La otra cara de Wilbur, de campeón de España de gimnasia al 'Grand Prix': "Tuve una lesión y lo dejé"
El 'payaso' y acróbata dejó el deporte de élite para dedicarse a la comedia. Habla con EL ESPAÑOL a las puertas de las semifinales del Grand Prix.
19 agosto, 2023 01:54Se ha convertido en la revelación del verano. El retorno a TVE del Grand Prix este verano ha sido todo un éxito de audiencia emisión tras emisión, convirtiéndose en el formato más seguido de todos los estrenados en esta época estival.
Los espectadores se han encontrado con algunas cosas del programa que seguían ahí 18 años después de su última emisión como algunas de las pruebas o Ramón García, su maestro de ceremonias; pero también varias novedades como que ya no hay vaquilla o que el veterano presentador se ha rodeado nuevos integrantes en el equipo.
A Michelle Calvó, la encargada de presentar a los dos pueblos que se enfrentan cada semana por el premio; o a Cristinini, la narradora de las pruebas; se les sumó el acróbata Wilbur, que es el que explica cómo se realizan las pruebas para que los concursantes sepan cómo se hacen.
Víctor Ortiz, que es su verdadero nombre, ha sorprendido a la audiencia. Si bien en los primeros programas fue muy criticado, según se han ido emitiendo los siguientes, los espectadores han sabido valorar la dificultad de las acrobacias del alicantino.
El exdeportista de élite ha charlado con EL ESPAÑOL para recordar sus tiempos de campeón de España en gimnasia artística, su breve paso por el Circo del Sol, sus espectáculos o cómo está siendo la experiencia en el programa de RTVE.
Deporte y más deporte
Víctor Ortiz no siempre ha sido Wilbur, ya que ese personaje lo empezó a interpretar en 2017, pero lo que sí siempre ha estado presente en su vida ha sido el deporte, ya que es un apasionado de todas las disciplinas, practicando desde gimnasia a escalada, pasando por paracaidismo, boxeo, halterofilia…
“De pequeño era un rabo de lagartija, el clásico niño que no para quieto. He sido deportista desde que tengo memoria porque empecé a hacer gimnasia artística con un montón de aparatos, la que hacía Gervasio Deferr o Manuel Carballo, con 6 años y a competir desde los 8 hasta los 23”, admite el cómico.
Pregunta: ¿Qué recuerda de su época como gimnasta?
Respuesta: Estuve federado en un club, iba a concentraciones de la selección nacional… Una época muy amplia de mi vida fui deportista de élite y campeón de España varios años porque en muchos aparatos siempre cogía medalla. Era un deporte que se me daba muy bien y que me lo dio todo. Lo que pasa es que luego tuve una lesión y la tuve que dejar.
Creo es una disciplina que deberían de poner como base en los colegios porque te da una visión para comprender tu cuerpo de una manera impresionante. Al que ha hecho gimnasia 4 o 5 años a un nivel medio, luego, en cualquier otro deporte es mejor. ¿Por qué? Porque se trata de aprender a controlar tu cuerpo.
Luego se ha convertido en mi excusa para entrar en escena de forma llamativa en los espectáculos que he hecho después ya que las acrobacias son algo que utilizo mucho porque tengo una base muy grande por la gimnasia. Empecé como acróbata, aunque siempre he sido muy payaso, fue dejar la gimnasia y querer dedicarme a la comedia, pero no podría hacerla si no pudiera ejecutar algunas acrobacias o utilizase mi cuerpo como la herramienta que es para mí.
P: ¿Qué otros deportes practica o ha practicado?
R: Me gustan todos los deportes. Soy un tío muy deportista, tengo el carnet de paracaidista y he hecho caída libre; estuve escalando un montón porque salí con una chica a la que le gustaba mucho; y si me dicen de hacer piragua o cualquier deporte esporádico, también me apunto.
