Marta se marchó de Nicaragua hace más de dos décadas para darle una oportunidad en España a sus queridos: Eric y Sergio. "Mi tía, Marta, se vino sola de Nicaragua a Murcia para trabajar, ahorrar dinero y poder traerse a sus dos hijos", tal y como recuerda desolado Alan Antonio García, debido a que tanto su tía como sus dos primos forman parte de la lista de los trece supuestos fallecidos en el incendio de tres discotecas de Atalayas: una zona de ocio de la capital murciana. "Este sábado celebrábamos el treinta cumpleaños de Eric", se lamenta Alan, ante el trágico final que tuvo esa celebración en la Discoteca Fonda Milagros: el presunto foco del fuego.
"Lo pasamos bien, cenamos y cantamos canciones", tal y como relata Alan a EL ESPAÑOL. Este nicaragüense no se despega del precinto que los bomberos y la Policía Nacional han desplegado a lo largo de las tres discotecas de Atalayas que han resultado afectadas por un incendio, cuyo supuesto origen es un cortocircuito en los focos de una estructura de la pista de baile. La fiesta de cumpleaños se inició en el Restaurante Fonda Milagros de la pedanía murciana de Puente Tocinos y concluyó de forma luctuosa en una sala de ambiente latino con el mismo nombre: Fonda Milagros.
"Era una fiesta sorpresa de cumpleaños", recuerda este nicaragüense, consciente de que se ha convertido en uno de los supervivientes de la mayor tragedia en la historia del ocio nocturno de Murcia. EL ESPAÑOL ha accedido en exclusiva a un vídeo tomado por una superviviente a la fiesta de Eric, desde el palco 18 de la Discoteca Fonda Milagros, y las imágenes corroboran que nada hacía presagiar que la celebración acabaría en llamas.
"Escogimos el Restaurante Fonda Milagros porque hay buen ambiente familiar y una cancha para jugar al fútbol", apunta Alan. "Eric jugaba de defensa en un equipo de fútbol sala, junto a compatriotas nicaragüenses y bolivianos: todos los jueves y los domingos tenían partido de liga. Era muy bueno jugando porque era alto y fuerte".
De modo que este sábado jugaron un partidillo y luego cenaron en aquel restaurante un buen bistec a la plancha, cocinado al estilo de su querida Nicaragua: la tierra natal de la mayoría de los treinta comensales que asistieron a la fiesta de Eric Hernández. También cantaron cumpleaños feliz, comieron tarta y cada uno de los asistentes le regaló un sobre con dinero a Eric para que se diera un buen capricho este inmigrante nicaragüense.
"Eric tiene una 'mujercita', de 9 años, una hija de su primer matrimonio, pero no he sido capaz de llamar a su exmujer porque es una noticia muy dura para una niña que es muy pequeña", tal y como confiesa Alan Antonio García a EL ESPAÑOL. El nudo que tiene en la garganta es tan desproporcionado que hasta le impide romper a llorar. "El restaurante lo escogió Sergio, el hermano de Eric, porque es su local preferido, es donde solía reservar porque siempre hay un ambiente bonito".
- ¿Usted fue a la Discoteca Fonda Milagros?
- Alan Antonio: La gente decidió seguir la fiesta en la disco, pero yo me fui a casa porque me encontraba mal. Mi mujer, María Elizabeth, y otros familiares míos también fueron. Mi primo Sergio, el hermano de Eric, era el que coordinaba y me decía: 'Vamos a la Fonda' '¡Cómo eres primo!' '¡Vamos a divertirnos!' '¡Vente!' Pero yo le contesté que ellos siguieran divirtiéndose: no quería ir a ese lugar porque no me gusta, es muy estrecho, pequeño y se está apretado. Así que les respondí: 'Vayan y diviértanse ustedes, otro día les acompañaré'. Me despedí sin pensar que ocurriría esto.
