"En casa de herrero cuchillo de palo". Este famoso dicho suele tener razón en la mayoría de las familias españolas, también en la del José Manuel Soto, pero en su caso no es del todo exacto. El cantante tiene tres hijos: Marcos, Jaime y Rocío. Los tres han escogido, de una forma u otra, una vida ligada a la música, en la misma línea que su padre. En eso coinciden, pero no en la política, pues Soto cree que sus vástagos son votantes de Podemos y él ha ocupado todas las portadas al insultar a Pedro Sánchez y sus socios.
Las palabras vertidas en Twitter, le han granjeado algún que otro enemigo y la suspensión de varios conciertos en distintos puntos de la geografía española. "Voy a aprovechar este momento de sosiego veraniego junto al mar para hacer uso de mi libertad de expresión y cagarme en @sanchezcastejon. En su p** madre y en los millones de hdp que están de acuerdo con que España esté en manos de sus peores enemigos, que os jodan", publicó el cantante.
Con estas declaraciones y las polémicas surgidas, la vida de los Soto ha suscitado un interés especial, sobre todo la de sus hijos, que cuentan con unos perfiles bastante alejados del de su padre. El mediano de los tres, Jaime (28 años), está muy unido a su hermano Marcos, junto al que tiene un grupo de música. Entre sus sueños está el de triunfar en el fútbol y unir a los aficionados de su ciudad.
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Guitarra en mano
La música ha estado muy presente en la vida de Jaime, que ha crecido a la sombra de uno de los cantantes españoles más reconocidos. Sin embargo, la primera opción que barajó 'Soto junior' fue la de estudiar periodismo. Pero su trabajo no estaba en las redacciones, ni en el micrófono de los reporteros, sino en el de los cantantes. También quiso probar en el fútbol, pero una lesión de rodilla truncó su futuro en los campos, así que se fue a los campos de arroz a perderse y encontrarse.
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Jaime y Marcos viajaron a la India durante 40 días y, como contaron a La Razón, se fueron "de mochileros y con 400 euros". Durante su retiro compusieron varias canciones que publicaron en YouTube y fueron un éxito. Había que hacer algo, ¿un grupo tal vez? Así nació, en el año 2015, Mi hermano y yo, donde la música de todos los géneros es combinada a la perfección.
Jaime no ha parado de viajar y tocar con su hermano, siempre está acompañado de Marcos y de su guitarra. Tampoco de actuar en distintas salas alrededor de toda España y publicar varios discos, Asómate donde el agua suena (2017), Yo me voy contigo (2019) y Se va la melancolía (2022). Más de 100.000 oyentes fieles escuchan a los hijos de Soto cada mes. Ellos, mientras, siguen publicando su música y compartiendo en redes improvisados vídeos donde se puede ver el buen rollo que existe entre los hermanos.
Balón en los pies
Jaime soñó un día con recibir los aplausos de un público enloquecido con sus goles, de aficionados y de himnos, soñó con la poesía del fútbol. Pero su rodilla se lo impidió y una lesión le apartó del césped, que no del balompié. Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana, así que Jaime dio con ella y se lanzó al vacío.
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En agosto del 2018, durante un viaje a Cuba, se le ocurrió fundar su propio equipo de fútbol. Nació así el Atlético Central, que tenía como objetivo "convertirse en la tercera entidad futbolística de Sevilla", recoge su página web. Su sueño no era otro que el de unir a una ciudad a la que no sólo divide el Nervión, sino también el cuero.
"Unir a esas familias y hermanos que siempre han estado separados por esta famosa rivalidad futbolística local. Ambos de la mano para compartir una misma ilusión. Esa que llevan tantos años sin compartir por esta fuerte pugna". Se refiere a la que existe entre los sevillistas y los béticos. Por eso, el Atlético Central quiere ser ese puente que acabe con las rivalidades y vuelva a unir a los sevillanos bajo una misma ilusión.
Dirige el club junto a otro hijo de famoso, Alberto Herrera, retoño de Mariló Montero y Carlos Herrera. Además, Jaime mantuvo una relación amorosa con la hija y hermana de éstos, Rocío Crusset. La temporada pasada quedaron en el puesto 11 de 16 de la división de honor andaluza. Por el momento, alcanzar a los gigantes de primera división está lejos, pero nada es imposible para Jaime.
Siempre activo
Un deportista, aunque pare, nunca deja de serlo. Jaime sigue jugando junto a su equipo, no se le ha pasado el mono del fútbol. Además, combina el balón con deportes acuáticos y largos recorridos en bicicleta. También junto a su hermano hizo el Camino de Santiago saliendo de Sevilla, sin duda, un gran reto deportivo y personal.
En sus redes comparte pedazos de una vida que transcurre entre el césped y los escenarios, entre los toques de balón y de guitarra. La de Jaime Soto es una vida que une un poco de todo, donde todas las pasiones del joven sevillano tienen cabida y donde se nota el entusiasmo que pone para cumplir cada uno de sus objetivos.