¿Aprovechar el Día Mundial del Perro como uno de los hitos finales de la campaña? Aprovechar el Día Mundial del Perro como uno de los hitos finales de la campaña. La bombilla se encendió en Moncloa con esa idea a pocos días de votar. ¿La estrategia? Convertir el ataque en elogio y el gesto torcido de Pedro Sánchez al escuchar Perro Sanxe, lo que era un jab digital de la oposición al costado, en una chanza agradable y empática.
Pedro Sánchez ha abrazado definitivamente el Perro Sanxe y quiere que lo sepa todo el mundo. Parece que ahora le gusta. Incluso explica cómo pronunciarlo. Porque si hace un par de semanas, durante su entrevista televisiva con Jordi Évole, se quejaba taciturno, en el marco de una estrategia victimista, de ese insulto; ahora lo adopta alegre. "No es Sánchez, es Sanxe", matizó el presidente del Gobierno una vez preguntado por Julia Otero este viernes en la radio.
Pocas horas después, Sánchez hizo su entrada en el mitin final de campaña del PSOE, en Getafe, con la canción Perra, de Rigoberta Bandini. Por la mañana, compartió una fotografía en su cuenta de Twitter en la que sale trajeado y abrazado a sus perros en los jardines de la Moncloa. Un clásico, porque Sánchez no es ni el primer político ni el primer presidente o primer ministro que se fotografía con sus mascotas.
El simplísimo juego de palabras que el gabinete del presidente ha sabido revertir en su favor también tuvo su eco desde las redes oficiales del PSOE. Publicado al mediodía, el meme acumula más de 5,5 millones de impactos. "Más sabe el perro Sanxe por perro que por Sanxe", reza el lema.
Pero hubo asesores y spin doctors que lo pensaron antes. No solo los americanos, tan pioneros siempre en la comunicación política, con el certero ejemplo de Barack Obama tan fresco. La estrategia de Sánchez es el reverso canino de Mauricio Macri y los gatos. El Perro Sanxe es el Macri Gato que los argentinos tanto gritaron a quien fuera presidente argentino entre 2015 y 2019. Habida cuenta de que no se trata de un tan evidente juego léxico, el kirchnerismo trató de incidir en lo "poco fiable y leal" que, como los felinos, y en contraposición con los perros, era Macri.
Y también como Sánchez, Macri asistió impasible a grafitis, pancartas y cánticos permanentes hasta que se presentó a la reelección en 2019. "Soy un gato", se resignó con el mismo espíritu el candidato de la derecha argentina. De poco le sirvió.
Sánchez y los perros
Los perros siempre han estado muy presentes en la vida de Sánchez, como él mismo narró en el último episodio de La Pija y la Quinqui, el pódcast dirigido por dos jóvenes al que Sánchez acudió sorpresivamente la semana pasada para cultivar el voto en este segmento de población. "He crecido con ellos en casa, mis padres siempre tenían", aseguró. También de cómo introdujo esa relación canina con Begoña Gómez, su mujer. Y, de fondo, recordado por los propios presentadores de un pódcast marcado por la informalidad, uno de sus múltiples motes: Perro Sanxe.
Fue en 2017 la primera vez que se pudo ver a Sánchez públicamente con un perro. Hablamos de un Sánchez aún lider de la oposición, prepresidencial, a un año todavía de tumbar a Mariano Rajoy en la moción de censura. Entonces, desde su Instagram personal, Sánchez publicó una imagen con Turca, su perrita de agua. Acababa de formar parte de su familia. "Toda nobleza y dulzura", describía el socialista.
Aunque esa no fue la única foto en la que se le vio acompañado de ella, porque un año más tarde, en 2018, desde la Moncloa se difundió una foto del ya presidente haciendo deporte y jugando con su mascota. Hoy, además de esta, tiene otra perrita de agua de color marrón con la que se le ha podido ver en la fotografía que ha compartido Sánchez por el Día Mundial del Perro.
