La gran vida de la narco edil de Vox en Parla con 21.494 €: "sin trabajar sus horas", coches de lujo...
Fuentes cercanas al partido aseguran que solo acudía a su puesto de trabajo para participar en los plenos. "Tenía contrato de 20 horas y nunca las cumplía", cuentan a EL ESPAÑOL.
18 mayo, 2023 02:41Los rumores ya circulaban desde primera hora del sábado, aunque no fue hasta el lunes cuando se confirmó la noticia. La concejala de Vox en Parla Ana González y su marido Luis Martínez habían sido detenidos por un delito de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y defraudación del fluido eléctrico. Tal y como confirmó la Policía Nacional, ambos llevaban tiempo liderando una red criminal dedicada a la adulteración y posterior distribución de cocaína y marihuana por toda la zona sur de Madrid.
El matrimonio desarrollaba su vida social entre Parla y Yeles (Toledo), municipio donde tenían una parcela de la que disfrutaban los fines de semana. Una vida llena de lujo que en los últimos años se había caracterizado por los coches de alta gama, las reformas que habían llevado a cabo en sus viviendas, la nueva maquinaria de su empresa y la apertura de un bar. Y todo ello con su marido sin trabajar, su sueldo de 21.000 euros en el Ayuntamiento y lo percibido por su empresa. "Al principio parecían una pareja normal, pero luego empezó a haber cosas raras. Todo lo que tenían no se justificaba con el dinero que percibían. No es que supiéramos que se dedicaban a eso, pero sabíamos que los ingresos que tenían no eran justificables", aseguran fuentes cercanas al partido.
Tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL a través de estas fuentes, eran muchos en Parla los que sospechaban de lo ocurrido. Sin embargo, no podían confirmar de ningún modo la actividad ilícita que la pareja estaba desarrollando. De lo que sí eran conscientes era de que algo extraño sucedía. Y es que la vida que desarrollaban no iba acorde al dinero que, aparentemente, percibían. Su principal fuente de ingresos era el sueldo de Ana por su puesto de concejala en el Ayuntamiento: 21.494,90 euros anuales. Un salario que recibía a pesar de que, según informan a este periódico, nunca completaba las horas estipuladas en su contrato.
"Durante el tiempo que esta señora ha estado de concejala en el Ayuntamiento de Parla ha sido una sinvergüenza. Ella tenía un contrato de 20 horas, que es por lo que se llevaba el sueldo, pero no cumplía las horas que tenía que hacer. Tú ibas un jueves por la tarde y veías a los concejales de otros partidos, pero a ella no. Solo firmaba la documentación del grupo municipal y asistía a los plenos", asegura una persona cercana al partido.
Una situación que, incluso, llegó a recriminar el actual alcalde de Parla, Ramón Jurado, a algunos miembros de Vox en el municipio. Mientras que el resto de concejales completaban sus horas visitando asociaciones, haciendo gestiones en el grupo municipal o asistiendo a actos institucionales, la actividad de Ana González tan solo se reducía a su participación en los plenos y a la firma de los documentos estrictamente necesarios.
En el año 2018, Ana entró como afiliada de Vox en Parla. Tras pasar el primer filtro, se reunió en varias ocasiones con los diferentes miembros del partido con el fin de que conocieran a la que podría ser en un futuro la nueva candidata a las listas de la formación en Parla. Su perfil logró encandilar a los líderes de la cúpula del partido en Madrid, que vieron en su figura una gran apuesta para el municipio. Y de hecho, tal fue el entusiasmo por su perfil que, a pesar de que en un primer momento no iba a ir dentro de las listas, finalmente la cúpula dio órden de convertirla en la número 3.
"Se pasó la lista a Madrid, la corrigieron y decidieron el orden. Como esto es un partido donde mandan cuatro, pues hay que hacer lo que digan. Y ella era una mujer que para ellos tenía todas las papeletas de ser la número 3", cuentan las mismas fuentes anteriormente mencionadas a este periódico.
Pero a pesar de ser una de las favoritas e intocables de los líderes del partido en la región, lo cierto es que tanto en el Ayuntamiento de Parla como en su propia formación eran conscientes del "carácter complicado" que tenía. De hecho, en algunas ocasiones, llegó a enfrentarse con algunos miembros del partido, sobre todo con aquellos que sospechaba que podrían impedirle su ascenso y progreso dentro de la formación.
"Ella es muy mala, tiene mucho carácter y es muy vengativa. Le pega hacer todo lo que ha hecho. Ella es una tía muy agresiva. Si vas de su parte todo perfecto, pero si vas en su contra va a por ti. Ella quería hacer carrera en política y por eso chocaba con los que no querían darle el peso que sí querían darle en Madrid", confiesan.
