Juan Antonio Martínez es controlador aéreo, pero no es ningún novato. Obtuvo su primera habilitación local en el año 2000, así que ya acumula 23 años de experiencia laboral en este sector. Entonces, los controladores aéreos en España necesitaban tener estudios superiores, un requisito que ya no es necesario para acceder a la profesión y que, entre otros aspectos, puede repercutir en que se pierda la “calidad” de un trabajo vital para la seguridad aérea.
“Todos los antiguos controladores aéreos tenemos formación superior. Tengo una compañera que es cardióloga, varios ingenieros, licenciados…”, se sincera Martínez en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. Él, de hecho, era funcionario público en el Ministerio de Hacienda cuando un compañero le habló de las oposiciones para controlador aéreo. “Las desconocía, pero me puse a investigar un poco y me llamó la atención. Me presenté y aprobé por fortuna. Había 140 plazas para 16.000 candidatos”, recuerda.
En aquel momento, Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad (SENASA) tenía convenio con Enaire, la empresa pública que gestiona la navegación aérea en España, y la única vía para llegar a ser controlador aéreo era la pública. “Ahora hay dos vías: pública y privada”, explica Martínez. Del sueldo privado poco se sabe, aunque suele ser más bajo. “Entre 35.000 y 70.000 euros brutos anuales sin garantías”, esboza el también presidente de la Asociación Profesional de Controladores Aéreos de España (APCAE).
El salario público para un controlador aéreo, de media, “suele oscilar entre los 35.000 euros brutos anuales y los 80.000, pero según se accede a la profesión se cobra el 70% del salario de la dependencia. No es lo mismo estar en el nivel 1 que en el 10”, añade el controlador aéreo. De hecho, según recoge el III Convenio colectivo profesional entre la Entidad Pública Empresarial ENAIRE y el colectivo de controladores de tránsito aéreo, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 24 de agosto, un controlador aéreo público puede llegar a ganar en España 115.247,28 euros.
Para ello, no obstante, el controlador debe llegar a ser Jefe de División de las dependencias del grupo 1, algo a lo que el controlador puede aspirar con esfuerzo, trabajo y años de experiencia, pero que no es tan común. Un controlador raso de esta dependencia gana 86.083,80 euros. Uno del grupo 8, la última de las dependencias, 35.930,76 euros brutos anuales. Eso sí, en todos los casos el salario es bastante superior debido a las 80 horas extra –como máximo– que puede –o debe– hacer un controlador al año y a otras dietas o pluses, como el de transporte, por ejemplo.
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¿Cómo llegar a ser controlador?
Aunque Juan Antonio Martínez llegó a ser controlador vía oposición en el año 2000, lo cierto es que a día de hoy hay dos mecanismos para llegar a la profesión: uno público y uno privado y ya no es necesario tener formación superior. “Sólo Bachillerato”, explica Martínez, que considera que se debería regresar al sistema anterior por la “calidad” del trabajo. Pero vayamos por partes.
En la actualidad, la vía pública es una de las maneras para ser controlador aéreo. Se hace a través de Enaire y a través de superar una oposición. “En este caso, las tres pruebas que se hacen son a nivel europeo y, si se superan, el candidato deberá hacer una formación de 18 meses, que se ha privatizado, para obtener una licencia de controlador de tránsito aéreo o de alumno controlador de tránsito aéreo”, denuncia el presidente de la asociación.
“Este curso constituye la llamada Formación Inicial. Hay varias escuelas debidamente certificadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, para poder impartir este tipo de formación, que les permita obtener las habilitaciones exigidas por Enaire”, describe la convocatoria de Enaire para el acceso a controlador aéreo de 2021. “El problema es que estos cursos son muy caros y sólo se los pueden permitir las clases más pudientes”, incide Martínez.
Desde la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) se atreven a dar una cifra y exponen que este curso vale 70.000 euros. “Así se limita mucho la gente que puede acceder a la profesión y ni siquiera te garantizan entrar”, dice una voz autorizada. De hecho, cuenta que es “peculiar que un puesto público requiera” este requisito. “Esto empezó a ocurrir desde las privatizaciones de 2012”, culmina.
A nivel privado, el candidato puede superar su curso de controlador aéreo, pero luego “tiene que conseguir un trabajo en una de las dos empresas que gestionan los aeródromos privados en España”, prosigue Martínez, crítico con el sistema actual de acceso a la profesión de controlador aéreo. Sí, es cierto que no hace falta ser universitario, pero no es menos cierto que el curso lo pueda realizar todo el mundo por el dinero. “El daño colateral es acabar con la vocación y el requisito es tener capacidad económica”, concluye.
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Más daños colaterales
Juan Antonio Martínez acumula ya muchos años de experiencia y ha visto la degradación progresiva de la profesión de controlador aéreo por esa pérdida de “vocación” y por otros “daños colaterales”.
Pregunta.– ¿Cuáles son esos “daños colaterales"?
Respuesta.– La sobrecarga laboral del resto. Los requisitos hacen que no tanta gente pueda permitirse ser controlador aéreo en la actualidad y una consecuencia es la tardía jubilación de un controlador aéreo en España. En Europa, la media es de 53 años, y en España la jubilación, por convenio, es a los 65 años.
El problema, de fondo, es que Martínez explica que su profesión es de mucho “desgaste” porque hay que soportar largos horarios, gestionar muchas cosas a la vez, etc. De ahí que reivindique el “aumento del número de controladores aéreos”. “Si por mí fuera, volvería al sistema anterior, al de la oposición libre con un curso básico subvencionado por el Estado, para que todo el mundo pueda acceder y haya controladores de calidad”, termina.
P.– A su juicio, ¿cuántos controladores necesita España para que mejore su situación?
R.– Nosotros decimos que faltan 500 controladores más. Con eso, nos podríamos permitir cosas como que un controlador mayor de 57 años que estuviese agotado pudiera irse a casa con una licencia especial. Y, también, hacer que los grupos de controladores tuvieran mayor tiempo de descanso, etc. Es mejor tener un controlador sonriente.
Como se ha dicho, ya no es necesario una carrera universitaria, pero sí tener un músculo financiero potente para acceder a la profesión de controlador aéreo. Una profesión en la que se puede llegar a ganar 115.247,28 euros más horas extra, dietas y pluses.