Navidad de 1999. Jesús María Pedrosa, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya), recibe en su domicilio una botella de agua vacía. No es un mensaje cualquiera: es una amenaza de Euskadi Ta Askatasuna (ETA). No es la primera. En la ciudad había carteles contra los ediles populares: "Si queréis guerra, la vais a tener". El 4 de junio de 2000, mientras Pedrosa anda por las calles de la localidad, un terrorista se le acerca por la espalda y le asesina de un tiro en la cabeza.
Dos terroristas huyen mientras los compañeros de Pedrosa le velan en la capilla ardiente, situada en el salón de plenos. La primera noche, un grupo de jóvenes acude a relevar a sus mayores en el duelo. Entre ellos está un concejal con apenas un año de experiencia. Su nombre es Carlos García (Bilbao, 1980). Escucha los gritos que le dirigen personas que están fuera del edificio y los escalofríos recorren su cuerpo: "ETA, mátalos". Aquello se le quedará grabado toda la vida.
28 de mayo de 2023. El Partido Popular ha pasado de ser la segunda fuerza a no tener representación en Durango en apenas 19 años. En los últimos comicios, EH Bildu se hizo con la alcaldía. Esta vez, el PP quiere recuperar la representación y para eso lleva como cabeza de lista a alguien que conoce bien la zona. Un edil con experiencia en localidades cercanas como Elorrio. Su nombre es Carlos García (Bilbao, 1980).
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17 de junio de 2023. Carlos García está en el mismo lugar donde escuchó aquello de "ETA, mátalos". Esta vez será él quien sea nombrado concejal, pero no olvida lo que ocurrió hace exactamente 23 años. Dedica su juramento a Jesús María Pedrosa, utilizando el mismo papel que el edil asesinado por ETA escribió de su puño y letra para jurar su cargo, y el resto de víctimas de ETA en la localidad (13). "No puede hacer otra cosa que eso. Era mi pequeño homenaje, un pequeño consuelo".
Esta vez no tiene miedo alguno. "No lo tengo porque los terroristas hicieron mal su trabajo. Me intentaron matar tres veces. Solo tienen una manera y, como lo han intentado y no lo han conseguido, conmigo no tienen nada que hacer", dice a EL ESPAÑOL a posteriori. Su grito de guerra en la campaña fue "pelotas".
Su equipo
Carlos García supo en abril que su destino sería Durango. "Fui porque el asesinato de Pedrosa y su velatorio es una de las cuestiones que tengo grabadas para toda la vida".
No iba a desempeñar ninguna función que no conociera. Había sido antes edil de Elorrio y de Bilbao. En esta primera ciudad, en 2011, también echó a Bildu de la alcaldía. Sin embargo, esta operación era especial y tenía que formar un equipo a su medida.
En las listas le han acompañado aquellas personas que representan su modelo: Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz-Ayuso, Juan Carlos Vera o Daniel Portero.
Explica los motivos por los que incluyó en su lista a Miguel Ángel Rodríguez. El primero de ellos es que García es un firme defensor de las políticas de Isabel Díaz-Ayuso. "Lo primero era lanzar ese mensaje", apunta.
Los siguientes mensajes que querían resaltar eran los de la seriedad y que iban a regresar al Ayuntamiento: "¿Quién mejor para eso que quien hizo presidentes a Aznar y Díaz Ayuso?".
También le acompañó Daniel Portero, víctima de ETA. Quería visibilizar con esto su primer gran objetivo: desalojar a "los herederos de ETA" del Gobierno municipal. Junto a ellos también estaba Edurne Uriarte.
En las listas también había concejales históricos de Durango, no solo paracaidistas. Por ejemplo, Juan José Gastañazatorre Urizar, edil de la corporación municipal y compañero de Pedrosa, iba el número 3.
El hecho de que no sean todos de la localidad es una mala noticia para García. "Es una muestra de que no está normalizada la sociedad vasca". Sin embargo, ahí hay una buena noticia para él. "Afortundamante, somos un gran partido nacional con compañeros solidarios".
Su trabajo, reconoce, ha dado sus frutos. Ahora tiene junto a él a 10 jóvenes del pueblo que le acompañan. "Mi aspiración es configurar un Partido Popular fuerte".
Operación Durango
Su carta a los electores dejaba claras sus intenciones. Se basaba en tres puntos fundamentales: "Que el PP entre de nuevo con fuerza en el Ayuntamiento, sacar a Bildu de la alcaldía y gobernar para mejorar la vida de los durangueses".
Todo comenzó en abril. A partir de entonces, centraron la campaña en recuperar Durango. "Fui el primero en comprometerme en que desalojaría a Bildu si estaba en mi mano", dice. "Tenía claro que cualquier medida debía cimentarse sobre un suelo sólido. ¿Quién rompió la convivencia? ETA, asesinando. Pues hay que sacar a sus herederos de las instituciones".
Montó distintas campañas, se movió en redes sociales y en los medios de comunicación y montó un stand en el pueblo cada vez que la lluvia se lo permitió. Además, utilizó las pelotas vascas como reclamó. Las regaló, haciendo gala de que para cumplir su objetivo hacían falta "pelotas", las mismas que repartieron con el logo del PP.