Al parecer, Sergio, el hermano de Eric, había alquilado el palco número 18 que hay en la primera planta de la Discoteca Fonda Milagros para acabar la celebración por todo lo alto: bailando y tomando unas copas de ron. Los dos hermanos guardaban una buena relación desde que aterrizaron en la capital del Segura gracias al esfuerzo de su madre. "Mi tía siempre ha trabajado cuidando a personas mayores: el destino la trajo a Murcia y logró salir adelante con mucho esfuerzo".
La buena de Marta se deslomó currando para que sus hijos varones tuviesen las mismas oportunidades en suelo europeo que sus dos hijas: "Una se llama Ivania, tiene 42 años, y la otra, Alejandra, de 29 años, viven en Francia y Zaragoza". Tanto Sergio como Eric aprovecharon la oportunidad que les brindó la matriarca de la familia Hernández, trayéndolos a Murcia desde la ciudad nicaragüense de Chinandega.
"Sergio, de 40 años, trabajaba de camarero en la cafetería que El Corte Inglés tiene en Murcia, y su hermano pequeño, Eric, de 30 años, era repartidor de Coca-Cola", según precisa Alan: el primo de ambos.
- ¿Cómo se enteró del incendio?
- Alan Antonio: A las cinco de la madrugada me llamó mi mujer muy asustada, diciéndome que se había producido un incendio. Mi esposa, María Elisabeth, solo me decía que dentro de la discoteca se había quedado una parte de mi familia. Cuando me llamaron contándome lo del incendio, yo pensaba que me estaban vacilando hasta que escuché a mi comadre llorando. Al llegar a la discoteca, todo estaba ardiendo, y a la mente solo se me venía la imagen de mis familiares que seguían dentro. No me lo podía creer. Los que estaban arriba en el palco de la discoteca: no pudieron salir.
Los asistentes al cumpleaños que supuestamente murieron por intoxicación de humo o abrasados por las llamas son: Eric Hernández, el homenajeado; su hermano, Sergio Hernández, la madre de ambos, Marta, así como la pareja sentimental del cumpleañero, Orfilia Blandón; y un matrimonio de amigos, Tania Angélica Martínez Salazar, y su esposo, John. Además de un allegado que se incorporó a la celebración a última hora de la noche: Rafael. Todos ellos son de Nicaragua, excepto John que es de Ecuador.
- ¿Las autoridades locales les han confirmado su fallecimiento?
- Alan Antonio: La esperanza es lo último que se pierde, pero está muy difícil recibir buenas noticias de que han sobrevivido porque los hemos buscado por los hospitales y no les hemos encontrado. También hemos llamado a sus teléfonos y los siete tienen apagados sus móviles.
Como suele pasar con los inmigrantes afincados en territorio murciano, la mayoría de los afectados en este terrible incendio se ganaba la vida de forma humilde: Eric era repartidor de Coca-Cola; su novia, Orfilia, de 28 años, cuidaba a personas dependientes; la madre del cumpleañero, Marta Hernández, de 60 años, también trabajaba cuidando a un anciano; su hijo mayor, Sergio, era camarero en la cafetería de El Corte Inglés; Tania Angélica Martínez Salazar, empleada en un restaurante; su esposo, el ecuatoriano John, curraba de albañil...
"Eric, como persona, era muy sociable, trabajador y un buen chaval al que le gustaba salir a divertirse", resalta Alan, sin poder evitar hablar de su familiar en pasado. "Eric y Orfilia se querían mucho, llevaban unos tres años juntos, ella también era una buena chica, muy familiar y trabajadora, no sé si tenían planes para casarse, pero puedo jurar que eran felices". Tanto es así que vivían juntos, sin que fuera un obstáculo para ellos las respectivas hijas que tenían de otras relaciones: una de 9 años, en el caso de Eric, y otra de 11 años, en el caso de Orfilia.
"Yo bromeaba este sábado con Eric: 'Mira primo, como vas vestido, parece que estás cumpliendo 15 años en vez de 30'", según recuerda Alan. Nada hacia presagiar que esa fiesta de cumpleaños terminaría engrosando la hemeroteca más negra de la noche española: las 13 víctimas de la zona de ocio de Atalayas recuerdan al desastre vivido en 1990 en la discoteca 'Flying' de Zaragoza, donde murieron 43 personas, o la sala 'Alcalá 20' en Madrid, en la que perdieron la vida 81 personas en 1983.
