Eloy, el comedido exmilitar de First Dates. Fue protagonista de uno de los momentos más tensos del programa. Soportó en prime time el desprecio de su cita, Mercedes, quien lo humilló por el mero hecho de ser calvo, como si fuese algo de lo que sentirse avergonzado. "A mí me gustan delgadas", devolvió, en diestro revés, ante el inesperado oprobio de la mujer. "Pero eso no quita que pueda sentarme en una mesa con una persona que no esté delgada y que podamos tener una conversación".
Eloy invitaba a Mercedes a la moderación, a no caer en los prejuicios, aunque acabó estallando y levantándose de la mesa. "No la soporto. Lo único que transmite es mal rollo", confesaba ante las cámaras del programa presentado por Carlos Sobera. Su respuesta acabó siendo brusca, pero muy aplaudida por el público. Dos meses después, quién iba a decir que fuese él, el mesurado Eloy, quien acabara apuñalando 27 veces a un amigo.
Ocurrió el pasado martes hacia las 22:30 de la noche. Eloy estaba sentado en el Bar La Fuente, en el barrio de Santuario, en Córdoba, donde años antes había trabajado como camarero. Tomaba algo con "un amigo íntimo", como relatan testigos de los hechos. No había bronca ni discusión alguna. Cuando el dueño del local, su exjefe, salió a tirar la basura, Eloy se levantó de su asiento, fue a coger un cuchillo de pan a la cocina, salió y, sin mediar palabra, trató de degollar a su acompañante por la espalda.
Durante el forcejeo, acabó asestándole 27 puñaladas. Los clientes trataron de frenarlo golpeándole con sillas y taburetes, pero no hubo forma de parar la carnicería. Al volver el jefe del local, este le pidió a Eloy que soltara el cuchillo. El agresor acató la orden, sumiso, obediente, y, en vez de huir, se dirigió al baño del bar para limpiarse la sangre. Aguardó en el interior a que la Policía llegó a detenerle. Su amigo ya estaba de camino al hospital. Moriría desangrado horas después. La frialdad que demostró el presunto homicida encoge el corazón.
"Lo primero que nos suele venir a la cabeza cuando escuchamos este tipo de sucesos es que el asesino es un psicópata. Pero lo cierto es que, estadísticamente, detrás de estos crímenes pasionales e impulsivos, no solemos encontrar psicopatía alguna". Quien lo afirma es la psicóloga Claudia Nicolasa, quien en su canal de YouTube analizó en profundidad el encuentro de First Dates entre Eloy y Mercedes. Allí, la experta dejó claro que la principal instigadora del fracaso de la cena fue ella, y no él, que se comportó con mucha más cordialidad que su cita.
"En First Dates a Eloy se le veía una persona educada, amable, consciente de sus actos, respetuosa, que sabía mantener una conversación y relacionarse. No daba signos de nada extraño. Pero esto sirve también para derribar otro mito: solemos pensar que cuando alguien tiene problemas mentales graves se le va a notar algo raro. No es así para nada", asegura Nicolasa. "Donde más podemos detectar si alguien tiene problemas graves es en la esfera íntima: cómo se comporta con su familia, con su pareja o con sus amigos, y cómo reacciona en momentos de estrés agudo".
La experta continúa: "Sin tener la verdad absoluta por falta de información, yo descartaría que se trate de un perfil psicopático. Teniendo en cuenta su comportamiento en la cita y lo que los vecinos afirman, vemos que es una persona educada, amable, muy correcta, con capacidad de autocontrol y de contención. En el programa destacó por una fuerte capacidad de aguante. Al verlo, todos pensamos: 'Este hombre aguanta demasiado'. Sin embargo, detrás de esa resistencia se podía intuir su enfado por algunas microfugas en su expresión facial y por alguna contestación pasivo-agresiva".
