Eran las nueve de la mañana. Las niñas, dos gemelas rusas de 12 años, iban al colegio como cada día. Vivían en el cuarto piso de un bloque de viviendas de la calle Facetos en Oviedo. Pero la mañana del viernes, en lugar de bajar las cuatro plantas del edificio, subieron otras dos para llegar hasta la sexta. Se habían desprendido de las mochilas, que quedaron tiradas en el rellano. Y poco después, se precipitaron por una ventana del patio de luces de la vivienda. Fallecieron en el acto, sin que los servicios de emergencias pudieran hacer nada por salvar su vida.
La muerte de Anastasia y Alejandra es todavía un misterio. Al margen de ese fugaz relato, poco más se sabe de lo sucedido. La Policía, que se trasladó de inmediato al lugar de los hechos, descartó desde un primer momento que hubieran intervenido terceras personas, por lo que la hipótesis del homicidio no se contempla. El inspector Pedro Aguado, portavoz de prensa de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, aseguró en declaraciones a los medios que “tras las primeras investigaciones realizadas y las declaraciones tomadas en el lugar a algunos testigos, se descarta la participación de terceras personas en el trágico suceso".
La otra vía conecta el episodio con lo ocurrido el pasado 21 de febrero en Sallent (Barcelona), donde dos chicas, también gemelas, también de 12 años y también nacidas fuera de España -en este caso en Argentina-, se lanzaron al vacío desde el balcón de su casa. Una falleció y la otra resultó herida grave. En este caso, las niñas sufrían bullying en el colegio y todo apunta a que una de ellas había comunicado que quería iniciar un proceso de cambio de sexo, por lo que recibían atención psicológica.
Las gemelas de Oviedo acudían al colegio público La Ería de Oviedo, junto a su hermano de 10 años. En el centro, sin embargo, nadie entiende muy bien lo que ha podido pasar. Los medios locales recogen que ambas se mostraban muy unidas, completamente integradas con el resto de sus compañeros y que hablaban perfectamente español pese a ser de nacionalidad rusa.
“Alguna vez las he visto en el recreo y siempre estaban jugando con otros niños, como los demás”, declara un padre a La Nueva España. Nadie sabe de la existencia de casos de acoso en el colegio, aunque la dirección evita hacer declaraciones hasta que no se conozcan más detalles de la tragedia.
[La Policía descarta el accidente como hipótesis de la muerte de las dos niñas de Oviedo]
Investigación abierta
El hermano pequeño de las gemelas sí que acudió el viernes a clase. Los investigadores deben ahora aclarar por qué Anastasia y Alejandra decidieron cambiar de opinión cuando salieron de casa para ir aparentemente a la escuela, dejando las mochilas en el rellano.
La familia, que lleva años residiendo en Oviedo, está recibiendo ya atención psicológica. No está claro que los padres estuvieran en el piso cuando las niñas se han precipitado por la ventana, según informó el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado. Sin embargo, otros testigos aseguran que fueron los gritos del progenitor de las niñas los que dieron la voz de alarma.
Todos los partidos políticos suspendieron los actos de campaña previstos en Oviedo al conocerse la noticia. El alcalde, Alfredo Canteli, decretó dos días de luto en la ciudad. Canteli se desplazó al lugar de los hechos poco después de las nueve de la mañana, cuando las niñas cayeron al vacío. Mientras, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, dijo sentirse “consternado” al enterarse de lo sucedido.
Todos esperan a los informes periciales de la Policía Judicial y Científica para poder hacer más valoraciones de lo ocurrido. Los compañeros del colegio de La Ería y los vecinos de la calle Facetos siguen intentando procesar cómo pudo ocurrir. Sin la intervención de terceras personas en el suceso, siguen abiertas el resto de hipótesis.