Siempre le había gustado el mundillo de las autocaravanas, pero su precio privativo le alejaba de ellas. Se fijó entonces en las furgonetas camperizadas e, investigando, llegó a que muchas ambulancias, pasados los 10 años de uso, caducaban. Así llegó hasta una de ellas. La compró y se puso manos a la obra.
Después de más de doces meses en los que tuvo que vaciarla de todos los utensilios habituales de un vehículo sanitario y armar la que sería su habitación permanente en cualquier viaje, Pablo González consiguió tener la furgoneta camper que tanto ansiaba. No es el único. En los últimos años, cientos de interesados buscan la manera de crear su particular vivienda sobre ruedas.
"Yo tuve la suerte de que mi ambulancia sólo había hecho cuidados preventivos y tenía 57.000 kilómetros. Lo habitual es que tengan muchos más porque son vehículos que están en la calle las 24 horas del día, muy desgastadas por ir a gran velocidad y haber dado frenazos y acelerones", relata a EL ESPAÑOL este periodista de 28 años.
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Su postura es clara: es complicado encontrar algo como lo suyo, pero no imposible, porque suelen estar muy codiciadas. Además, una de sus advertencias a los interesados es la necesidad de examinar bien el motor antes de cerrar la compra. Sea como fuere, esta ambulancia que había patrullado en Alicante encontró una nueva vida en sus manos.
Manos que, por otra parte, no sabían hacer nada de lo necesario: "Ni siquiera sabía cómo coger una herramienta o cortar una madera, así que empecé por comprarme los materiales para después ponerme con la transformación", comenta. No lo hizo solo. Gracias a la ayuda de varios amigos y cientos de minutos visualizados en tutoriales de YouTube, poco a poco dejó atrás su anterior forma y cobrando la deseada por González.
"No tenía ninguna prisa, así que tardé en hacer todo unos diez meses. Me vino genial con la pandemia, ahí sí que le echaba horas. En 2021, ya estaba lista para empezar a rodar", relata el dueño de la ambulancia camperizada. Un automóvil de estas características es bastante deseado porque ya viene con cierta instalación interior aprovechable: "El aislamiento es lo mejor y el circuito eléctrico también, pero no pudimos hacer nada con este último porque no teníamos el croquis exacto de su funcionamiento", explica.
Todas las comodidades
Este periodista decidió colocar una placa solar en el techo de la ambulancia con una batería de 220 kilovatios para alimentar la bomba de agua, proporcionarle luz y electricidad para los diversos cargadores y un medidor de batería y la nevera. “Quería que la furgoneta tuviera un sofá, así que creé una estructura con maderas a los laterales y al fondo, un rectángulo sin cerrar, en forma de U, y en el centro una mesa que baja y sube”, especifica.
Cuando la mesa está arriba, el habitáculo se convierte en el comedor. Cuando está abajo, en el dormitorio en el que González descansa encima de cuatro cojines que por el día hacen las veces de asiento y respaldo.
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En espacios tan pequeños todo está medido al milímetro, y cuanto menos ocupen las cosas, mejor. No podía faltar un grifo, que está abastecido por dos depósitos de agua de 35 litros cada uno. Además, este valenciano se decantó por la adquisición de un camping gas y una ducha portátil, aunque suele asearse en duchas públicas, campings y recintos así.
González responde a EL ESPAÑOL desde un camping de Portugal: "Yo animo a todo el mundo que le guste este estilo de vida a que lo pruebe. Dependerá del confort que necesite, porque a mí me basta con una cama, el camping gas, un grifo y la ducha portátil. Eso sí, las placas solares son esenciales para que la nevera funcione, pero no necesito más", se explaya.
Al fin y al cabo, el desembolso total que realizó González, teniendo en cuenta la adquisición de la ambulancia y su transformación, ronda los 10.000 euros, aunque él se libró de la mano de obra gracias a la suya propia y la de sus amistades, como Keyvan, insiste en reseñar el periodista.
