Tras hacerse con el premio de Mejor Sumiller de España en el año 2014, nadie imaginaba que Guillermo Cruz acabase con una condena de dos años de prisión y obligado a indemnizar con 22.487 euros al restaurante Mugaritz.
A principios de 2019, el mundo de la alta cocina española fue sorprendido con el despido del sumiller Guillermo Cruz, experto en el sector del vino. Éste llevaba desde 2012 representando al restaurante Mugaritz en diferentes tipos de eventos y congresos alrededor de todo el mundo. Este restaurante es bastante conocido por ser elegido uno de los mejores del mundo por el ranking 50 Best.
En el momento del inesperado despido ni Guillermo, ni Andoni Luis Aduriz, el chef que regenta el restaurante con dos estrellas Michelín, quisieron dar detalles al respecto. El caso contaba con una sentencia por parte del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y ésta fue validada posteriormente por el Tribunal Supremo, que consideró improcedente el despido de Cruz.
No se han conocido novedades al respecto desde entonces, hasta que el pasado lunes se hizo pública la sentencia de la vía penal y la Audiencia de Guipúzcoa. Ésta ha condenado al exsumiller a dos años de prisión por apropiación indebida de botellas de vino de alta gama del restaurante de Andoni.
Además de enfrentarse a la pena de prisión, la Audiencia de Guipúzcoa obliga al zaragozano a indemnizar al restaurante con 22.487 euros. También deberá abonar los costes del procedimiento y los de la acusación llevada a cabo por la empresa que posee Mugaritz.
La opinión del chef Aduriz
Tal y como relató hace unos meses en una entrevista a la Cadena Ser, el cocinero insistía en que había sido un proceso muy doloroso en el que parecía que había una constante tensión entre el mundo de la cocina y de la sala cuando ambos mundos tienen mucha notoriedad. Además, aprovechó para mencionar que fueron los abogados de Cruz quienes habían intentado llevarlo ahí, como a una especie de ataque de celos.
"Al final se ha hecho justicia, aunque a mí lo que me hubiera gustado es que esto jamás hubiera sucedido", recalcaba al medio mencionado.
La postura de Guillermo
Los abogados de Cruz han afirmado a la Cadena Ser que han recurrido la sentencia. "La sentencia no es firme y la hemos recurrido. Estamos muy sorprendidos porque no ha tenido en cuenta las sentencias anteriores y hechos ya probados en el Supremo. Lo cual la convierte en nula".
Guillermo había admitido que vendió botellas, pero recalcando que esas botellas eran de su propiedad. Además, afirmó que el restaurante tenía conocimiento de eso y le daba su consentimiento para llevar a cabo las ventas.
A pesar de ello, la resolución judicial ha considerado ahora que el entonces sumiller "no estaba autorizado a vender las botellas de vino del restaurante en beneficio propio”. En esta resolución también se señala que Cruz "no ha acreditado documentalmente, ni de ninguna otra manera, que las botellas de vino que vendió fueran de su propiedad", teniendo en cuenta que él se limitó a defender que "las adquiría al propio restaurante, las abonaba en efectivo, o bien las compraba a terceras personas, o bien se las regalaban debido a su profesión de sumiller".
El tribunal no le ha dado la razón a Cruz y ha rechazado el argumento del acusado de que la venta de las botellas fuera "plenamente conocida, aceptada y consentida" por el restaurante.