Alguna vez ha tenido pequeños percantes. Pero mínimos, ni siquiera los comenta. Sobre todo después de que Otegi saliera a señalar que "la ultraderecha" quería entrar en el Ayuntamiento de Durango. "Que Otegi nos llamara fascistas me hizo revivir aquellos momentos", dice en referencia al velatorio de Pedrosa.
Sin embargo, tenía claro que el enfado de Bildu significaba que él iba por buen camino. "Más que buscar el efecto en mí, buscan el efecto en el resto. En los que colaboran, en los que ayudan. Por eso hoy seguimos sin completar las listas", aduce.
El trabajo le llevó a ir cumpliendo objetivos. El 28 de mayo consiguió el primero: devolver al PP al Ayuntamiento.
El segundo punto era desalojar a Bildu. Conseguido, el 17 de junio.
Ahora se centrará en gobernar. Aún no sabe cómo, pero lo hará. "Lo importante no es el cómo, es el qué", insiste en conversación con este periódico.
En los próximos cuatro años quiere imponer un plan de delincuencia cero, llevando de 45 a 70 el número de policías locales en la ciudad. También pretende que haya un apeadero del TAV-AVE en Durango y suprimir el peaje de la AP-8. Otro de los objetivos de García es que los niños puedan estudiar en español íntegramente en Durango.
Incluso, prepara una ordenanza pionera de memoria para las víctimas de ETA: en ella se engloban medidas como placas en lugares donde la banda terrorista asesinó a los suyos, que impida la financiación de asociaciones que realicen ongietorris o una limpieza inmediata de cualquier pintada proetarra.
Pleno y juramento
Todos esperaban el pasado sábado, 17 de junio, que la tensión reinara en el consistorio de Durango. García sería arropado por los suyos, aunque desde fuera del salón de plenos, cuyo aforo se había reducido. Incluso, según García, se impidió la entrada a medios de comunicación para cubrir el acto.
El PP se había movilizado. Miguel Ángel Rodríguez estuvo en la constitución de la corporación arropando a García. Raquel González, la presidenta del PP de Vizcaya, tampoco le dejó solo. Por la parte de la izquierda abertzale, estuvo presente Jasone Agirre.
El pleno fue tenso. Sobre todo durante el juramento del edil del Partido Popular, que ahora se queja de los insultos recibidos en campaña. "Es impensable que un partido se dedique a insultar al oponente".
"Pero con el público durante el pleno no hubo problemas", señala.
Así que empezó su turno de palabra. "Si estoy aquí es porque no puede estar Jesús María Pedrosa", quedó reflejada en una de sus frases más llamativas. "Voy a votar por él y por todos los que como él no pueden estar aquí... Se inicia una nueva etapa de libertad y democracia", sentenció García en su juramento.
Empleó en esta empresa el mismo texto que escribió de su puño y letra Pedrosa, que fue pronunciado en el mismo estrado. "Juro, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución y el Estatuto de Autonomía".
Llegó la hora de votar para "desalojar a los herederos de ETA" del Gobierno municipal. Lo consigue. Mireia Elkoroiribe (PNV) es elegida alcaldesa gracias al voto de García y los dos del PSOE. Sustituye a Ima Garrastatxu (EH BIldu). "Además, le he dado el voto a una buena persona", insiste García.
Llega entonces uno de los momentos más tensos del pleno. Elkoroiribe quiere mostrar su cortesía con Garrastatxu dándole dos besos. La representante de EH Bildu se da la vuelta y la deja sin respuesta.
EH Bildu ha perdido con esto la alcaldía más importante que poseía. Los independentistas cuentan con 9 ediles en la corporación y son la formación mayoritaria. Sin embargo, los 8 del PNV, los dos del PSE y Carlos García le han impedido seguir gobernando una ciudad en la que llevaban cuatro años, a pesar de ser junto al PP los únicos que han conseguido más votos que en 2019. Herriaren Eskubidea, la formación independiente de Durango, completará la corporación con otro concejal.
Luego llegan las críticas a la alcaldesa por besar a García y fotografiarse junto a él. "ETA no nos mata, pero sus herederos no nos dejan vivir. A la propia alcaldesa la critican por darme dos besos. En qué lugar del mundo ocurre eso".
Otros ayuntamientos
Maider Etxeberria (PSOE) será la primera alcaldesa de Vitoria. Lo será gracias a los votos del Partido Popular a cambio de absolutamente nada: el único objetivo es que EH Bildu no gobierne. Esto ha ocurrido en otras cuatro localidades: Durango, Kuartango, Zigoitia y Bernedo.
No son tan llamativos los tres últimos acuerdos que permitirán gobernar al PNV. El PP era la llave en todos ellos porque tenía que desempatar con el único concejal que había conseguido.
Estos ayuntamientos se suman a otras localidades también fuera de País Vasco. El caso más llamativo es el del Ayuntamiento de Barcelona. El PP de Alberto Núñez Feijóo regaló la alcaldía a Jaume Collboni (PSOE) para evitar que los independentistas rigieran la ciudad condal.
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Hay quien ha reprochado al Partido Popular que entregue estos regalos a cambio de nada. Ni siquiera le han dado las gracias. A los populares les da igual. Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, recalcaba que la idea era "desalojar a Bildu del Poder". Con el objetivo conseguido, recalcaba que lo hacía sin esperar "las gracias de nadie".