Aunque llegó a formar parte de un partido, le bastaron seis meses para darse cuenta de que la política no era lo suyo. Perdía mucho tiempo en las guerras internas sin sentido que se producían, dice. Por aquel entonces, Emilio Froján tenía 24 años y ya había liderado algunas organizaciones estudiantiles mientras estudiaba Ciencias Políticas en Santiago de Compostela.

Ahora, con 32 años, es el CEO de Velca, el fabricante de vehículos eléctricos gallego cuyo reto es expandirse a 10 países y tener 100.000 vehículos en la calle en 2030. En el plano personal, Froján tampoco pasa desapercibido. Está conociendo a Andrea Levy, del PP, y aunque prefiere ser recatado, dice de ella que es una persona estupenda.

Su relación con la política va un poco más allá de lo estrictamente profesional desde que está conociendo ala integrante del PP y hasta las pasadas elecciones municipales del 28 de mayo concejala de Cultura, Turismo y Deportes en el Ayuntamiento de Madrid. "Es una chica estupenda y la admiro mucho, pero según está el clima político prefiero no decir más sobre esto", concluye el empresario.

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Froján siempre estuvo muy vinculado a la política estudiantil durante su paso por la universidad, lo que al tiempo se tradujo en desempeñar una posición orgánica dentro de un partido político durante medio año. El nombre de la formación lo guarda con recelo, y tampoco hay rastro en internet. "Esos pocos meses fueron suficientes para darme cuenta de que no veía la política como una herramienta eficaz de solucionar los conflictos que me importaban, como el cambio climático, la creación de ciudades sostenibles o el consumo responsable", afirma.

Asimismo, el rechazo que le causaron las dinámicas internas "orientadas más a denigrar al adversario que a construir valor", tal y como recalca él mismo, le llevaron a abandonar el partido. Al poco recaló como vicepresidente de una organización juvenil con status consultivo en la ONU. "Por ese tiempo me trasladé a Madrid y empecé a interesarme con todo lo que tiene que ver con el emprendimiento social, con propósito, de impacto", añade el protagonista de esta historia.

No obstante, y pese a su desapego, ha llegado a prestar asesoramiento a algunos partidos políticos de cara a la presentación de enmiendas en las comisiones del Congreso de los Diputados. 

Experto en logística

Ya en Madrid, y como espíritu emprendedor, asentó su oficina de trabajo en el Impact Hub al mismo tiempo que Voi, la empresa que ahora gestiona patinetes eléctricos en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla y Málaga, le contrató para lanzarlos en España. "Y ahí empieza mi vida. A los 27 años tuve que crear líneas de montaje, aprender de electromecánica, hacer circuitos de producción, circuitos logísticos, cadenas de ensamblaje, importación de componentes…", relata el propio Froján.

Froján, como ponente en una jornada técnica. Cedida

Poco después, el centro de producción en Madrid ya estaba montado. El experimento fue tan satisfactorio que la empresa sueca le decidió mandar a Alemania para repetir la hazaña. "Yo era un empleado de mucha confianza. Levantamos 450 millones de euros en rondas de inversión, pero entendía que en algún momento contratarían a un ingeniero con 15 años de experiencia", apunta. No ocurrió.

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Froján utilizó aquellos días en Alemania para trabajar por la noche en su propio proyecto, lo que sería Velca. "Hice una presentación con los primeros dibujos de Velca a mi equipo de mayor confianza del centro de producción de Madrid y al día siguiente fueron al banco, pidieron un crédito personal, y se vinieron conmigo", comenta al respecto. Voi quedaba atrás, Velca entraba por la puerta grande.

El nacimiento colectivo de Velca

Es decir, los trabajadores dejaron una compañía sueca con buenas condiciones laborales y se aliaron con Froján durante un tiempo en el que ni siquiera cobraron, "y encima poniendo sus ahorros y créditos personales al servicio de la idea", apuntilla el gallego. Tomaron la decisión en diciembre de 2019 y empezaron con la empresa en febrero de 2020, apenas un mes antes del estallido de la pandemia del Covid-19.

