por la tele y no por medio de la escuela.
Ahora, diez años después, parece que las rencillas entre Nadal y los populares han quedado atrás. Un encuentro cara a cara con Feijóo lo cambió todo. A un lado quedan las polémicas y rifirrafes. Y todo ello para dar paso a una nueva etapa en la que al entrenador de élite se le presenta un nuevo objetivo: trasladar las técnicas aplicadas durante años en las pistas de tenis al desconocido terreno de la política para, quien sabe, llevar a Feijóo hasta la victoria de lo que sería su particular Grand Slam.