Las menores que el pasado domingo sufrieron abusos sexuales por parte de una decena de adolescentes en Logroño también fueron víctimas de un engaño. La práctica es bastante habitual: los jóvenes, que solían reunirse en una especie de sótano cerrado en en un edificio ruinoso de la capital riojana, quedaron con las chicas a través de Instagram. Ellas acudieron a su encuentro y, al llegar allí, las separaron y abusaron de ellas. “Lo que ocurrió allí dentro fue una barbaridad”, declara una fuente que tuvo acceso a la declaración de las menores ante la Policía.
Según el atestado policial que los agentes tomaron el mismo domingo, poco después de los hechos, las menores no conocían a los presuntos agresores. Todo se trataba de un flirteo entre adolescentes que los chicos llevaron a un punto macabro. Un juego entre niñas de unos 13 o 14 años -las edades no han sido confirmadas oficialmente- y niños de entre 13 y 17. El caso sigue bajo secreto de sumario.
La citada fuente, que no quiere perjudicar la investigación, confirma que la Policía “conoce perfectamente el portal en el que pasó todo”. “Es un lugar habitual de menudeo de drogas, donde los jóvenes consumen o se pasan sustancias. Las patrullas acuden habitualmente a este edificio, donde viven familias desestructuradas”, añade. Otros vecinos del inmueble ya habían informado a EL ESPAÑOL de que la presunta agresión se produjo en un habitáculo sin luz que sirve de lugar de encuentro para los chavales y que quienes viven en el portal son personas de una misma familia de etnia gitana.
Los implicados, por el momento, son oficialmente siete. Cinco de ellos, de entre 14 y 17 años, estuvieron prestando declaración este miércoles ante la Fiscalía de menores de La Rioja. El juez de menores que instruye el caso decretó el internamiento de dos de ellos en un centro cerrado, mientras que dejó en libertad a otros tres con una orden de alejamiento y la prohibición de comunicarse con las víctimas.
“Estos tres menores siguen expedientados. Es decir, se practicarán más diligencias de investigación para averiguar su grado de implicación en los hechos denunciados”, añadieron fuentes del Juzgado. Además, hay al menos otros dos menores de 14 implicados, que por resultar “inimputables” permanecen bajo custodia de sus padres. Según distintas fuentes consultadas, no se descarta la implicación de más jóvenes, puesto que las menores denunciaron que habían sido agredidas por una decena de chicos.
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Ya hay previstas manifestaciones
A las afueras del Juzgado al que fueron trasladados los implicados tras pasar la noche en el calabozo, se congregaron también una treintena de familiares y amigos de los acusados. Todos ellos de etnia gitana. “Si mi hijo conoce a una chica y ella repite será que no está tan en contra”, decía una mujer, en una de las pocas frases pronunciadas hacia la prensa.
La fuente que tuvo acceso al atestado policial coincide en que “lo más probable es que la defensa va a alegar que ya se conocían y que hubo consentimiento, pero eso no es lo que dicen las menores”. Tras toda una mañana de espera ante los juzgados y varios roces de los familiares con los periodistas, los investigados salieron por una puerta trasera.
Por el momento solo dos de ellos quedan privados de libertad, por lo que habrá que esperar para comprobar la reacción social ante la decisión de los jueces. Este jueves por la tarde ya hay convocada una primera concentración frente a un mural contra la violencia de género que luce en el centro de Logroño, mientras que el Movimiento Feminista de La Rioja ha organizado una manifestación para este sábado por las calles de la ciudad.
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Reacciones políticas
La última de las presuntas agresiones sexuales en grupo que se han conocido en España ya ha saltado al terreno político. La ministra de Igualdad, Irene Montero, apuntó en una entrevista este miércoles en RNE al acceso temprano a la pornografía -de unos ocho años- como una de las causas de este problema social. Sin embargo, también indicó que no se trata tanto de que haya más casos de violencia, sino que ahora existen más denuncias. Por otro lado, la presidenta de La Rioja, Concha Andreu, también mostró su “consternación” por lo ocurrido en Logroño.
Mientras, el edificio en el que se produjo la agresión sexual contra las dos menores lucía este miércoles tranquilo. Algunos vecinos se esforzaron por taponar la puerta, rota y sin cerradura, con bolsas y sacos de escombros. Tras las imágenes publicadas, como las del reportaje de este miércoles en EL ESPAÑOL, los pocos inquilinos que se asomaban por allí al día siguiente no querían ni oír hablar de los periodistas. “Fuera de aquí, que ya habéis dicho demasiadas mentiras”, clamaba uno de ellos.