Una de las recomendaciones que siempre hacen los médicos es que hay que acudir de manera regular a sus consultas para someterse a chequeos para así poder constatar que todo está bajo control. La salud es el tesoro más importante que se tiene y cuidarlo es fundamental. Sin embargo, muchas veces dejamos pasar cosas a las que no le damos importancia y que después terminan convirtiéndose en desgracias.
Esto es lo que le sucedió a un hombre residente en el Reino Unido. Su nombre es Matt Kean y tiene 47 años. Este ciudadano británico se ha convertido en noticia después de que el medio nacional Daily Mail destacara su desgraciada historia. El objetivo no es otro que hacer un intento por concienciar de la importancia de las revisiones médicas periódicas.
El caso de Matt Kean es especialmente llamativo, ya que pasó de tener una simple mancha en la piel a la que no le daba importancia y que creía que era una picadura de araña a tener un problema realmente grave. Fue al médico, recibió su diagnóstico y ahora lleva casi una década enfrentándose a la muerte. Y todo por no haberle dado importancia a las revisiones periódicas.
¿Cómo fue el caso de Matt Kean?
Matt Kean es un maestro de escuela de 47 años que vive en el Reino Unido. Un buen día, mientras trabajaba en el jardín de su casa, vio una pequeña marca en una de sus rodillas y pensó que se trataba de la picadura de una araña. Por este motivo, decidió no prestar atención a lo que en realidad era un problema grave de salud. Confiando en que esta marca desaparecería en unos días, no consultó a ningún médico y dejó pasar el tiempo sin saber que lo que estaba haciendo era condenarse en vida a sí mismo.
Eso que parecía ser una picadura de araña terminó convirtiéndose en una llaga con forma de mancha oscura, casi negra, que dejó de tener buena pinta. Lo que comenzó siendo un punto negro se terminó apoderando de su rodilla y empezó a generarle molestias muy importantes. Por ello, decidió ir finalmente al médico y así conoció la realidad de su diagnóstico.
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Tras someterse a varias pruebas, lo que empezó siendo una simple picadura se tornó en un melanoma, una de las clases de cáncer de piel más importantes que existen. Una vez se tomó en serio la situación, ya fue tarde, ya que lo que había comenzado siendo una pequeña mancha en su piel se había tornado en una enfermedad que había dejado la zona de la rodilla para propagarse por todo el cuerpo de manera silenciosa. Así fue como llegó a extenderse hasta los ganglios linfáticos de la zona de su ingle.
En ese momento, con la enfermedad avanzando de manera galopante, se comenzó a hacer una pregunta: ¿podría haber cambiado su destino si hubiera acudido antes al médico? Una cuestión sin respuesta, pero que no paró de darle vueltas en la cabeza al saber la tremenda imprudencia que había cometido.
Matt Kean junto a su mujer y sus hijas
"Mi conducta no fue la mejor. Realmente era absurdo haber pensado que un bulto que crecía en mi rodilla y que tomaba poco a poco una coloración oscura e iba creciendo, realmente iba a revertirse de la nada". El origen de sus problemas llegó en el año 2016, cuando dio comienzo a una larga enfermedad en la que ha tenido que pasar por varias fases. Los médicos consiguieron extirparle el bulto que tenía en su rodilla. Sin embargo, el mal siguió estando presente en su organismo.
Tras serle retirados también los ganglios linfáticos de la ingle, Matt Kean recibió su diagnóstico definitivo. Melanoma metastásico en etapa 3. Los avances de la enfermedad no tardaron en hacerse reales. En noviembre de 2017, los médicos le comunicaron que la enfermedad se había extendido también hacia los ganglios presentes en el sector de la cadera y que el melanoma metastásico se había elevado a la etapa 4. Los médicos le dijeron que su esperanza de vida no sería superior a los 10 años. Sin embargo, Matt Kean recibió una segunda oportunidad en forma de milagro.
¿Qué milagro salvó la vida de Matt Kean?
A través de su relato, Matt Kean confesó que una de las batallas más duras de la enfermedad es la que se libra en el cerebro. Una de las luchas internas que más le ha penalizado es la de saber que no podría ver crecer a sus hijas ni disfrutar de sus logros. También le mataba por dentro el hecho de pensar que no podría pasar junto a su mujer todo el tiempo que deseaba ni hacer los planes de futuro que tenían en mente.
Esa frustración se le hizo más grande todavía que las consecuencias físicas derivadas de la enfermedad. Sin cumplir los 50, le costaba sobrellevar la idea de que el cáncer no lo padeciera él solo, sino que fuera un drama con el que tenía que cargar toda su familia: "Fue devastador tener que pensar en no poder ver crecer a mis hijas o estar ahí para mi esposa porque no me cuidé con mi aplicación de protector solar".
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Desde que se le diagnosticó la enfermedad han pasado siete años y aunque el temor invadió a todo el clan de los Kean, lo cierto es que Matt está viendo cómo su problema le da una tregua que podría ser vital. Ha conseguido ver a sus hijas iniciar la universidad y ha conseguido vencer el miedo de que estas vivan lejos de él. Aunque sabe que su estado condiciona los sueños de los seres queridos que le rodean, no pierde la esperanza de salvarse.
Gracias a los tratamientos que está recibiendo, los médicos han confirmado que su cáncer se ha detenido en su crecimiento y que incluso lleva desapareciendo unos años. Sin embargo, a pesar de estas buenas noticias, asegura que no quiere bajar la guardia para intentar darle la vuelta a la situación y ganarle la partida a ese extraño melanoma que comenzó con una supuesta picadura de araña.
Matt Kean ha seguido aplicándose rutinariamente sus correspondientes exámenes para apostar porque la enfermedad pueda permanecer 'a raya'. Y así conseguir salvar su vida. Sin embargo, en mitad de su padecimiento, Matt ha tomado varias decisiones. La primera ha sido vivir cada día como si se trata del último e intentar convertirse en un caso de inspiración para aumentar la concienciación de la sociedad. Aunque todavía no está salvado del todo, Matt está siendo protagonista de un milagro después de haber vivido una pesadilla.