El mayor gasto: la gasolina
Los aspectos positivos de tener una ambulancia camperizada radican en la independencia que te aporta a nivel de movimiento. "Puedo ir a sitios increíbles, llegar y dormir prácticamente en medio de la naturaleza, y no se me acaba jamás la batería", dice al respecto. Asimismo, se ahorra las noches de hotel.
Por otra parte, el precio de la gasolina quizá es el mayor inconveniente: "Hubo un momento que ahorrarte el hotel se te iba con la gasolina, pero la cosa ha mejorado. Me he hecho de Alicante a Portugal y llevo gastados unos 150 euros en combustible, así que merece mucho la pena".
La ambulancia de González reconvertida está registrada como vehículo-vivienda, por lo que puede dormir en cualquier sitio, siempre que sea dentro del automóvil. Por lo tanto, no tiene vetada la entrada a ningún recinto a no ser que hayan establecido límites en cuanto a longitud o altura del vehículo.
Desde el inicio de su andadura, González recibe decenas de mensajes de curiosos después de que se hiciera viral en Twitter (@pegameunviaje) este particular proceso de reconfiguración automovilística, pues sus mensajes alcanzaron las nueve millones de personas.
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Una ambulancia es más barata
La fiebre por la camperización ha llegado hasta tal punto que algunas personas compran coches fúnebres para transformarlos. Eso es lo que dice Rafa Brines, dueño de Tutuning, una empresa dedicada a la homologación de todo tipo de vehículos.
"Hace cinco años una furgoneta te podía costar entre 10.000 y 15.000 euros, y ahora llegan a los 25.000 euros, por eso la gente se decanta por otras opciones, como las ambulancias que han dejado de servir como tal", explica el especialista.
Desde el momento de la adquisición, la ambulancia no se puede conducir hasta que su licencia no pase a la de ser furgoneta y después vivienda, si quieren. "Es buena idea porque tienen un buen revestimiento, instalación eléctrica y salidas de aire acondicionado. Pero hay gente para todo. Después de quitar la camilla, casi que puedes organizar la furgoneta como quieras", añade. Además, muchas de ellas tienen GLP incorporado, un sistema de combustible independiente al de la gasolina que hace que consuma menos.
"Una ambulancia puede estar entre los 6.000 y 15.000 euros, aproximadamente. Las hay incluso que han hecho 400.000 kilómetros, aunque quizá tengas suerte y se encuentre alguna que ha hecho otro tipo de servicios", dice Brines detallando lo que le ocurrió a González en 2020.
Los precios a la hora de transformarla también varían bastante. Todo dependerá de las comodidades que el usuario quiera añadir. Según el experto, una camperización low cost puede estar en los 5.000 euros, aunque puede llegar hasta los 15.000 euros.
La moda del mundo camper
El boom de lo camper también ha tenido efecto en los precios. Una nevera que antes costaba unos 300 euros, ahora se encuentra en el mercado por 500. Y con las placas solares ha sucedido lo mismo, algo indispensable para el buen funcionamiento del vehículo-vivienda.
En cuanto a lo más común, Brines afirma que estas ambulancias camperizadas suelen tener una cama fija o plegable, algún mueble que ya suele venir incorporado en el momento de la adquisición, una nevera y una cocina portátil. “También suelen pintar las puertas de los armarios para que no parezca de ambulancia y por fuera también la pintarán y le quitarán las luces exteriores de emergencia”, puntualiza.
El dueño de Tutuning avisa de que es importante fijarse en la mecánica del vehículo antes de adquirirlo, a pesar de que sean cuestiones que no tengan relación con su homologación. "Cada día nos encontramos aquí con ambulancias, pero no solo eso. La gente compra cualquier vehículo, ya sea de protección civil o incluso de obras de carreteras, y lo quieren camperizar. Aunque vamos algo retrasados respecto a Europa, el mundo camper crece muy rápido en España", concluye Brines.