No cabe duda alguna de que estamos en nuestro pleno derecho de ausentarnos de nuestro puesto de trabajo si nos encontramos indispuestos o nos lo impide una enfermedad, pero ¿es posible faltar durante 20 años a trabajar? Así es el caso de Cinzia Paolina De Lio, una profesora de Historia y Filosofía que ha sido destituida por no asistir a su trabajo durante más de dos décadas en Venecia.

Tal y como informaron medios italianos, la profesora utilizaba justificantes de incapacidad por enfermedades, o incluso pedía vacaciones o días de baja administrativa. De Lio llevaba a cabo esta estrategia con el objetivo de hacer acto de presencia en conferencias y presentaciones y así, no tener que dar clases en los centros en los que trabajaba.

Lo primero que se nos puede venir a la mente al respecto es: ¿cómo es posible que nadie se haya dado cuenta de su absentismo durante un periodo tan largo de tiempo? Pues bien, el proceso para finalmente despedir a Cinzia comenzó en el año 2017 cuando el Ministerio de Educación de Italia realizó una inspección para valorar la situación de la profesora.

Estudiantes de Bachillerato. La Voz del Sur

En esta primera investigación, la profesora intentó revertir su despido en 2018 presentando una apelación ante un tribunal laboral de Venecia. Así, argumentaba que hubo una violación a su libertad de cátedra. En esta ocasión, ganó el recurso debido a que el juez consideró que la inspección que había realizado el Ministerio no había tenido la suficiente duración para evaluar su calidad como docente.

A pesar del éxito de Cinzia ante el tribunal, el Ministerio de Educación italiano transmitió el caso a otro tribunal que ratificó la sentencia inicial, el cual encontró que la profesora faltó al menos 20 años de los 24 que había estado contratada.

Tiempo más tarde, fueron las quejas de los propios alumnos de un colegio donde estuvo 4 meses seguidos trabajando los que hicieron saltar las alarmas de nuevo de la ausencia continua de De Lio.

Cómo era Cinzia en su puesto de trabajo

Los alumnos han insistido en más de una ocasión en la falta de interés que la profesora mostraba por impartir las lecciones. Muchos de ellos afirman que en los cuatro meses seguidos que asistió a clase, De Lio llegaba sin preparar la lección, por lo que la improvisaba, y usaba el móvil en el aula.

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Además, los estudiantes mostraban su descontento afirmando que calificaba el nivel de aprendizaje de utilizando un método aleatorio, e incluso, a veces, asistía sin los libros de texto, por lo que los propios jóvenes tenían que prestárselos.