Murcia

Alejandro vendió su coche y se compró un patinete eléctrico por tres motivos: ahorrar dinero, al no tener que peregrinar al surtidor, desplazarse con mayor agilidad por Granada, sin sufrir quebraderos de cabeza para estacionar, y contaminar menos. Pero el cambio de medio de transporte le ha salido muy caro a Álex: una arqueta en apariencia defectuosa, provocó que sufriese una caída muy grave en la calle Varela que se saldó con una operación, para colocarle una placa de titanio en el brazo izquierdo, y más de 200 días de baja que se tradujeron en la pérdida de su puesto de trabajo.

"He sufrido un daño físico, moral y económico muy grande", tal y como lamenta Alejandro Cote Barbosa, un colombiano con nacionalidad española, de 35 años, al que aquella caída con el patín eléctrico le ha traído consecuencias nefastas a su vida. "Perdí el empleo que tenía desde 2021 en una tienda de telefonía, he perdido un 45% de la movilidad en mi muñeca izquierda y me ha quedado una cicatriz de once centímetros en el brazo".

Este defensor de los vehículos de movilidad personal (VMP) ha decidido presentar una reclamación patrimonial de 41.981 euros contra el Ayuntamiento de la ciudad de la Alhambra, como responsable del mantenimiento de la vía pública donde sufrió aquel terrible accidente. "Lo que me indemnicen no me compensa el daño que me han hecho porque esto es de por vida", según remarca este miembro de la Asociación para la Movilidad Personal y Ecológica de Granada.

De momento, Alejandro no ha sido indemnizado porque el Consistorio tiene seis meses para responder a la reclamación patrimonial presentada por su abogado, Joaquín Perales: experto en temas de tráfico y seguridad vial. Aunque lo que más lamenta este treintañero es que "todavía no han arreglado" la arqueta de la calle Varela, donde el 28 de octubre de 2022 sufrió una caída que le cambió la vida. "Deberían tener las calles en buen estado y reparar todas las arquetas para que esto no le suceda a otro". 

Un vecino de Granada que demanda al Ayuntamiento por una caída que sufrió con el patín en una arqueta Laura Mateo

El mantenimiento óptimo de las calles y vías de circulación es uno de los elementos clave para evitar caídas entre los 800.000 usuarios de patinete eléctrico que hay en España, según datos de la Dirección General de Tráfico. En Granada, hay más de 15.000, y por aquel entonces, Álex se desplazaba sobre dos ruedas a la tienda de telefonía donde trabajaba de dependiente. Ese 28 de octubre realizó unos recados antes de regresar a casa junto a su esposa y su hija. "Me acerqué al banco y a la farmacia".

- ¿Cómo sufrió la caída con la arqueta?

- Alejandro: Iba por la calle Varela de camino a casa. Esa calle tiene algo de pendiente y bolardos a los lados que delimitan la zona de paso de los peatones de la de los coches, motos y patinetes. También hay varias arquetas y pise una que estaba en mal estado, sin saberlo, porque todas se ven cerradas. La visagra estaba mal y al pasar la primera rueda del patinete, se levantó la tapa de la arqueta y la segunda rueda se metió dentro de la arqueta. Eso me frenó en seco y salí volando contra los bolardos.

Por suerte, este colombiano siempre circula con un casco que evitó que sufriese un traumatismo craneoencefálico o algo peor, tras quedarse encajada la rueda en el hueco de la arqueta, saliendo disparado hacia los bolardos.

"No perdí el conocimiento, pero no sabía qué había pasado, no podía levantarme y me tuvieron que prestar auxilio dos turistas y un camarero del Restaurante Disloque", tal y como relata a EL ESPAÑOL. "Tenía la muñeca totalmente girada hacia fuera y sentía un dolor horrible. Me pusieron hielo y llamaron a emergencias porque me dolía muchísimo".

Alejandro terminó en una ambulancia y desde el primer minuto comenzó a inmortalizar su accidente con un vídeo que ilustra este reportaje, debido a que tenía claro que su caída no fue fruto de una mala conducción del patinete. En las imágenes, Álex aparece dolorido, mientras presiona una bolsa con hielo contra su muñeca. Aunque de poco le sirvió ese remedio, ya que a su llegada al Hospital San Cecilio quedó ingresado para ser intervenido con este diagnóstico: 'fractura radio distal izquierda'.

Alejandro sujetando una bolsa de hielo contra su brazo, el 28 de octubre, tras sufrir una caída con su patinete eléctrico por la tapa de una arqueta.

"El 31 de octubre, el día de Halloween, me sometieron a una operación de cinco horas: me taladraron el hueso para ponerme una placa de titanio y once tornillos". El 1 de noviembre de 2022 salió del hospital y comenzó su calvario: un largo periodo de rehabilitación, acudiendo a consultas de Traumatología y Fisioterapia.

"Mi esposa se tuvo que encargar de todo durante ese tiempo porque lo tenía complicado hasta para ducharme y tenemos una niña, de 9 años", según remarca, mostrándose agradecido por la ayuda que recibió de su mujer. "Imagínate el trauma: nunca había tenido que pasar por un quirófano y aquella operación no fue ninguna broma. En el fisioterapeuta privado me tuve que gastar un montón de dinero".