Ingresos injustificables
De lo ocurrido, los líderes del partido en Madrid —la primera Rocío Monasterio— aseguraban haberse enterado por la prensa. Una teoría que rechazan personas cercanas al partido que conocen de primera mano cómo era la vida de Ana en la formación. Y es que desde el sábado por la mañana ya empezó a conocerse dentro de la formación lo que había sucedido.
Tal y como aseguran, el primer año y medio de la concejala dentro del partido fue "normal". Se mostraba comprometida con la formación y acudía a los actos junto a su marido, que al ser militar de profesión prefería mantenerse al margen y no aparecer visiblemente vinculado al partido. Pero la vida de lujo que pronto empezó a manifestar la pareja hizo saltar las alarmas. Luis Martínez, la pareja de Ana, había abandonado el Ejército una vez cumplidos los 45 años. A partir de ese momento, los ingresos de la pareja quedaron reducidos al sueldo de Ana como concejala y al dinero que percibía por su actividad en la empresa Flomar S.L, propiedad de su padre.
Pero a pesar de ello, la pareja no se privaba de nada. El marido de Ana contaba con hasta cuatro coches de alta gama y, durante años, realizaron importantes reformas en la casa. Y no solo eso, también invirtieron grandes cantidades de dinero en la compra de maquinaria para la empresa de metales del padre de la concejala e incluso llegaron a montar un bar. Grandes cantidades de dinero vinculadas a un alto nivel de vida que poco se podía relacionar con los ingresos que percibían.
"Posiblemente el bar ha sido el elemento principal para limpiar el dinero. Es el negocio más fácil para blanquear. Si montas una empresa de reforma y quieres justificarlo tienes que comprar material, pero en un bar es mucho más fácil", explican las fuentes anteriormente mencionadas a EL ESPAÑOL.
Un estilo de vida que debía haber hecho saltar las alarmas dentro de la formación, aunque nunca ocurrió. Según cuentan personas cercanas al partido, "se prefirió mirar para otro lado" en vez de informar a los líderes en Madrid de la actividad sospechosa de la concejala.
Este mismo martes, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, aseguraba que su formación no tiene "una bola de cristal" para conocer el comportamiento futuro de sus más de 20.000 candidatos a las elecciones del próximo día 28 de mayo. "Si alguien sabía que iba a cometer un fraude, nos podía haber avisado, pero eso ya es de película. Nosotros venimos sin bola de cristal", ironizaba frente a los periodistas. Pero a pesar de ello, personas cercanas al partido aseguran que la principal función de los compañeros que trabajaban mano a mano junto a Ana debería haber sido informar sobre las sospechosas fuentes de ingresos de la edil.
Drogas, armas y móviles
Todo comenzó el pasado mes de diciembre, cuando la Policía Nacional detectó la existencia de una pareja que se dedicaba al tráfico de sustancias estupefacientes en Yeles (Toledo). Pero lo cierto es que este no era el único municipio en el que el matrimonio desarrollaba gran parte de su vida social. También lo hacía en Parla donde, además de trabajar como concejala en el Ayuntamiento, Ana se encargaba de distribuir junto a su marido la mayor parte de la droga.
Tras una larga investigación, los agentes lograron averiguar que la pareja se dedicaba a la distribución de sustancias estupefacientes todos los dias de la semana y a cualquier hora del día. No solo en Yeles y Parla, sino también en otros municipios de Toledo, como es el caso de Borox, donde se encontraba la nave de la empresa para la que Ana también trabajaba como responsable de compras y calidad.
Las tareas estaban divididas y sus funciones más que definidas. Luis era el encargado de trasladar físicamente la cocaína a otros narcotraficantes. Una vez completada la primera fase, entraba en juego el papel de Ana, la encargada de la vigilancia y el blanqueo de los beneficios a través de las empresas que tenía a su nombre.
Durante el registro del domicilio, los agentes encontraron cocaína, marihuana, armas blancas, dinero en efectivo y varios terminales móviles. Pero no solo eso. La pareja contaba, además, con puertas fortificadas, perros de presa y sistemas de videovigilancia con el fin de evitar cualquier tipo de acción policial que pudiera provocar la caída de su red. Los agentes, tras realizar el registro, corroboraron que en la vivienda había indicios de la existencia de un sistema —que había sido recientemente desmantelado— preparado para defraudar el suministro eléctrico y con capacidad de más de 5.000 plantas de marihuana.
El juez ha decretado prisión sin fianza para el matrimonio por ser los cabecillas de la red. Junto a ellos, dos personas más fueron detenidas, aunque ya han quedado en libertad con cargos. La investigación, por el momento, continúa su curso.