Esto quiere decir que Eloy podría ser un perfil de persona que "aguanta, aguanta y aguanta hasta que estalla". Esta contención, perfeccionismo y autocontrol militar, sumado con algún problema mental grave de base, podría explicar el brote que acabó con la vida de su compañero. El diagnóstico, empero, es imposible de saber a priori. Este tipo de crímenes nacen de cuadros que van desde la paranoia y la esquizofrenia hasta los trastornos obsesivos compulsivos, los episodios de manía aguda, de personalidad, disociativos, de estrés agudo o de drogadicción.
Por qué descartar la psicopatía
Si una persona con psicopatía comete un asesinato, suele ser de manera planificada, premeditada y calculada para no salir perjudicado por sus actos. Sus ataques suelen ser instrumentales para obtener un beneficio. "En el caso de Eloy, quedar con un amigo donde siempre solían verse y realizar un ataque delante de tantos testigos nos habla de algo torpe, improvisado, inesperado, emocional y que lejos de reportarle un beneficio puede suponer una grave condena", suma Claudia Nicolasa.
"Por supuesto, una persona con psicopatía puede, en un ataque de ira, actuar de manera impulsiva e improvisada, pero no es lo común. Por no añadir que, la mayoría de las personas con psicopatía, no cometen crímenes ni están en la cárcel, sino que se encuentran integradas en la sociedad tras aprender que hay otras maneras de obtener beneficio y cubrir esa necesidad de dominancia y de poder, como en puestos directivos, empresariales y políticos".
Los vecinos que conocen a Eloy describen como una persona cordial, educada y amable a este exmilitar de 44 años que trabajaba en la unidad canina de seguridad y adiestraba perros para el Ejército. Nadie esperaba que cometiese un crimen tan horrendo. ¿Pudo haber influido la "humillación" que sufrió en First Dates? Claudia Nicolasa no lo descarta de forma rotunda, aunque lo ve improbable.
"Es difícil saberlo. La clave del asunto es que haya arremetido contra su amigo íntimo. Quizás él también se burlaba de él o le recordaba lo del programa y él aguantaba. O, simplemente, se trata de un asunto que nada que ver y que ni imaginamos. Si fuera humillación y enfado [por el programa], habría arremetido contra otra persona, no contra su amigo. Me encajaría incluso que hubiera sido más contra una mujer, pero esto es muy especulativo".
Para Claudia Nicolasa es mucho más importante encontrar respuesta en la trayectoria profesional de Eloy. "Si nos fijamos bien, su puesto como militar consistía en amaestrar perros. Un perfil psicopático no se encuentra cómodo en un puesto donde no se siente poderoso, donde no pueda alcanzar cotas de poder y donde debe subordinarse a otro. También vemos que trabajó como camarero. Lejos de rebelarse contra su jefe, tras trabajar para él continúa respetando su autoridad. Los psicópatas no tienen mucha tolerancia a las normas, a la autoridad y a recibir órdenes, a no ser que sea un puente para alcanzar objetivos. Este, desde luego, no es el caso".
De hecho, tras ser detenido, el juez envió al asesino al módulo psiquiátrico del centro penitenciario de Alcolea, en Córdoba. Aunque este extremo no ha podido ser comprobado por EL ESPAÑOL, quienes coincidieron con él en su tierra natal dejan volar el rumor de que podría tener algún tipo de esquizofrenia. "Dicen que algo tenía y que hacía tiempo que no recogía la medicación", sugiere una fuente a este periódico, lo que explicaría, de paso, por qué Eloy nunca bebía alcohol.
La tesis de Nicolasa va en la línea de la posible enfermedad mental subyacente de Eloy, algo que le empuja a descartar la psicopatía. Prueba de ello es que nada más ser arrestado, el autor del crimen fue trasladado a un módulo psiquiátrico. "Si una persona comete un asesinato y directamente pasa a psiquiatría, nos informa de que seguramente ya hubiera un diagnóstico y un historial psiquiátrico".
La psicopatía no es una enfermedad mental: es una desviación de la personalidad que no afecta a la percepción de la realidad de la persona ni al control y consciencia de sus actos. "No es un trastorno que tenga un tratamiento ni mucho menos una cura, por lo que no es un diagnóstico para entrar en psiquiatría ni para recibir una reducción de condena", zanja la experta.