Paralelamente al duro proceso de rehabilitación, el pobre Alejandro narra que tuvo que emprender un proceso legal contra la tienda de telefonía donde estaba empleado. "La empresa me pagaba la baja con retraso, los últimos tres meses no me los pagó y tuve que contratar a un abogado laboralista para que me pagasen lo que me debían", según expone este vecino del Zaidín: el barrio más populoso de Granada. 

- ¿Qué ocurrió en su trabajo?

- Alejandro: Después de la baja médica del accidente no me renovaron en el empleo que tenía desde 2021. Me despidieron sin indemnizarme. Enlacé una cosa con otra. Tuvimos pleitos y denuncias a la Inspección de Trabajo hasta que llegamos a una conciliación laboral, por una parte proporcional de la indemnización que me correspondía.

Alejandro, con casco, posando con el patinete eléctrico que se compró ante de sufrir el accidente en Granada. Cedida

Tras superar aquella batalla laboral, ahora le toca pelear con el Ayuntamiento de Granada a este defensor del patinete eléctrico como medio de transporte alternativo y no contaminante, desde que en 2021 la Dirección General de Tráfico lo catalogó como vehículo de movilidad personal. "He participado en marchas de la Asociación para la Movilidad Personal y Ecológica de Granada para pedir más carriles especiales y mejoras de la señalización para usuarios de bicicleta, patín y rueda", según resalta. "Siempre he apoyado los temas ecológicos y el patín me pareció una buena opción, era mi medio de transporte diario porque es práctico para moverse, se dobla y se puede dejar en un rincón".

Todo eso ya queda lejos porque no ha vuelto a subirse en su patín desde hace nueve meses: "Solo puedo desplazarme a pie o en bus porque me duele el brazo izquierdo, se me tensan los tendones, no puedo hacer presión con esa mano y es donde está del freno". El último informe médico sobre su caso se emitió el 16 de mayo de 2023 y pasados 201 días de rehabilitación, a fecha de hoy, Alejandro asegura que su juego de muñeca no ha vuelto a ser el mismo: "Me sigue doliendo desde la operación".

- ¿Qué síntomas sigue notando en su muñeca izquierda?

- Alejandro: Todas las mañanas amanezco como si tuviese entumecida la muñeca y tengo que empezar a moverla lentamente, de arriba hacia abajo, hasta que se calienta el músculo. No puedo coger ni una bolsa de la compra porque se me inflama el brazo al hacer fuerza. Además, tengo un perjuicio estético porque se me quedó una cicatriz y tengo más gruesa la muñeca por el callo del hueso que se une con la placa de titanio.

EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Granada para conocer su versión de los hechos, pero desde su gabinete de comunicación explican que están recabando datos sobre el expediente abierto tras recibir la reclamación patrimonial. De forma que no pueden valorar ni las circunstancias ni las causas del accidente.

Esa postura no evita que Alejandro haga un llamamiento al Consistorio, como miembro de la Asociación para la Movilidad Personal y Ecológica de Granada: "Necesitamos que las calles estén adecuadas, de lo contrario esto le seguirá sucediendo a otros compañeros". De hecho, este vecino del Zaidín no duda en coger un taxi este martes, solo para desplazarse a la calle Varela a fotografiarse con su patín, junto a la arqueta en la que sufrió su caída, con un solo objetivo: "Denunciar que sigue en mal estado".

No ha cambiado nada nueve meses después: "En este mismo lugar, el camarero que me auxilió me ha contado que ya se han caído otras dos personas: se han raspado el cuerpo y han sufrido desperfectos en el patinete por culpa de la misma arqueta".

Alejandro, este martes, posando junto a la arqueta de la calle Varela de Granada donde sufrió el accidente en patín eléctrico. Cedida

El letrado Joaquín Perales, encargado de presentar la reclamación patrimonial de Alejandro, considera que "esa arqueta es un peligro para cualquier usuario de patinete eléctrico porque está mal anclada". Prueba de ello es que Perales, en su escrito, argumenta que el Ayuntamiento debe indemnizar a su cliente por las lesiones y los daños que sufrió su patín porque la arqueta "se encontraba en mal estado de conservación y mantenimiento, lo que provocó la caída del reclamante".

Además, la mujer de Alejandro y un amigo se desplazaron a la calle Varela días después del siniestro y documentaron con vídeos cómo la tapa de la arqueta se levanta al pasar con el patín eléctrico. Tales pruebas, junto al vídeo de Álex en la ambulancia, obran en poder del abogado para aportarlas a los juzgados si finalmente es necesario llegar a esta vía.

Joaquín Perales alega que el Consistorio tiene una "responsabilidad objetiva" en el perjuicio sufrido por Alejandro porque le corresponde "la titularidad" de la vía donde sufrió el accidente: "Tiene la obligación de mantenerla en adecuado estado de conservación". El letrado concluye que la actuación de la Administración también fue defectuosa con la señalización de la zona, ya que ninguna señal advierte del "defectuoso estado" de la arqueta.

El Consistorio tiene hasta diciembre para aclarar si indemnizará -o no- a este vecino con 41.981 euros. Pero Alejandro insiste en que esto no lo hace por dinero: "Se producen muchas caídas de usuarios de patinete eléctrico, pero casi nadie denuncia porque no son graves, pero en mi caso, al ser tan grave y al perder el empleo, tomé la decisión de denunciar. Supuestamente, las calles están adecuadas para los conductores, pero todavía falta mucho".