Su historia ha dado la vuelta al mundo y su insólito caso se ha convertido ya en uno de los más mediáticos de los últimos tiempos en Estados Unidos. Dylan Stone-Miller tenía tan solo 20 años cuando se vio obligado a hacer frente a una elevada multa económica por conducir bajo los efectos del alcohol. Por aquel entonces, este joven estadounidense estudiaba Psicología en la universidad y residía junto a sus padres en el estado de Georgia. Y fueron, precisamente, sus propios progenitores quienes le obligaron a abonar los gastos relativos a la infracción cometida cuando aún era menor de edad.
La falta de dinero llevó a Dylan a buscar una solución rápida y eficaz para poder pagar la multa. Por ello, este joven decidió convertirse en donante de semen remunerado en Xytex, uno de los bancos de esperma más importantes de Estados Unidos. Desde ese momento, y durante un periodo de tiempo de seis años, Dylan fue a donar en varias ocasiones. Por cada donación que realizaba, el joven ganaba un total de 100 dólares. Pero a diferencia del anonimato que impera en este tipo de casos, Dylan autorizó a la compañía a revelar su identidad a todos sus descendientes una vez que estos cumplieran la mayoría de edad.
Pasaron los años, se graduó, comenzó a trabajar como ingeniero de software e incluso llegó a casarse con la mujer con la que mantenía una relación sentimental. Sin embargo, su vida cambió de nuevo hace tres años. Dylan decidió divorciarse de la que era su pareja, dejó el que había sido hasta entonces su trabajo y se propuso un reto: reencontrarse con los 96 hijos que había tenido durante los últimos años fruto de las donaciones que realizó cuando era joven.
Pero no fue el propio Dylan quien comenzó esta búsqueda. Lo hizo la madre de una de las hijas que había nacido como consecuencia de la donación de esperma del joven. "Realmente espero que no te sientas violado de ninguna manera, pero es el Día de Acción de Gracias en Canadá y quería decirte lo agradecida que está mi familia contigo". Fue el mensaje que recibió Dylan por parte de Alicia Bowes, la madre de Harper, una de sus hijas. La mujer había contactado con él tras haber rastreado las redes sociales del joven y haber dado con su paradero.
Ahora, para poder contactar con todos sus descendientes, Dylan Stone-Miller ha abierto un grupo de Facebook donde ha invitado a unirse a todas las familias que hayan podido haberse formado gracias a su esperma. La mayoría de ellas, tal y como ha contado el propios Dylan a The Wall Street Journal, son parejas de mujeres o mujeres solteras.
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Su objetivo ahora es llegar a conocer a la totalidad de los 96 hijos que ha tenido durante estos años. Durante este verano, Dylan ha iniciado un programa de visitas para reencontrarse con algunos de ellos. El joven ha visitado durante varios meses diferentes localizaciones de la geografía estadounidense y ha llegado a reunirse con 25 de ellos. Pero no todas las visitas han resultado ser positivas. En muchas de ellas, las madres de los pequeños han prohibido a Dylan identificarse como su padre. Él, sin embargo, tiene la idea de mantener contacto con ellos de forma indefinida.
"No quiero que Harper sienta que puede llamarlo de cualquier manera. Él no es su padre. Punto. Si ella dijera eso frente a nosotros, diríamos directamente: 'Dylan no es tu papá. Él nunca será tu papá. No tienes un papá. Tienes un donante'", dijo una de las madres. La situación, según ha asegurado el propio Dylan, tampoco ha sido fácil para él. "Fue difícil mirar a mi hija biológica a los ojos y decirle que yo no era su padre", confesó.
"A medida que lo conocemos más, todos nos sentimos más cómodos. Pero mi sensación es que él se sentirá con más derechos, lo cual puede ser problemático. Necesitamos mantener suficientes muros para proteger a nuestras niñas y a nuestra familia, pero para hacer son lo suficientemente permeables como para que pueda entrar", dijo otra de las madres. En la actualidad, Dylan cuenta con una hoja de cálculo con los nombres, las edades, los cumpleaños y la última vez que ha visto a sus hijos.
La madre del propio Dylan también ha hablado sobre él tema. La mujer ha confesado que a día de hoy no entiende el deseo de su hijo por conocer a todos sus descendientes. Sin embargo, asegura que ella misma se alegra cuando ve las fotos que le envía cada vez que visita a alguno de sus hijos.
La historia de Dylan ha salido a la luz gracias al reportaje publicado este lunes en el Wall Street Journal. El anonimato ha sido siempre un elemento crucial en las donaciones de esperma. Sin embargo, debido a que los test de ADN son cada vez más baratos y a que Internet cada vez ofrece más facilidades para rastrear la vida de las personas, el anonimato se va perdiendo poco a poco en los donantes. Según los datos ofrecidos por el propio medio, más de un millón de estadounidenses han sido concebidos en procesos de fecundación in-vitro.