Vivo en la sierra de Madrid y monto en bicicleta, también camino, hago senderismo… Además, hubo una época que estuve bailando break dance, como 5 o 6 años, que fue al poco de retirarme de gimnasia. Mi mejor amigo hizo halterofilia y lanzamiento de peso, y me apunté con él al gimnasio para hacer lo mismo, pero en plan amateur, sin competir.
También he hecho boxeo durante un año, ya que me resulta un deporte muy bonito, con unos valores espectaculares y que, te pones a entrenar y la clase se pasa volando. Quemas calorías por un tubo y ganas coordinación.
P: ¿Cómo surgió su fichaje por el Circo del Sol?
R: Estuve con ellos, pero no en un espectáculo fijo, solo haciendo unas sustituciones en el espectáculo Saltimbanco a un acróbata que se había lesionado en un número de camas elásticas.
Luego estuve en un par de eventos privados, uno de ellos para McLaren cuando estaba Fernando Alonso en equipo de Fórmula 1... Mi paso por el Circo del Sol fue breve porque no quería seguir haciendo acrobacias y ellos te quieren más como acróbata, sobre todo si vienes de la gimnasia, pero yo ya había hecho muchas en mi vida y quería dedicarme a la comedia.
Sus espectáculos
Cuando por fin decidió montar algo en solitario se alió con un amigo, David Morales, creando una compañía de circo y teatro para dedicarse más al humor, aunque siempre con las acrobacias como excusa de entrar en escena “y luego hacer un poco el tonto”, comenta.
En 2010, estrenó su espectáculo Mono A Mono B, ganador del premio del público en el Festival Internacional de Teatro y Calle de Valladolid: “Estuvimos 6 años recorriendo España con el show. También fuimos a Bélgica, Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania… Me lo pasé muy bien y aprendí mucho”, recuerda Ortiz.
P: Su espectáculo 'Piensa en Wilbur' nace en 2017. ¿De qué trata?
R: Es un mix de todas las cositas que me gustan hacer. Hay parte de monólogo, parte acrobática, parte de de teatro físico, de corporalidad, hay alguna disciplina de circo y está todo ahí mezclado. Es un espectáculo de hora y media donde hay un poquito de todo y lo maneja un personaje que es Wilbur, el encargado de llevar el peso de ese show.
He estado por toda España de gira y aún sigo porque es un espectáculo pequeñito de maleta que puedes llevarlo en el avión o en el tren. También lo hago de una manera intermitente en Madrid, en la Sala de Humor Fuencarral (en el número 136 de la calle madrileña).
P: En 2022 estrenó otro espectáculo, 'Fuego Salvaje'.
R: Ese es el show nuevo y lo comencé a hacer el año pasado en los Veranos de la Villa, un festival con mucho nombre en Madrid, en el Teatro Conde Duque y fue muy bien. Estuve la temporada pasada en el Teatro Arlequín, donde se hacía antes La Resistencia, y ahora he renovado otra más que empiezo en septiembre. Estaré dos jueves al mes y me encanta tener un show fijo en la Gran Vía de Madrid, es un lujo, la verdad.
P: ¿Por qué eligió ese look con bigote, gafas…?
R: Las gafas me las regaló una amiga después de una actuación porque me dijo que me pegaban. Me las puse y pensé: “Esto no me lo quito ya de la cara” (risas). Son un tono dorado y tienen un rollo retro que me pegaba mucho con el personaje. El bigote me lo dejé porque parecía gracioso.
Creo que a Wilbur le pega mucho porque tiene ese rollo retro de gafa bigote que parece que es un disfraz, de esas gafas de broma que llevan el bigote pegado. Para mí es como la nariz de payaso que se ponían los clowns clásicos.
P: Pero qué prefiere: ¿ser acróbata, deportista o payaso?
R: Soy cómico, monologuista, clown, comediante… pero la definición que más me gusta es payaso, me parece una rebeldía el decir que soy un payaso. Uno que puede hacer de todo y bien, aunque también puede hacerlo mal porque se trata de intentar cosas aunque no te salgan, pero que funcionen luego en escena.