Al bueno de Alan lo único que le consuela es que su querida esposa María Elizabeth se ha salvado. Esta nicaragüense todavía luce un elegante vestido blanco que se puso para el cumpleaños de Eric y que recuerda al infierno del que ha escapado porque está marcado por los restos negros del humo. "Estábamos en el palco número 18 pasándolo bien en una zona VIP", remarca esta mujer, ojiplática, sin dar crédito a lo sucedido durante la madrugada de este domingo.
- ¿Qué recuerda del incendio en la Discoteca Fonda Milagros?
- María Elizabeth: Yo iba bajando por las escaleras a las seis de la madrugada. Le pedí a mi hermana, Eva, y a mis amigas que nos marchásemos. Les dije: 'Me siento pegada porque he 'tomado' un poco [bebido]'. Cuando bajamos, a la mujer de un primo de mi marido le dije: 'Agárrame que me puedo caer'. Y mi amiga me contestó que olía mal.
- ¿Qué hicieron en ese momento?
- María Elizabeth: Parecía que se estaba quemando aquello y mi amiga fue corriendo a avisar a su novio. Así que agarré a mi hermana y salimos todos a la calle. Nos quedamos en la puerta esperando a los demás, pero ellos nunca salieron: Eric, Sergio, Marta, Orfilia, Tania, John y Rafael. Yo estaba en la puerta y quise entrar, pero la discoteca ardió en un minuto. Fue rápido.
El mismo relato ofrece Arlem García, otra nicaragüense que asistió a la fiesta de cumpleaños de los Hernández. "Cuando estábamos llegando a la puerta de salida, después de bajar las escaleras, se olía a humo cada vez más", tal y como confirma esta cuidadora de personas dependientes. "Olía a quemado y cuando nos dimos la vuelta para intentar subir al palco, a avisar al resto del grupo, ya había personal de seguridad de la discoteca y no nos dejó regresar porque estaban desalojando la Fonda Milagros".
¿Qué ocurrió con el cumpleañero Eric y el resto de la gente?
- Arlem García: El palco estaba arriba, al lado del aseo. Nosotros salimos a la calle, pensando que el personal de la discoteca iba a desalojar a los que quedaban en el palco. Pero en el momento en el que salimos ya no nos dejaron entrar: una amiga lo intentó y la expulsaron. Salimos a la calle con la tranquilidad de que no había llamas porque pensábamos que la situación la tenían controlada. Nosotros nos quedamos en la calle para ver si ellos salían y no vimos salir a nadie más. Fue un momento muy duro y difícil.
La Policía Nacional ha confirmado que 13 personas murieron en la Discoteca Fonda Milagros: el supuesto foco de un incendio que se extendió a Teatre y Golden -dos salas que están pegadas en la calle Isla Cristina de Atalayas-. Además, también hay 3 personas en paradero desconocido. EL ESPAÑOL ha podido saber que se trata de la mujer de un locutor de radio y una pareja de sudamericanos que reside en Caravaca de la Cruz, pero que se desplazó a Murcia para salir de copas.
"La Policía solo nos dice que ha encontrado trece cadáveres y que tiene que hacerles pruebas de ADN para confirmarnos si son nuestros siete amigos desaparecidos, pero nosotros les seguimos llamando y sus teléfonos continúan apagados", resume desolada Arlem. Los supervivientes necesitaban recibir psicológica para digerir que han sido protagonistas de una catástrofe de la que se ha hecho eco hasta la BBC inglesa.
De momento, se ha abierto una investigación judicial para depurar responsabilidades, después de que se desplazara a la zona el magistrado José Fernández Ayuso: coordinador para emergencias y sucesos con múltiples víctimas del Tribunal Superior de Justicia. Alan no podía quitarse de la cabeza las últimas palabras que escuchó a su primo: "Nos estuvimos riendo mucho en su celebración de cumpleaños y Eric nos decía a todos: 'Me estoy divirtiendo a tope con ustedes, espero que disfruten la fiesta'".