La ruina de Bonifacio: le piden que devuelva los 6.000 € del Ingreso Mínimo Vital que le concedieron
Cuando le otorgaron la ayuda, tanto él como su pareja se encontraban en paro y en una situación límite en la que difícilmente llegaban a final de mes.
30 septiembre, 2023 02:47La situación límite que viven casi dos millones de personas en nuestro país les ha llevado a tener que solicitar ayudas como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) para poder sobrevivir. Sin embargo, esta prestación, que previene el riesgo de pobreza y exclusión social, se ha convertido en un quebradero de cabeza para personas como Bonifacio Puime, un gallego de 62 años al que ahora le piden devolver todo lo que le concedieron a él y a su pareja. En total, 5.513 euros.
En conversación telefónica con este periódico, el hombre explica que fue su pareja la que solicitó la ayuda. En ese momento estaban los dos en paro y se la concedieron. Pasados unos meses, la mujer consiguió un trabajo a media jornada en una tienda. “No llegaba a los 500 euros. Entonces, según la información que teníamos, nos quedamos convencidos de que mientras no llegues al mínimo, te siguen dando la ayuda”, cuenta Puime.
Un mes después, descubrieron que les habían reducido la cuota concedida sin previo aviso. De los algo más de 400 euros que estaba cobrando antes de conseguir trabajo, después de la reducción, el IMV concedido se quedó en unos 300 euros. “Nosotros entendemos que como ella empieza a tener unos ingresos laborales, aunque son ínfimos, consideran que la ayuda tiene que ser menor. Hasta ahí todo bien”, cuenta el hombre. Pero la sorpresa no tardó en llegar.
Al cabo de un tiempo, les cerraron el grifo. No había ayuda. Pero esta vez, se lo comunicaban por carta: “Tienes que ser licenciado para entender lo que te están explicando, y por desgracia la gente que solemos pedir estas cosas nos defendemos para sobrevivir”, reconoce. La segunda carta no tardó en llegar, solo que el susto, en este caso, subió de categoría.
“Nos llega una carta reclamando todo lo que le habían dado. Casi 6.000 euros. Imagínate el susto”, comenta Puime. Él en el paro y su pareja cubriendo una baja por enfermedad de larga duración y a media jornada que, como subraya el hombre, “en algún momento se acabará”.
“Tengo 62 tacos y he intentado pedir trabajo en sectores como la construcción, porque dicen que están deseando encontrar gente, y a mí todos me ponen peros: que si la edad, que si tengo que hacer cursillos…”, lamenta el hombre. Y, después de todo, ahora le reclaman más de 6.000 euros y en un plazo para abonarlos de 30 días, asegura.
Lo primero que hizo el hombre fue dirigirse a la Seguridad Social para explicar lo que le estaba ocurriendo con el IMV, pero le remitieron a Hacienda “porque a veces se confunden”, le dijeron. Pero, una vez allí, le dicen que no es así. “Se pasan la pelota. Imagínate, sin conocimientos, intentando sobrevivir y encima andar de ventanilla en ventanilla, intentando que te expliquen algo y te vuelven loco con la burocracia”, comenta el gallego. “En Hacienda me dieron una copia de las declaraciones de la renta y me dijeron que las examinaremos, pero que ahí estaba todo bien”.
Un desfase burocrático
Después de acudir a Hacienda, Puime tenía entre sus manos una copia de las declaraciones de la renta del año anterior. Le dijeron que las examinaran, pero que, en lo relativo al IMV, estaba todo correcto. “Según ellos, teníamos todo en regla, pero había que devolver el dinero”.
Llegados a este punto, el hombre no entiende que las personas que dan la ayuda y que velan por el cumplimiento de unos requisitos, por muy estrictos que sean, no sean capaces de “cerrar el grifo” en el momento en el que ven que no se cumplen. Puime denuncia que siguen dando la ayuda y que, cuando tienen la declaración de la renta del año siguiente, es entonces cuando reclaman lo percibido.
“Fui a Tesorería de la Seguridad Social, y un hombre me explicó que como están saturados de trabajo, tardará un tiempo en llegarme una carta en la que me dicen que me presente allí para que proponga como pago ese dinero”, explica. Sin embargo, el hombre teme que como no pueda abonar toda esa cantidad de una vez, le bloqueen las cuentas. “Tengo que meter la mensualidad del alquiler en una cuenta. Si me la bloquean, el propietario no va a cobrar y me va a echar a la calle. Es ponerte contra las cuerdas”, lamenta.
El gallego recuerda que las personas que reciben estas ayudas son personas con pocos recursos o en situaciones límite, que no tienen preparación ni saben desenvolverse en temas burocráticos. “Juegan contigo. ¿Para qué lo ofrecen? ¿Para conseguir votos?”, se pregunta resignado.
Un día leyó en el periódico que la Federación de Asociaciones de Vecinos de Vigo Eduardo Chao estaban ayudando a personas que estaban en la misma situación que él: “Hablaban de una mujer con un hijo a la que le reclamaban más dinero que a nosotros”, cuenta Puime. Como explica, ya han “hecho grupo” para intentar mostrar que los afectados son más de lo que parece e intentar buscar soluciones.
“Tienen un abogado que preparó una alegación que ya firmé, y hasta ahí hemos llegado de momento”. Según cuenta, “el abogado dice que somos víctimas de un error de planteamiento y que nosotros no somos los culpables”.
Con ese mismo argumentario, la Federación de Vecinos comenta a este periódico que tienen más casos como el de Puime. “Es un colectivo vulnerable e iremos al juzgado si hace falta”, reconocen.
“Yo no es que no quiera pagar, sino que quiero que me den la forma de que una persona en mi situación pueda pagar todo ese dinero de golpe. El error fue de ellos”, insiste Puime. Reclama que es necesario que cierren el grifo de ayudas en el momento en el que, según sus reglas, consideran que no pueden seguir otorgándolas. “Es un 'te la doy, te la doy, te la doy', y luego te piden que lo devuelvas de una vez”.