Desde que Pedro Trolez tiene uso de razón siempre ha estado rodeado de frascos de perfume. Siendo muy joven, este empresario ya se dedicaba a repartirlos por todo Madrid “durante las vacaciones de Navidad” para ayudar a su padre, que desde 1956 se dedicaba al sector de la perfumería y la cosmética. De hecho, fue él quien inició una tradición que provoca que en las venas de la familia Trolez no sólo corra sangre, sino también perfume. Como si fuera parte de su ADN. Ya no se puede entender el apellido Trolez sin el mundo de las fragancias y viceversa.
Esto es así hasta el punto de que en 1998, Pedro Trolez (Madrid, 1961) fundó Perfumes y Diseño. En aquel momento, sólo 32 trabajadores capitaneados por Pedro iniciaron el proyecto de la empresa que hoy en día crea, fabrica y distribuye los perfumes de marcas de la talla de Tous, Scalpers, El Ganso o Halloween. Un éxito que ha llevado a la familia Trolez y a su empresa a facturar 92 millones de euros en 2022 y a tener el objetivo de “llegar a los 110 ó 115 millones en 2023”, explica a EL ESPAÑOL el fundador de la entidad y actual administrador único.
Pero estas estratosféricas cifras no están exentas de esfuerzo. El éxito labrado por Pedro Trolez no ha sido gratuito. Lo suyo le ha costado a él y a su familia. Fue su padre, también llamado Pedro Trolez, quien inició la tradición familiar en el mundo de la perfumería. Corría 1956 cuando inició el proyecto de Farlabo, que entonces comenzó a ser la distribuidora de los perfumes de Christian Dior en España.
Pedro Trolez, el hijo, ni siquiera había nacido en ese momento, pero a los pocos años de vida empezaría a colaborar como repartidor en Farlabo, la empresa que “se podría considerar como la precursora, ya que Perfumes y Diseño es una escisión de ella”. Sería ahí donde iniciaría la carrera laboral de Pedro. Una carrera que complementó estudiando económicas en la Universidad Complutense de Madrid. “Era necesario conocer mejor la economía para desarrollar el proyecto”, expresa el empresario ante la atenta mirada de hija María Trolez, cuarta hija de Pedro y tercera generación de la familia en dedicarse al sector de la perfumería.
No obstante, no sólo ella trabaja en Perfumes y Diseño como Communications Brand Manager, sino que sus otros hermanos también han iniciado sus carreras laborales en la empresa familiar. Por ejemplo, Pedro, el mayor de los hijos, es Adjunto a la Dirección Internacional; Carlos, el siguiente hermano, es Adjunto a la Dirección Financiera; Ana, la primera de las mujeres, es Global Trade Marketing Manager; y Gonzalo, el menor, “aún está estudiando en ICADE, pero los veranos realiza las prácticas aquí”, explica María. Serán ellos cinco los que, como tercera generación, asuman las riendas de la empresa cuando su padre se retire.
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Perfumes y Diseño, el origen
Pero volvamos al principio, al origen de todo. Tristemente, Pedro Trolez, la primera generación, falleció en 1992 con 60 años, lo que empujó a su hijo Pedro, que ya trabajaba como fijo en Farlabo, a asumir mayor responsabilidad. Por entonces, el actual administrador único de Perfumes y Diseño ya empezaba a hacer pinitos y contactos con algunas marcas. Por ejemplo, desde 1989 estaba en contacto con el diseñador de moda Jesús del Pozo para lanzar al mercado algún perfume. Tres años después, en 1992, éste vería la luz bajo el nombre de Duende.
Pedro, aun así, no era conformista. No sólo aspiraba a elaborar el perfume del diseñador –luego nacería, bajo su firma, la famosa marca de Halloween–, sino que quería entrar en otros derroteros. “A finales de los 80, cuando Tous aún contaba con pocas tiendas, comencé a hablar con ellos sobre la posibilidad de crear sus perfumes”, recuerda. Unos años después, en el 2000, Perfumes y Diseño comenzó a crear y distribuir los perfumes de la famosa marca fundada en 1920.
Para entonces, Perfumes y Diseño ya se había hecho mayor de edad y se había independizado. Pedro Trolez había creado la empresa en 1998 junto a 32 trabajadores. Hoy la empresa cuenta con cerca de 300, entre los que se encuentran 103 personas con discapacidad pertenecientes a las Fundación Arco Iris, de la cual es presidenta Amparo Cortina, la mujer de Pedro. “Ellos colaboran con nosotros manipulando productos cosméticos y farmacéuticos”, explica Pedro.