"Tienen una pelota de tenis como cerebro, puedes estar con ellos todo el día jugando a tirarles la pelota de tenis. Tuve un chow chow y no quería jugar. Pero estas son un coñazo, quieren jugar todo el rato", relataba Sánchez en el pódcast antes citado.
Pero el presidente del Gobierno ha protagonizado más momentos caninos. En 2019, como recoge La Voz de Asturias, Pedro Sánchez se encontraba en Oviedo para arropar a sus candidatos a la Alcaldía y a la Presidencia del Principado. Mientras recorría las calles de la ciudad, seguido por su comitiva, varios curiosos se acercaron a saludarle y, entre ellos, uno muy particular: un perro llamado Pedro. Cuando el socialista supo su nombre, soltó una carcajada, le saludó y continuó con su trayecto. Aunque ahí no acabó todo. Poco después se encontró con otra mujer y se hicieron un selfi con la mascota que sujetaba en brazos.
Aunque el episodio más reciente tuvo lugar este jueves. Durante un mitin en la ciudad de Lugo, Pedro Sánchez se ha vuelto a encontrar con un militante inesperado. En un vídeo que se ha hecho viral en las redes, se puede ver cómo Sánchez, entre vítores y palmas, se ha acercado cariñosamente a un perro de color marrón claro que sostenía una seguidora. Le ha acariciado y le ha dado un beso al animal. Después, el socialista se ha marchado entre risas.
Tampoco se puede olvidar a uno de los perros más famosos en torno a la figura de Sánchez, y es el que protagoniza el meme de "más sabe perro sanxe por perro que por sanxe". Esta frase, que nació como un insulto de la derecha, se ha convertido en todo un fenómeno y casi en un lema de campaña del PSOE. De hecho, políticos como la candidata de Baleares, Francina Armengol, entre otros, han subido imágenes con mascotas acompañadas con frases como "es team #PerroSanxe".
Arremangado con una camisa rosa, el presidente comentaba en un tono desenfadado con los creadores de La Pija y la Quinqui que el meme de perro sanxe le "encanta". "Es una experiencia a la que se le ha dado la vuelta", recordaba.
Un mensaje político
Lo cierto es que no es el único político que ha publicado fotografías con perros. La lista parece interminable. Hace dos años, Pablo Iglesias subió una fotografía a su cuenta de Twitter por el Día Mundial del Perro en el que se le podía ver abrazado a sus dos mascotas. La imagen la acompañó de un fragmento de un poema de Pablo Neruda: "Y yo, materialista que no cree; en el celeste cielo prometido, para ningún humano; para todo perro, creo en el cielo".
Tampoco se pueden olvidar otras instantáneas míticas como la del ex líder de Ciudadanos Albert Rivera cuando mostró a Lucas, un cachorro de color marrón, como la mascota de Ciudadanos. Un vídeo que después derivó en una retahíla de memes por redes sociales. Aunque para apariciones míticas está también la de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre, que tenía su propia cuenta de Twitter (@SoyPecas) y que gestionaba la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En ella, aseguraba que vivía "en Malasaña con una rubia castiza", y se definía como "incontrolable", "liberal" y "seductor".
Más allá de nuestras fronteras, si hay a personajes políticos a los que más se les ha visto con perros, esos son los Obama. Nada más entrar en la Casa Blanca, se hicieron con un perro de agua negro de seis meses al que llamaron Bo. Pronto se convirtió en el protagonista de innumerables fotografías que publicaron tanto Barack como Michelle Obama en sus redes. Una tradición que han vuelto a seguir los Biden.
Pero, ¿por qué tantos políticos se afanan en dejarse ver con estas mascotas? Como se sabe, nada en política es casual. Ya sea la elección de una prenda de ropa más desenfadada como en qué programa deciden participar, lo cierto es que mostrarse acompañado de animales como los perros humaniza. Tratan de dar una imagen cercana, familiar y actual. Un detalle importante y más, si cabe, en plena recta final para el 23J, cuando los candidatos tratan de arrancar hasta el último voto a su favor.