El 3 de mayo de 2007, Madeleine McCann, conocida cariñosamente como Maddie, dormía junto a sus dos hermanos en un apartamento que sus padres habían alquilado para disfrutar de sus vacaciones en Praia da Luz, en Portugal. En un momento determinado de la noche, sus dos progenitores, Gerry y Kate, decidieron bajar a cenar al restaurante del complejo dejando a los tres pequeños solos en la habitación.
A pesar de que solo había 50 metros de separación, los padres decidieron turnarse para comprobar que los niños seguían en buen estado y que nada había sucedido. Sin embargo, lo que no se esperaban es que durante una de esas vigilancias comprobarían que su pequeña Madeleine habría desaparecido.
Desde entonces, el caso de Madeleine McCann se ha convertido en uno de los más mediáticos de la historia a nivel mundial. Y es que, a pesar de que han pasado ya 16 años desde que se vio por última vez a la pequeña, lo cierto es que todavía no existen conclusiones claras sobre lo ocurrido. La investigación ha estado siempre caracterizada por contar con uno de los mayores operativos de búsqueda de la historia. Sin embargo, todavía existen muchas preguntas sin resolver al respecto.
Con el paso de los años, la investigación en torno al caso ha ido dando continuos giros. El último ocurrió hace apenas unos meses, cuando se hallaron nuevas pistas que podían vincular a la pequeña con Christian Brueckner, el principal sospechoso de su desaparición. Y es que las autoridades confirmaron que el señalado solía frecuentar la zona de la presa de Barragem do Arade, lugar que podría ser determinante en la investigación. Según se pudo saber, el individuo vivía allí en una caravana en el momento en el que desapareció la pequeña.
Con esta nueva búsqueda, los agentes encontraron varios objetos en el embalse. Sin embargo, ninguno de los elementos hallados pudieron arrojar nuevas pistas. Ahora, las declaraciones de un testigo podrían ser cruciales para cambiar el rumbo de las hipótesis surgidas en un primer momento.
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El hombre que ha declarado ante las autoridades se trata de Hegel B. Sin embargo, no se trata de un nombre real. Y es que el individuo ha preferido mantener su identidad en el anonimato. Ha sido él el encargado de confesar a las autoridades que Christian Brueckner, el principal sospechoso, contaba con un equipo especial de herramientas. Tal y como ha confesado, los utensilios con los que contaba eran perfectos para robos.
Con estas nuevas informaciones, las autoridades se plantean ahora si el individuo pudo haber entrado por la ventana de la habitación en la que Madeleine se encontraba junto a sus hermanos en el Algarve, en Portugal. En este sentido, se sospecha que el sospecho pudiera haber entrado por la puerta del hotel sin alertar a los trabajadores y utilizar, posteriormente, sus herramientas para acceder a la habitación de la niña.
Según se ha confirmado, el testigo conoció a Bureckner un año antes de la desaparición de Madeleine. Este llegó incluso a asegurarle que Madeleine no gritó. Una confesión que alertó a Hegel B. Tal y como ha publicado The Sun, el testigo también es delincuente, llegando incluso a confesar que en su casa guardaba herramientas para poder entrar en hoteles y casas alquiladas.
Hegel está considerado el principal testigo del caso. Por ello, su testimonio es tan importante. Busching y Brueckner se conocieron en Portugal gracias a unos amigos que tenían en común. Sus primeros encuentros se produjeron en Praia da Luz, donde se encontraba el apartamento de la familia McCann, cerca del Algarve.
Quién es Christian Brueckner, el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann
Christian Brueckner es el principal sospechoso de la desaparición de la niña británica. Actualmente cumple condena en Alemania por delitos relacionados con el tráfico de drogas y cuenta con antecedentes previos por abusos sexuales.
Durante la desaparición de Madeleine, el individuo estaba en Portugal. Esto pudo confirmarse por medio del registro de las llamadas de su móvil. En el año 2016, las autoridades descubrieron en su casa un pen drive en el que guardaba pornografía infantil. Las sospechas hacia él aumentaron cuando fue extraditado desde Portugal a Alemania por un caso de abuso a menores en Grecia.
Una vez cumplió la mitad de su condena, volvió a ser extraditado desde Italia por delitos relacionados con drogas. En la zona donde desapareció Madeleine, realizaba trabajos ocasionales y ya había protagonizado previamente robos en hoteles. Las autoridades hallaron en su caravana fibras del pijama que el día de los hechos llevaba la niña. Cuando se le preguntó por los hechos, no quiso pronunciarse.