Lo que está claro es que el crecimiento de Perfumes y Diseño en 25 años ha sido vertiginoso, pues ya rozan los 100 millones de euros de facturación anual. Esto lo consiguen, evidentemente, gracias a colaborar con marcas de primer orden como también lo pueden ser Scalpers o El Ganso. Y, también, a ser distribuidores de otras marcas de perfumería como Versace, Cartier o Guess.
Pregunta.– ¿Cómo inician ustedes la relación con las marcas a las que le crean sus perfumes?
Respuesta.– Lo primero que hacemos en Perfumes y Diseño es estudiar las marcas. Cuando encontramos las que nos gustan por lo que representan, como Tous, El Ganso o Scalpers, vemos la posibilidad de iniciar una colaboración para lanzar su marca de perfumería. No es fácil, porque no todas las marcas exitosas pueden hacer perfumes. Pero cuando encontramos las marcas, hablamos con ellas y ya vemos si interesa lanzar un perfume.
P.– ¿Y cómo diseñan el olor de cada marca?
R.– Más que el olor de cada marca, diseñamos el olor de cada producto de la marca. Ten en cuenta que en Tous, Scalpers, El Ganso o Halloween hay varias referencias. Cada una, con su olor. Lo principal es analizar el público a quien esté destinado el perfume. Por ejemplo, el Baby Tous está diseñado para bebés, por tanto, cuando se creó se pensó en ello y ahora es el perfume de bebés más vendido. O, por ejemplo, cuando se diseñaron los perfumes de Scalpers no sólo se pensó en que el público sería masculino y jovial, sino que debía tener un toque canalla, acorde con los valores de la marca.
P.– ¿Qué relación tienen con las marcas?
R.– Es una relación de socios. Eso lo explica todo. Somos amigos y la relación es muy fluida y siempre que vamos a crear algo nuevo para ellos, siempre lo ven antes.
Esta relación de fluidez y amistad ha cristalizado en que, por ejemplo, Perfumes y Diseño ha trabajado elaborando Halloween desde que inició la empresa en 1998, colabora con El Ganso desde 2017 y lo hace con Scalpers desde 2019. “Elegir a Perfumes y Diseño ha sido un verdadero éxito. Han sabido captar el ADN de la marca desde el primer momento y han sabido transmitirlo en cada fragancia y cada acción”, dicen Álvaro y Clemente Cebrián, fundadores de El Ganso. Todos los perfumes de estas marcas cuestan entre 70 y 120 euros.
Presente y futuro
Pese a seguir en fase de crecimiento –Perfumes y Diseño sólo ha decrecido durante la crisis de 2008 y durante los primeros meses de la Covid-19–, lo cierto es que Pedro Trolez y los suyos aún no se conforman. Quieren más. Aspiran a más. De ahí que incluso hayan internacionalizado su empresa. “Actualmente tenemos una filial en Portugal, otra en Miami y próximamente habrá otra en Polonia”, dice Pedro.
Esto les sirve para seguir ampliando su capacidad de distribución de perfumes en todos los mercados internacionales. En este sentido, Perfumes y Diseño, tras 25 años, ya tiene presencia en un centenar de países de los cinco continentes. “Eso sí, todos los perfumes se fabrican en España con productos de proximidad”, puntualiza Pedro Trolez.
Su hija María, que observa la conversación junto a la ventana del despacho de su padre, no duda en destacar, en este punto, que Perfumes y Diseño no sólo elabora los perfumes con productos de proximidad, sino que “más del 90% de los ingredientes son de origen natural”. “Es parte de nuestro plan de sostenibilidad. Es verdad que desde siempre lo hacíamos, pero ahora también lo comunicamos. Queremos ser pioneros en ello”, afirma la hija de Pedro Trolez. Y es que ella y sus hermanos pronto encabezarán Perfumes y Diseño, la empresa tras los perfumes de Tous, Scalpers, El Ganso o Halloween que ya factura 92 millones de euros al año.
P.– Me ha dicho que ya tiene un nieto, también llamado Pedro Trolez, como usted, su padre y su hijo mayor. ¿Le gustaría que cuando crezca asuma el legado familiar y siga con el sector de la perfumería?
R.– (Risas) Claro, pero eso también lo tienen que decidir sus padres, sus tíos y, por supuesto, él mismo. Ya decidirá a qué se quiere dedicar.