Los ganadores del bote de Pasapalabra suelen destinar el dinero del premio a comprar una casa, a quitarse parte de la hipoteca e incluso a viajar, adquirir un coche o repartir el botín entre sus familias. No obstante, dos de los campeones del concurso en sus diferentes épocas en Antena 3, Manolo Romero y Rafa Castaño, decidieron usarlo en un negocio tan cultural como el programa en el que ganaron el dinero: una librería.
Manolo invirtió el beneficio obtenido en Pasapalabra en su librería El Laberinto, situada en Jerez de la Frontera (Cádiz). Tan bien le ha ido el negocio que no le hizo falta destinar en el local el premio conseguido en ¡Boom! con Los Dispersos, y pudo destinar esta cuantía a un viaje a Nueva York y, el resto, ahorrarlo.
Rafa, por su parte, invirtió parte del dinero que consiguió en Saber y Ganar en la librería Caótica de Sevilla, en la que se convirtió en socio tras ser un fiel cliente desde hacía varios años. Tras ganar el bote de Pasapalabra en marzo de este año, el sevillano decidió destinar parte de los 2.272.000 euros a tapar algunos agujeros económicos de su negocio.
EL ESPAÑOL ha hablado con ambos concursantes sobre el motivo por el que reservaron varios miles de euros del bote de Pasapalabra para convertirse en libreros y divulgar su amor por la lectura, que les sirvió, en parte, para ganar el concurso, convirtiendo sus locales en lugares de peregrinación de los fans del programa.
Un negocio rentable
Manolo Romero estudió Geografía e Historia, especializándose en Historia del Arte. No obstante, en 2003, decidió abrir su propio negocio, la librería El Laberinto, situada en su Jerez de la Frontera natal (Calle Remedios, 9). No fue hasta 2004 cuando le dio el empujón más grande al establecimiento, ya que fue el año en el que se llevó más de un millón de euros (1.023.000 €) como premio en Pasapalabra, siendo el primer concursante de la historia del programa en lograrlo.
"Al ganar el bote del espacio de Antena 3 comencé a contar con un dinero que no tenía, sobre todo para el negocio que yo regento, la librería El Laberinto que tengo desde hace varios años, donde hice una gran inversión. Me compré un local mucho mayor y también una casa en el mismo edificio, que es donde vivo actualmente", explicó Manolo.
Con la literatura corriéndole por las venas, el jerezano escribió en 2009 el libro Breve Historia de Jerez de la Frontera. De los orígenes a Pilar Sánchez; y en 2015, coincidiendo con su participación en Saber y Ganar (donde estuvo más de 100 programas), publicó Jerezanos bizarros de ayer y siempre, un repaso por varios personajes históricos curiosos que vivieron o nacieron en su ciudad.
A finales de 2019, participó en otro concurso, ¡Boom!, junto a Victoria Folgueria, Óscar Díaz y Miguel Ángel Gómez. Manolo, junto a sus tres compañeros, estuvieron jugando durante 324 programas (segundo equipo con más participaciones tras los históricos Lobos) en los que acumularon más de un millón y medio de euros (1.546.400 €). "Nos presentamos casi cuando empezó a emitirse el programa en septiembre de 2014 y estuvimos esperando varios años para participar, que fue en octubre de 2019. Estuvimos hasta abril de 2021 y nos llevamos unos 380.000 euros cada uno", recordó el historiador.
Mientras que sus compañeros destinaron el dinero en casas, viajes, familias o algún capricho, el jerezano también lo utilizó para viajar, ya que las cuentas de El Laberinto estaban saneadas y no necesitaba más inversión. "A la librería ya no hizo falta destinarle más dinero, el negocio iba y va bien, porque si no es rentable, se cierra. El dinero de ¡Boom! lo tengo guardado porque nunca se sabe cuando hará falta, aunque en diciembre de 2021 estuve en Nueva York, que es una ciudad bastante cara, pero iba con dinero e hice lo que quise", comenta el librero.
Como curiosidad, Manolo no tiene televisión en casa, por lo que si quiere ver algún concurso, serie o película, lo hace en su ordenador. Además, tras su experiencia en el programa de las bombas de Antena 3, el jerezano no se plantea volver a ningún concurso más porque "ya he estado en todos (risas), no me puedo presentar a más". Sin embargo, reconoció que si le llamaran de alguno por los que ha pasado para hacer un especial, aceptaría encantado.
El socio más joven de Caótica
Rafa Castaño se estrenó en el mundo de los concursos a los 18 años participando en Adivina quién es quién en Canal Sur, donde ganó 1.500 euros. El gusanillo de la televisión volvió a picarle y decidió acudir a Pasapalabra a los 21 años, pero cayó eliminado rápidamente. A finales de 2014 probó suerte en Saber y Ganar y, con 24 años, llegó a alcanzar 100 programas en el concurso de La 2 en dos etapas de 71 y 29 participaciones, logrando un premio de 65.000 euros: "Es el concurso en el que más había durado, hasta ahora…", comentó el sevillano.
"Con el dinero de Saber y Ganar me compré una televisión y la Xbox como capricho, que con 24 años me hacía ilusión tener una buena videoconsola. Como gasto grande, me hice socio de la librería Caótica (una cooperativa que ofrece al cliente la posibilidad de ser socio, librero por un día o mecenas y cooperativista del proyecto), en la calle José Gestoso 8 de Sevilla, ya que compré una parte. También me independicé y me fui a vivir de alquiler", recuerda Rafa.
