"Hola guapetón", susurra una de las chicas al ver aparecer a alguien por la puerta. A la entrada, un maniquí con poca ropa y los labios pintados de carmín anticipa lo que uno se va a encontrar dentro. En el interior del local, cuatro jóvenes con la misma indumentaria confirman lo esperado. Están ellas, una camarera y un tío que ejerce de camarero, recepcionista y, probablemente, gerente. Son las seis de la tarde, hay luz fuera y resulta muy incómodo pasar mucho rato en la barra de un puticlub con tantos ojos encima sin poder hacer las preguntas adecuadas. "¿Qué busca usted aquí?", dice, al fin, la otra presencia masculina.
- No, es por esto que ha salido en las noticias…
- Váyase usted ahora mismo por donde ha venido.
- Pero, entonces, ¿es usted el dueño?
- Le he dicho que me cierre la puerta, no se lo voy a decir más veces.
El Karma ocupa una nave industrial en la carretera de Andalucía, a unos 10 kilómetros de Ocaña (Toledo). Tiene una apariencia externa de discoteca y un interior como el Bada Bing de Los Soprano. Junto a la barra en la que se agrupan las chicas hay un escenario para streptease y varios reservados.
"Nuestra dedicación a lo largo de los años en el mundo de la noche y del entretenimiento nos ha permitido hacer un diseño del local con una selección de señoritas que garantizan que en KARMA SHOW GIRLS puedas encontrar las más atractivas compañías en las instalaciones más confortables y lujosas", informa en su página web. El prostíbulo es el centro de una trama de drogadicción y blanqueo de capitales, por la que han sido detenidas seis personas, entre ellas un jefe de puesto de la Guardia Civil en Ocaña y su pareja.
"En los prostíbulos de la zona no se ve trapicheo de drogas. Al menos de forma aparente", señala un agente en el cuartel del municipio toledano. Además del Karma, a unos pocos kilómetros se encuentra el Conejo de la Suerte, otro hub de la prostitución a 50 kilómetros de Madrid. Óscar C.L., el subteniente detenido, era el jefe de la unidad de Vigilancia ciudadana.
"Cuando llaman por una pelea, un accidente de tráfico o una denuncia nos avisan directamente a nosotros", insiste el agente. Una ventaja que les permite ser los primeros en acceder al cuerpo del delito. Por encima de Óscar, que tenía a su cargo una treintena de mandos, están un capitán y otro teniente.
Los arrestos se produjeron la semana pasada, cuando cinco o seis furgones de la Unidad Central Operativa (UCO) irrumpieron en el domicilio del oficial. "Yo llegué a las 5 de la tarde y a las 11 todavía no se habían ido", señala una mujer que regenta una floristería, junto al edificio de viviendas de la Avenida del Generalísimo en la que habita Óscar. Se llevaron varias cajas, además de arrestar al subteniente y a Rosana, su pareja. En total, son seis los detenidos. Unos pocos días más tarde, los arrestados han sido puestos en libertad con medidas cautelares.
"Toneladas de cocaína"
Óscar, que ronda la cincuentena, llegó a Ocaña hace cinco o seis años. Conoció a Rosana, quien controla ahora otro pub en el municipio toledano llamado Living Room y es, a su vez, hermana del dueño del Karma. El guardia está acusado de revelar información de las bases de datos del Instituto Armado para pasárselos al gerente del prostíbulo. De esa forma, presuntamente, podrían traficar con drogas de forma impune.
"En Ocaña hay muchísima cocaína, toneladas, y siempre la pasan los soplones de la Policía o la Guardia Civil", señalan en el Living Room, propiedad de la pareja de Óscar. Sin embargo, allí descartan la implicación de ambos. "Si hubieran encontrado algo, no les hubieran soltado a los tres días", remarca una fuente que prefiere no ser identificada.
Ocaña es famosa por los dos penales que alberga. De ahí que haya un cuartel tan numeroso de la Guardia Civil, que atiende a los pueblos de la comarca. Pese a llevar en el municipio tan solo unos años, era habitual verle salir de copas con los vecinos de la localidad.
Nunca presumió de grandes lujos ni ostentaciones. En la localidad, de unos 10.000 habitantes, hay división de opiniones entre los que no se creen que haya sido capaz de algo así y los que piensan que en el cóctel entre prostitución, drogas y agentes las cosas siempre terminan mal.
En un bar de la Plaza Mayor, un parroquiano asegura que ha escuchado que Óscar tenía una casa en Madrid donde también "se prostituían mujeres rumanas". Las compañías del agente, cuñado del responsable de un prostíbulo, lo han convertido en el centro de todos los rumores. No son pocos en un lugar donde todos se conocen. En los corrillos porfían por añadir algún detalle a lo que todos han leído en los papeles y han visto en la televisión, mientras la investigación judicial continúa.