Jennifer González Pinilla, de 18 años de edad, ha aparecido sana y salva después de que ayer la Guardia Civil abriera diligencias para dar con su paradero. La joven debía haber tomado un tren de Pamplona a Badajoz el martes. Su familia la esperaba en Extremadura, pero ella nunca llegó. ¿La razón? El curso de una enfermedad que la tenía incapacitada. La joven decidió quedarse en la capital navarra en casa de un amigo que la había alojado las últimas jornadas, pero no pudo informar a sus familiares porque no tenía el teléfono operativo.
Cuando su fotografía empezó a circular por las redes sociales y los medios de comunicación se hicieron eco, la expareja de González, sabedor de que se encontraba en casa de dicho amigo en Pamplona, contactó con ella por otra vía para advertirle de que su familia había denunciado su desaparición. Entonces Jennifer González llamó a su hermano para asegurarle que todo estaba bien.
"Hasta que no he conseguido hablar con ella no me he quedado tranquilo, pues eran muchas horas ya de desesperación y sin saber nada de ella", ha explicado el joven en declaraciones recogidas por el diario Hoy.
La falsa desaparición
Jennifer González decidió por su cuenta ir a Extremadura y pidió a sus hermanos que le compraran el billete de tren. La última vez que se habían comunicado con ella había sido el lunes por la noche, sobre las 22:30 horas, el día antes en que emprendía el viaje hasta Badajoz. Al parecer, Jennifer tenía teléfono, pero no tarjeta, por lo que se comunicaba con sus hermanos a través de Instagram, según ha detallado su hermano Juan Luis González a EL ESPAÑOL.
El tren con destino a Badajoz desde Pamplona salió a las 11:25 horas de ayer martes y tenía llegada el mismo día a las 21:38 horas. A la estación de Badajoz iba a ir a recogerla un amigo de los hermanos, que no pudo encontrarla. De hecho, la familia no tenía constancia de si llegó a coger o no el tren.
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La chica cumplió 18 años hace dos meses. Nada más cumplirlos, decidió abandonar su hogar en Pamplona, donde residía con su tía Josefa. Se había hecho cargo de ella desde muy temprana edad y pretendía que tuviese estudios y un futuro mejor en Pamplona. Sin embargo, se mudó a vivir con su pareja, un chico al que conoció "y con el que no estaba bien últimamente", ha explicado su hermano.
"Las últimas conversaciones con ella me contó que no lo estaba pasando bien, que tenían muchas discusiones y que le generaba ansiedad. Por eso decidió venirse conmigo al pueblo", cuenta Juan Luis consternado.
Sin embargo, Jennifer abandonó a casa del novio y se trasladó unos días a casa de otro amigo, desde donde contactó con sus hermanos para que le compraran un billete de tren para venirse a vivir a Extremadura. La joven tiene a su padre y dos hermanos en Alconchel, a su hermano Juan Luis que vive en Olivenza y a otro hermano, Manuel, quien se encuentra en Barcelona, y fue el que compró el billete de tren para su hermana.
La familia estaba bastante preocupada y pidió a través de las redes sociales colaboración ciudadana para que dieran cualquier pista sobre el paradero de la joven, lo que, a la postre, ha conseguido que la "falsa" desaparición de Jennifer González tenga un final feliz.