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Después, volvió a Pasapalabra para enfrentarse, entre otros, a Orestes Barbero, con el que vivió el final del concurso en Telecinco: "Fueron días de incertidumbre, la verdad. Al final me llevé unos 32.000 euros (repartidos en 41 participaciones más las 10 que no se emitieron). Normalmente te pagan por lo emitido, pero como se quedaron varios sin hacerlo, Mediaset tuvo la gentileza de pagárnoslos. Ese dinero lo usé para la entrada del piso en Sevilla en el que vivo, pero estoy pagando hipoteca", afirma el sevillano, ya que, como le pasó a Manolo Romero, el negocio de la librería iba bien y no hizo falta invertir más capital.
"Seguí concursando con Orestes en El Tirón (el concurso que sustituyó a Pasapalabra cuando el Tribunal Supremo ordenó a Telecinco parar la emisión del programa), él cayó eliminado, yo continué participando con David Leo (que actualmente está en El Cazador de RTVE) y fue cuando me llevé los 65.000 euros. Es una cifra recurrente en mis participaciones”, destacó.
Aunque siguió siendo socio de la librería, dejó de trabajar allí para prepararse unas oposiciones en diciembre de 2020. "En marzo de 2021 nos invitaron a Orestes y a mí a Pasapalabra por el especial del 20 aniversario. Me ganó, pero sabía que después de él, en algún momento, iría yo, pero no sabía cuándo".
Y fue en junio de 2022 cuando el sevillano volvió a reencontrarse con el burgalés en Pasapalabra y, tras casi 200 programas (197), Rafa tocó el cielo el pasado 16 de marzo al resolver en un solo turno las 25 letras del Rosco, entrando en la historia del programa como el concursante que más dinero se ha llevado en el bote: 2.272.000 euros.
"Parte de ese dinero lo destinaré para tapar los agujeros económicos de la librería Caótica, otra parte para pagar el piso y otra, para mi familia. Aparte de eso, el sistema está hecho para que, cuanto más dinero tienes, más puedes tener, por lo que el resto del premio lo meteré en un producto financiero muy conservador, de esos que te dan poco interés, pero que tienes mucha seguridad de recibir el beneficio. Es que tendría mucho dinero que meter ahí. También me dedicaría a vivir, porque no guardaría todo en el fondo. Una parte la utilizaría para viajar, para comer por ahí… Se queda neto como un millón de euros, y eso te da para muchas cosas", comentó el periodista.
Pero no sólo ha ayudado económicamente a las librerías, ya que, desde que se llevó el premio, Caótica se ha convertido en un centro de peregrinación de los fans del concurso, que han revitalizado no solo ese negocio, sino muchos de la zona donde está ubicada, como el bar Tito, que está enfrente de la librería y del que es un habitual el concursante: "Ahí me he tomado yo las mejores tostadas de carne mechada de Sevilla", reconoció en alguna ocasión Rafa durante su participación en el concurso de Antena 3.
Maite Aragón, propietaria de Caótica y socia del periodista, señaló que "Rafa entró como socio consumidor, nos sorprendió tener un socio tan joven y que tuviera una de las cuotas más altas del negocio. Eso significaba que era, y es, un lector voraz. Por eso nos llamó mucho la atención".
"Un día, hablando con los compañeros del local, comentó que quería montar su propia librería, pero decidimos que se merecía una oportunidad como librero en esta casa. Es que era un habitual de la cafetería que teníamos en Caótica y se pasaba horas y horas sentado en un sillón rojo que estaba especialmente apartado para estar tranquilo, leyendo muy concentrado", añadió Aragón.
La librera aprovechó el tirón de la victoria de su socio en Pasapalabra para colgar un gran cartel en el escaparte del local con la foto de Rafa Castaño y un texto: "Enhorabuena, compañero", que también compartió la cuenta de la librería en redes sociales. En el negocio también han colocado un apartado con 'Las recomendaciones de Rafa', invitando a comprar algunas obras literarias de las que solía leer el sevillano en sus ratos del sillón rojo.
Dos libreros que casi coinciden
Como curiosidad, tanto Manolo Romero como Rafa Castaño pudieron haber compartido equipo en ¡Boom! con Los Dispersos, pero el destino quiso que el sevillano finalmente no acudiera a ese concurso y sí a Pasapalabra para, posteriormente, escribir su nombre en la historia del concurso.
Los Dispersos le llamaron para hacer el casting porque Miguel Ángel estaba en Japón y querían que le sustituyera. En aquel momento Rafa sabía que iba a volver a Pasapalabra, pero como no tenía exclusividad alguna con el concurso (porque cuando van a este tipo de programas firman una exclusividad de seis meses o un año para no participar en otro) estaba liberado, aunque era consciente de que volvería al espacio presentado por aquel entonces por Christian Gálvez, y que era su prioridad.
"Como cuando hicimos el casting estaban Los Lobos y no quisieron enfrentarnos con ellos porque éramos dos equipos muy fuertes, ahí quedó la cosa. Durante la espera, me llamaron de Pasapalabra para que volviera, y era algo a lo que no podía renunciar. Dejé Los Dispersos justo cuando Miguel Ángel ya había vuelto y, lo más curioso de todo, es que cuando estaba enfrentándome a Orestes y quitaron Pasapalabra en Telecinco por la sentencia del Supremo, el día que nos fuimos, Los Dispersos comenzaron su andadura en ¡Boom!", destacó Rafa.