Cuando pensamos en convertir nuestra dieta en una lo más saludable posible, lo primero que nos viene a la cabeza es el precio de los productos. A menudo se asocia comer sano con comer productos caros. Tanto jóvenes como los más mayores, cada vez tienen más presente la importancia de comer de forma saludable. Pero ¿nos supone el mayor gasto comprar productos ecológicos? La Organización de Consumidores y Usuarios ha realizado un estudio que refleja que llenar nuestra cesta de la compra con alimentos ecológicos sale un 62 % más caro.
Con el objetivo de conseguir una cesta de la compra lo más saludable posible, y además lo más económica, la OCU ha llevado a cabo un estudio comparando los precios entre una cesta compuesta de productos ecológicos, y una cesta integrada por productos no ecológicos. El resultado ha sido bastante claro, aquellos que quieran llenar su despensa de la forma más ecológica posible, deben tener en cuenta que esto les supondrá un mayor desembolso.
Siguiendo lo que ha resultado de este estudio, y, como es evidente, el sobrecoste dependerá del tipo de producto que adquiramos. En primer lugar, el precio de las hortalizas de temporada alcanza el 110%, siguiendo el 83% de las patatas, en huevos el 80%, el 76% de las frutas de temporada, mientras que en otros productos la distancia de los precios es menor.
Cuando hablamos de productos que consumimos a diario, como la carne de cerdo y ternera, o el pescado, la diferencia de los precios varía también. En el caso de los pescados que cuentan con el sello azul MSC, este pescado se encarece el 10%, un porcentaje notablemente menor que en otros productos. Por otro lado, la carne de cerdo y ternera es un 22% más cara.
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El Eco no es más sostenible
El estudio también ha tratado el conocido 'sello ECO'. En él ha reflejado varias cuestiones respecto a él. Uno de ellos, que los alimentos con este sello provienen de tierras donde se emplean fertilizantes naturales, con cultivos de rotación y donde se evita a toda costa que se sobre explote el terreno, consiguiendo así un bajo impacto ambiental.
También trata el hecho de que, hoy en día, todavía no existe un certificado oficial que considere el impacto de factores como el consumo del agua, el envasado o el transporte, en el proceso desde que se produce, hasta el momento en el que se vende.
Aprovechando este estudio, la OCU se ha unido, como en otras ocasiones, a las organizaciones europeas de consumidores, para exigir a las autoridades de toda Europa que se lleve a cabo el desarrollo de un certificado de sostenibilidad para que el consumidor pueda escoger con criterio. Hasta que se consiga esta certificación, la organización aconseja a cada uno de los consumidores que compruebe que los alimentos son realmente de cercanía y de temporada.