Madrid ha amanecido empapelada de carteles con lemas un tanto extraños. "Que le vote Txapote". "Este cartel es rojo. Nosotros no". Bajo estas llamativas afirmaciones, aparece el nombre de una marca: Canallita.com. ¿Se trata de un nuevo think tank en el que la juventud madrileña de derechas comparte sus ideas? ¿Acaso es un nuevo proyecto político dedicado a la defensa de la jarana patria?
Algo de eso hay. Sin embargo, todo ello forma parte de una idea comercial que se encapsula en un producto: la ropa. Sí, Canallita.com es una marca de ropa. Una que se dirige a los "machos sin complejos", a los que "con la mano derecha sujetan el cubata" y "con la izquierda, el paquete". Aunque no está claro qué personas cumplen con dicho perfil, lo cierto es que la marca ha cobrado cierta publicidad gracias a su agresiva campaña.
Una marca con connotaciones políticas
Como reza el ya viejo adagio feminista, lo personal es político. Lo cual, por un lado, quiere decir que aquellas cosas que suceden en el ámbito íntimo tienen una explicación política, pero, por otro, también llevan a considerar que las acciones personales repercuten en ese ámbito. En esto mismo cree Canallita. ¿Qué hay más personal que el estilo que uno elige?
Para constatarlo, solamente hay que echar un vistazo a la web de la marca. "Pensé que haciendo una firma de moda masculina con aquel estilo, pero introduciendo ciertas ideas políticas y sobre la masculinidad tendría un nicho interesante", explican, en primera persona, en la página.
No queda claro si el que habla es el fundador de la marca, Carlos Casas Rojas, o el espíritu del Canallismo.
Bajo el lema El Fary vive, la lucha sigue, Casas y May Lopez, la otra socia del negocio, llegaron a la idea de combinar el conservadurismo con la moda tras unas copas por Albacete. En el bar, se dieron cuenta de que los camareros vestían marcas de reconocida españolidad, pero que, de alguna manera, no les correspondía llevar esas prendas. "A su aristócrata fundador", aseguran, "le sangrarían los ojos viendo su logo junto al corte de pelo de aquel camarero".
Y, como este tipo de gente, a su juicio, desmerece la marca que llevan bordada, era necesaria una nueva propuesta. Una nueva línea de ropa que mantuviera la pureza. Pese a ello, no parece que tomen alguna medida para evitar que perfiles ‘indeseables’ adquieran sus productos.
Sin embargo, lo que se sabe a ciencia cierta es lo que no son. Quieren contraponerse al "podemita", al desharrapado y afeminado hombre de izquierdas.
Contra este paradigma de la decadencia de Occidente, oponen a lo más variopinto de la farándula nacional. Desde El Fary —a quien dedican una camiseta— hasta Jesús Gil, Canallita.com toma como ejemplo a aquellos hombres que "huelen a heterosexual y a testosterona".
¿Será una buena estrategia comercial adoptar eslóganes políticos tan cáusticos como el Que te vote Txapote? Sólo el tiempo dirá si Canallita consigue calar entre la juventud española y logra perpetuar la estirpe del macho ibérico, una especie que, para ellos, se encuentra en peligro de extinción.