La pareja de Inga Nuke, la mujer letona que apareció este miércoles tras 9 días desaparecida, ha recibido una orden de alejamiento respecto a la que fuera su compañera sentimental. El Juzgado de Violencia de Género número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, que está investigando al hombre por tres delitos distintos, ha dictado la orden después de asumir el caso. Según fuentes de la investigación, se le investiga por maltrato, coacciones y lesiones en el ámbito de la violencia de género.
Nuke aseguró haber sufrido agresiones y vejaciones por parte de la que fuera su pareja y denunció los hechos en las dependencias judiciales el miércoles, apenas unas horas después de que unos vecinos dieran con su paradero. Había pasado nueve días a la intemperie y, según sus propias declaraciones, sobrevivió alimentándose de las bayas del campo y del agua de los charcos.
Gracias a la foto que se difundió tras su desaparición, los vecinos pudieron reconocer a la letona. En ese momento, Nuke se encontraba deshidratada y repleta de heridas y arañazos, además de que no tenía en su poder ni dinero ni documentación. Según ha trascendido, la pareja supuestamente le echó de la casa que compartían de manera violenta, impidiendo que se llevara nada.
Cartel que se difundió para buscar a Inga Nuke.
El hombre le expulsó de la vivienda del barrio de Las Mesas, en la capital de la isla, tras varios episodios de presuntos abusos y vejaciones en los que, tal y como relató la propia Nuke, tanto él como el suegro habrían tomado parte. Tras echarla, Nuke cuenta que se fue "al bosque" -nombre con el que se refiere al lugar de Arucas donde se refugió-. Allí permaneció ocho días, rumiando la discusión, hasta que recapacitó y regresó a la ciudad.
El relato que ha aportado la letona cuenta que fue "tal el infierno que viví en aquella casa, que pensé en suicidarme". De hecho, la hija mayor de la mujer, Elina, explica que, al día siguiente de desaparecer, Nuke regresó a la vivienda común para reclamar sus efectos personales a la pareja. Presentaba heridas en el brazo y, según Elina, el hombre no llamó a una ambulancia.
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Según refleja La Provincia, en los días sucesivos se organizó un dispositivo de búsqueda en el que el mismo compañero sentimental participó. Se la buscó sobre todo por la zona de Tamaraceite. Al no encontrarla, muchos de los vecinos comenzaron a temerse lo peor, habida cuenta de que no era la primera vez que se la veía con heridas en los brazos. Afortunadamente, en la mañana del miércoles, Elina recibió la llamada que esperaba: su madre estaba sana y salva.
Apareció en una zona conocida como Las Montañas, muy cerca del Picacho de Arucas. Unos lugareños reconocieron a la letona gracias a la difusión de su foto por parte de SOS Desaparecidos, cuando esta fue a pedirles agua. Tras poner sobre aviso a la Guardia Civil, Elina pudo reunirse con su madre. Junto a ella y a sus abogados decidió interponer una denuncia contra su pareja.
La instrucción del caso atraviesa ahora la fase de las diligencias previas. El investigado se enfrenta a tres posibles acusaciones de maltrato, lesiones y coacciones en el ámbito de la violencia de género.