Un total de 234 personas han muerto en las carreteras españolas durante el verano de 2023 (en los meses de julio y agosto). Esta cifra supone siete personas más que en el año 2022, cuando se registraron 227 fallecidos (que era, a su vez, un 3% más que el año anterior). Se trata del número más alto desde 2018 cuando, según los datos provisionales de la DGT, se registraron 259 fallecidos.
En 2019, siguiendo esas cifras, fue de 220 fallecidos, que se convirtió -junto con 2014- en el año con menor número de fallecidos en la historia de España durante el verano. Los datos de los años 2020 y 2021, marcados por la pandemia y el menor número de desplazamientos, terminaron siendo 191 y 202, respectivamente.
Con este contexto negativo, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha multiplicado sus esfuerzos para controlar las infracciones de los conductores. Su objetivo, una vez más, es tanto vigilar como garantizar la seguridad en la carretera. La nueva Ley de Tráfico, que entró en vigor en enero de 2023, ha endurecido las sanciones para reducir estos accidentes.
Por eso, desde el organismo han anunciado que implantarán nuevas medidas de tráfico. Ya han entrado en vigor y, por este motivo, los conductores deben estar muy atentos a partir de ahora. El objetivo, han insistido, es reducir en un 50% el número de siniestros en las carreteras de España. Lo que han hecho, en resumen, es subir las sanciones económicas y penalizar las infracciones con más puntos del carnet.
De momento, parece que estas dos medidas son las más efectivas a la hora de controlar las infracciones de los conductores. Desde la entrada del carnet por puntos, el número de accidentes en nuestro país se ha reducido notablemente. Pero nada es infalible y, como ya alertan, en el futuro esas cifras tienen que tender al cero.
Ahora mismo, la DGT tipifica las infracciones separándolas en tres categorías. Están las infracciones leves, las graves y las muy graves. Este mecanismo es uno de los más utilizados por el organismo para que los conductores cumplan las normas y que más disuade a los conductores negligentes. Marcar un número de teléfono, descolgar una llamada, enviar un mensaje de Whatsapp, encender un cigarro o manipular el GPS o la radio serán infracciones graves, ya que disminuyen la atención constante a la conducción y la interrumpen.
Así pues, estas acciones en carretera conllevarán una sanción económica de hasta 200 euros y, tras la última reforma de la Ley de Tráfico, la sanción costará seis puntos del carné de conducir. Y es que desde que existe este sistema de nuestro permiso de conducir, un 10% del total de las multas han sido por conducir a la vez que se utilizaban el móvil u otros dispositivos. Por ello, desde el 7 hasta el 13 de septiembre, la DGT intensificará su actividad de vigilancia en carretera.
Más cambios de reglamento
De hecho, no es la primera vez que la DGT modifica su código. Hace un par de años se introdujeron algunas cláusulas nuevas, como multar con 100 euros por no apagar el motor cuando el vehículo permanezca parado en un estacionamiento. De esta forma, el motor del vehículo sólo deberá estar encendido para circular, siendo igualmente multado aunque el conductor permanezca en el interior del vehículo.
Si finalmente sale adelante esta medida el conductor, para evitar la multa, deberá apagar completamente el motor desde el inicio del estacionamiento, dando un límite de dos minutos como margen para evitar un apagado y encendido muy continuado que pueda acabar generando un problema grave en el motor del vehículo.
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Otras han sido por sujetar el teléfono móvil, aunque no se esté usando. Además de la multa, al conductor también se le sancionará retirándole entre 3 y 6 puntos del carné. Y una última, por llevar un detector de radares. La DGT también sancionará a aquellos que usen estas aplicaciones, aunque la policía no haya visto al conductor utilizándolos.