Puede tocar la trompeta bien o hacerlo mal; puede cantar bien o mal; puede hacer acrobacias bien o mal… tiene una libertad absoluta a la hora de actuar, de poder hacer lo que quiera. Por ejemplo, me gustan mucho los monólogos, pero creo que me limitaría muchísimo el no poder moverme mucho por el escenario, gesticular y saturar la escena. Entonces ser payaso me da esa libertad. Además, desde pequeñito me encantaba disfrazarme.
Y llegó el Grand Prix
A finales de julio, justo un día después de las elecciones generales, RTVE estrenó el Grand Prix, la vuelta de uno de sus concursos míticos. Aprovechando que la nostalgia y el retorno de formatos históricos (Password, Allá tú, Operación Triunfo…) están de moda, La 1 acertó de lleno al volver a emitirlo.
Entre las muchas novedades que ha traído el programa en este verano de 2023, una de ellas ha sido la presencia del personaje de Víctor Ortiz, Wilbur, que es el encargado de explicar el funcionamiento de las pruebas de una forma muy particular.
El acróbata confía en que esta oportunidad le abra las puertas a más proyectos en televisión: “Es un medio que no he trabajado mucho. He hecho alguna película como 'A todo tren' con Santiago Segura; también hice un pequeño cameo en 'El refugio', y ahora el Grand Prix es un escaparate muy amplio. Es que me encanta mi trabajo”, reconoce el alicantino.
P: ¿Cómo le llegó la oferta para explicar las pruebas del Grand Prix?
R: Ya había trabajado con la productora, EuroTVProducciones, en el programa de RTVE Un país para reírlo, que lo presentaba Goyo Jiménez. Además, uno de los directores era muy fan mío, me seguía en redes... y cuando surgió la posibilidad de la vuelta del Grand Prix a televisión pensaron en mí. Con Wilbur querían dar un pequeño toque de humor entre pruebas, y con mi pasado como acróbata les encajaba mi humor gestual y físico con la posibilidad de hacer acrobacias, saltos, golpes y cosas mezcladas con humor.
P: ¿Fue usted el que propuso que fueran tan llamativas?
R: Las volteretas y las acrobacias parten de mí, pero como son pruebas que están diseñadas para que se caigan los concursantes, es muy difícil hacer algo y presentarlas sin hacerlo (risas). Vieron mis vídeos en redes y supieron que tenían material.
P: ¿Cómo son Ramón García, Cristinini y Michelle Calvó en las distancias cortas?
R: Ramón vino a verme a mi espectáculo antes de que empezáramos a trabajar en el Grand Prix, le encantó y fue al camerino a decírmelo. Es un tío muy campechano y natural. Michelle es muy echada para adelante, y se parece más a mí que Cristinini, aunque con ella el trato también es excelente.
P: ¿Veía el programa de pequeño?
R: Por supuesto, tengo muchos recuerdos como media España porque era el programa del verano, muy familiar y es la fórmula por la cual funciona, que lo pueden ver desde niños hasta los más mayores de la casa. Consiste en sentarte, mirar y disfrutar.
P: ¿Cómo ha vivido el éxito del estreno?
R: Me lo imaginaba porque ya lo tenía en su momento y, como llevaba tantos años sin hacerse, creó una expectación en el público inevitable al haber marcado una época. Sabía que iba a funcionar.
P: ¿Qué puede comentar de las críticas que recibió en el primer programa? ¿Y las alabanzas en los siguientes?
R: Yo lo digo en mi espectáculo: 'O me amas o me odias, no hay término medio'. Soy muy excéntrico, pero sé lo que hago y que, de entrada, puede llamar la atención que aparezca un loco en mallas corriendo y dándose golpes por el plató del Grand Prix.
No me pillaron de sorpresa las críticas del primer programa porque Wilbur es un personaje tierno que hay que conocerle porque su intensidad desborda, con el tiempo a la gente le ha gustado más. Hay espectadores que me han escrito por redes sociales diciéndome que al principio no les gustaba y ahora les encanto.