Dani Valero

María Cristina C. G. se encontraba en el lugar que la hacía feliz pese a los escollos que se había encontrado en la vida: el camping de Navalón, pedanía de la localidad valenciana de Enguera. Allí hallaba la calma a sus problemas. El principal, la salud de su hijo mediano, Marcos, de 24 años, que padece una enfermedad mental y graves adicciones. La madrugada de este lunes fue detenido como principal sospechoso de la muerte de su madre, que tenía 54. La juez del Juzgado de Instrucción 4 de Xàtiva decretó este martes su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

La familia de María Cristina estaba desestructurada. Era madre de tres hijos de tres parejas distintas, según relatan a este periódico sus vecinos en Chella, su localidad de origen. Le había costado encontrar el equilibrio, pero lo había alcanzado. Tenía una relación estable y disfrutaba de sus hijos pese a la delicada situación del segundo, que era el que más contratiempos le causaba. Ella se desvivía por él, según subrayan sus allegados.

Y precisamente se disponía a cenar con Marcos el pasado domingo en el Camping Los Carasoles, donde tenía una cabaña para disfrutar de la naturaleza, una de sus pasiones. "Mi barraca", la llamaba Cristina.

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"Había comprado dos bocadillos para cenar con su hijo", relató a Las Provincias una de las últimas personas que la vio con vida. Había pasado todo el día en el recinto departiendo con amigos, paseando por el camping y tomando algo en el restaurante. A alrededor de las 22.30 horas la vieron por última vez.

Lo que sucedió a continuación es lo que tratan de recomponer los investigadores de la causa, que ya se encuentra judicializada. "Debió ocurrir todo muy rápido", afirmaban los allí presentes. En efecto, la Guardia Civil recibió el aviso a las 23.23 horas del domingo 16 de abril, menos de una hora después.

Se trataba de "un aviso por el posible apuñalamiento de una mujer en un camping del término municipal de Enguera". "A la llegada de los agentes al lugar de los hechos, junto con un SAMU, el facultativo médico confirma el fallecimiento de la mujer con 54 años de edad", manifestó el cuerpo policial. Nada pudieron hacer los sanitarios por salvar la vida de María Cristina.

Los agentes, sin embargo, tenían trabajo por delante. En el lugar del crimen se encontraba "el hijo de la fallecida, de 24 años de edad". "Fue detenido como supuesto autor de los hechos", relató la Guardia Civil.

Cabaña del Camping Los Carasoles de Navalón, Enguera. EE

El asesinato se habría producido en una zona recreativa ubicada junto a las cabañas del camping. Se desconocen los motivos por los que se encontraban en ese lugar a la hora de cenar.

La principal hipótesis con la que trabajan es que fue su propio hijo Marcos el causante de las heridas mortales que arrebataron la vida a su madre, tal y como informó el diario Levante-EMV. El joven no opuso resistencia alguna a la autoridad cuando fue detenido.

Los investigadores apuntan que se trata de un chico que, además de padecer una enfermedad mental, abusaba de las drogas. Está por ver si tales circunstancias influyeron en el terrible suceso. Fuentes del Ayuntamiento de Chella trasladan a este periódico que sus servicios sociales no tenían constancia de los problemas del joven.

María Cristina era conocida en Chella. El municipio guardó este martes a las 12.00 horas un minuto de silencio "contra la violencia filioparental", según precisó el consistorio. También trasladó su pésame la parroquia de la localidad.

"Esquizofrenia"

Los vecinos del pequeño pueblo valenciano lamentan desde el lunes su muerte, en particular en los aledaños de la zapatería y la parafarmacia ubicadas cerca de su vivienda. Según apuntan, la enfermedad mental que padece es la "esquizofrenia". 

También lloraron su pérdida en el bar Los Sapatericos, frecuentado por la víctima. La fallecida, sin embargo, vivía a caballo entre el municipio, el camping de Navalón y la ciudad de Valencia, donde sus padres regentan un restaurante.

Fuentes del Ayuntamiento de Enguera relatan a este periódico que su muerte causó una gran conmoción en el camping, que se encontraba prácticamente lleno. Los hechos se produjeron el segundo domingo de pascua, con el recinto lleno todavía por la festividad de san Vicente Ferrer en la ciudad de Valencia. Muchos de los campistas libraban este lunes y prolongaron un día más su estancia.

La calma habitual del camping fue destruida por el estruendo de los vehículos de la Guardia Civil y el SAMU, que se presentaron en el lugar a toda velocidad. Y el sobresalto fue todavía mayor cuando descubrieron que acudían por un asesinato, el de María Cristina, quien se encontraba tranquilamente en el restaurante apenas una hora antes.