"Lo pasamos bastante mal porque los fondos de inversión se cerraron. Pedimos ayuda por LinkedIn. Escribimos un post en mayo de 2020 diciendo que buscábamos inversores de impacto y conseguimos captar 120.000 euros en cuestión de pocos días", se explaya Froján. Se percataron de que mucha gente había confiado en el proyecto y decidieron "profesionalizar" la petición de fondos mediante una plataforma especializada.

En septiembre, cuando el mundo volvía abrir los ojos tras el más duro de los confinamientos, lanzaron la campaña gracias a la cual obtuvieron 750.000 euros en menos de cuatro horas. "Al año siguiente volvimos a captar más de 2 millones de euros en la misma plataforma, y gracias a todo ello tenemos 2.000 vehículos circulando en la calle", completa Froján.

El futuro

Por el momento, desde Velca ofrecen 13 configuraciones de diferentes vehículos en catálogo en cuanto a lo que bicicletas, ciclomotores y motos eléctricas se refiere. "Contamos con un centro de ensamblaje en Madrid y trabajamos con un centro de producción en Polonia y otros dos en China", explica el CEO de la compañía. Además, ya tienen más de 70 puntos de venta activos en España y Portugal.

El empresario gallego, con uno de sus modelos de bicicleta eléctrica. Cedida

Asimismo, han conseguido homologar todas sus motos para que puedan circular por cualquier parte de Europa y lo mismo sucederá con Estados Unidos cuando logren homologar la flota que ya han llevado a Miami. Al fin y al cabo, Velca no deja de ser un nuevo fabricante en un sector muy atomizado en el que las grandes marcas se reparten la mayoría de la demanda.

"Nuestro centro de producción está acostumbrado a tener clientes a nivel mundial donde hacen miles de vehículos y nosotros, como mucho, les pedíamos líneas de 15 o 20 vehículos, aunque eso ya lo hemos superado", apuntilla Froján.

El ADN de la empresa es 0 emisiones desde su nacimiento. Ninguno de sus vehículos ha tenido combustión. Por el contrario, la batería extraíble de todos sus vehículos se podía cargar en cualquier enchufe doméstico, hasta la semana pasada. "Justo ahora hemos lanzado un nuevo modelo que también se puede cargar en un enchufe normal pero no tiene batería extraíble", describe el CEO.

En realidad, este nuevo modelo está orientado para aquellas personas que todavía no son clientes de Velca: "Vimos que había algunas personas interesadas pero que querían una moto que pudiera ir a más de 120 kilómetros por hora o tener más de 20 kilómetros de autonomía. Por eso, este último modelo está pensado para ellos", precisa Froján, quien afirma que una bicicleta de Velca está disponible a partir de los 1.400 euros, un ciclomotor desde los 2.100 y una moto desde 3.800 euros.

Creciendo

En total, Velca está compuesta por 25 trabajadores directos. En cuanto a la facturación, el propio Froján determina que en 2020 se cerró en unos 400.00 euros, una cifra que siempre ha ido en aumento. En 2021 cerraron casi en un millón de euros y en 2022 llegamos a los 1.550.000 euros. Este año, 2023, esperan rozar los 3,7 millones de euros.

"Nosotros estamos creciendo a un ritmo del 100% en un entorno en el que las matriculaciones de las motos eléctricas están cayendo respecto al año anterior. Aunque pueden parecer buenos números dentro del contexto convencional, nos exigimos unos crecimientos de en torno al 300%, así que vamos bien, pero no todo lo bien que nos gustaría", desarrolla el CEO de Velca.

De cara a 2030, la compañía se ha marcado algunos retos, como estar presente en 10 países diferentes del mundo a nivel físico. Si ya están en España y Portugal, analizan Italia y tienen a Francia y Alemania encima de la mesa, al igual que otros países de Latinoamérica como México, Argentina o Brasil. Además, pretenden que para dicho año haya 100.000 de sus vehículos rodando por las calles.