El futuro que le espera a Daniel Sancho es poco esperanzador. El subdirector de la Policía de Tailandia, Surachate Hakparn, aseguró este martes que pedirán pena de muerte para el español, después de llegar a la conclusión de que el asesinato del colombiano Edwin Arrieta fue premeditado. De cumplirse el peor de los escenarios para Sancho, la pena se llevará a cabo mediante la inyección de diferentes fármacos que producen el deceso.
"Hemos consultado al fiscal sobre algunas de las pruebas y son suficientemente consistentes para acusarle de asesinato premeditado, lo que implica la pena de muerte", anunció este martes Surachate Hakparn, uno de los policías más mediáticos y poderosos del país.
En caso de que finalmente se lleve a cabo la pena, Sancho será trasladado probablemente hasta la prisión de Klong Prem, un centro penitenciario de máxima seguridad localizado en Bangkok, que cuenta con más de 6.000 reclusos, entre ellos varios españoles. La pena de muerte que allí se emplea y a la que se enfrenta Daniel Sancho es la famosa inyección letal que se aplica con una dosis masiva intravenosa de tres sustancias químicas.
Por su parte, Amnistía Internacional, organización que fiscaliza a los países que tienen todavía en vigor la máxima pena, explica que "a las personas que van a ser ejecutadas por medio de una inyección letal se las sujeta con correas a una camilla y se les inyecta, primeramente, un anestésico; a continuación, un agente paralizante, y por último, cloruro potásico, sustancia que hace que se les pare el corazón".
Surachate, más conocido como 'Big Joke', ha descartado con rotundidad la muerte fortuita que el chef había repetido tras su detención. Asimismo, afirma que Daniel Sancho apuñaló a Edwin Arrieta durante una discusión. Sin embargo, no se ha podido determinar si la víctima falleció por esa herida o al golpearse al caerse. "Hubo una pelea y entonces Daniel apuñaló a Edwin, quien se golpeó la cabeza contra el lavabo", señala.
Además, pese a que la defensa del joven español afirma que tuvo que haber terceras personas implicadas, la policía tailandesa lo descarta: "Tenemos las grabaciones de seguridad y no consta otra tercera persona, ni hemos hallado otro ADN. Sancho lo tenía planificado, el día anterior compró el material".
Sancho tiene por delante un complejo proceso judicial, que se podría alargar hasta los seis meses, en un país con un Código Penal que contempla, en su artículo 288, la pena capital para casos de asesinato premeditado, aunque suele ser conmutada por cadena perpetua.
Ahora todas las pruebas serán entregadas a la fiscalía para fijar fecha del juicio y, por parte de la policía, la investigación está concluida: "Hemos consultado con el fiscal general algunas de las pruebas que tenemos y son lo suficientemente sólidas como para presentar cargos contra él", apunta el subdirector de la policía de Tailandia.