La fiesta estaba en todo su apogeo en la Discoteca Fonda Milagros de Murcia. El reloj rondaba las seis de las madrugada de este domingo y la gente estaba entregada a la música, cuando de repente comienza: "Una película de terror". Así define un cliente lo que vivió para escapar del incendio, en un audio realizado justo después de escapar de la sala de ambiente latino que acabó calcinada en Atalayas: una zona de ocio de Murcia.
"Lo que ha pasado es una locura, eso parecía una película de terror", según expone este cliente en un testimonio de casi 4 minutos que causa pavor y al que ha accedido en exclusiva EL ESPAÑOL. "Yo estaba en un reservado de la parte de abajo, de los que está más pegado a Teatre y lo primero que ha pasado es que se olía una peste a plástico quemado. Me asomo para ver si está mi amigo de la cachimba porque pensé que se le había quemado el hornillo o algo, pero no lo vi".
Tal testimonio pone de manifiesto que los clientes usaban cachimbas dentro de una sala cargada de material decorativo, separada de la Discoteca Teatre por una estructura de pladur, y que carecía de licencia de actividad del Ayuntamiento de Murcia. De hecho, debía estar cerrada desde marzo de 2022, pero abría cada fin de semana y profesores de Educación Secundaria Obligatoria aseguran a este diario que ha acogido fiestas de graduación de cuarto de la ESO: con alumnos menores de edad de 15 años.
La Fonda Milagros celebró este domingo su último evento, con la presencia de uno de los Ramírez: la familia colombiana que regenta esta sala latina. Así lo asegura el cliente en su audio donde narra abatido que para sobrevivir tuvo que dejar atrás a clientes que yacían desmayados en el suelo: "De repente, el olor empezó a ser más fuerte y lo siguiente pasó superrápido. Las luces de un sector se apagaron y nos quedamos a oscuras en la parte de abajo, pero el fondo de la discoteca seguía iluminada y la música no se apagó".
EL ESPAÑOL ha hablado con un portero de discoteca que trabajó en Fonda Milagros y define así la distribución de la sala: "Es un laberinto. Nada más pasar la puerta, enfrente hay tres reservados, a mano derecha un ropero y una salida de emergencias. La pista de baile está llena de mesas y para bailar hay que hacerlo alrededor, en el espacio que queda entre las mesas y una barra grande que es un semicírculo y una segunda barra que es más pequeña. En la planta de arriba están los palcos, por donde se accede a través de unas escaleras de más de un metro de ancho".
Este profesional de la seguridad privada cobraba 10 euros la hora, por estar en la puerta de Fonda Milagros, de once a siete, y también precisa que en el momento en el que trabajaba en la sala la decoración tenía elementos aparentemente inflamables: "Tenían una especie de muñecos de peluche". Este domingo, lo que había era instrumentos musicales típicos de Colombia: guitarras, maracas, sombreros... De modo que el fuego supuestamente se propagó con rapidez, tal y como explica el cliente de este estremecedor audio que circula entre empleados de locales de copas de Atalayas: la zona cero de un incendio que se ha cobrado trece vidas.
"De repente, levanto la mirada y empiezo a ver que sale un humo mucho más denso y supernegro de la ventilación del aire acondicionado. En cuestión de segundos, aquello estaba lleno de humo. A media altura no se podía ver nada, se apagaron las luces del todo y comienzo a escuchar a la gente gritando, saliendo a la calle corriendo. Reconocí la voz de uno de los dueños gritando: '¡Salir para afuera!' '¡Salir para afuera!'Yo cogí a mi novia y a su hermana, empecé a tirar para adelante: dimos dos pasos, miramos a los lados, y empezamos a ver gente en el suelo, desmayada".
Este chico admite que huyó para salvarse, sin pensar en el resto de clientes, debido a que entró en shock y su prioridad era sacar de aquella sala en llamas a su pareja y su cuñada: "Mi novia y mi hermana, la verdad es que son superpequeñas y yo empecé a tirar para adelante empujando. Estaba en shock total. Mi novia y su hermana estaban totalmente idas: querían ayudar a la gente que estaba desmayada. Era una locura, miré al fondo, y en la parte de Teatre ya estaba saliendo fuego. Era un puto infierno".
"Parecía Troya"
De manera que no lo dudó: sacó a la fuerza a su novia y a su hermana hasta la calle. "Cogí a la hermana de mi novia, la arrastré porque quería volver a entrar a la Fonda Milagros y cuando levanté la mirada, Teatre estaba ardiendo. Eso parecía Troya. Era una puta locura. Cuando me quise dar cuenta, la gente estaba llorando, había entrado en pánico, y yo no me di cuenta de que había tragado un buen puñado de humo hasta pasado un tiempo. Mi novia estaba temblando. Aquello fue una puta locura".
O más bien la mayor catástrofe de la historia de la noche murciana y de las más graves del país, solo superada por el desastre vivido en 1990 en la discoteca 'Flying' de Zaragoza, donde murieron 43 personas, o la sala 'Alcalá 20' en Madrid, en la que perdieron la vida 81 personas en 1983. Este domingo 1 de octubre murieron 13 personas en el incendio de Fonda Milagros y el Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia ha abierto diligencias por 13 homicidios imprudentes. Este chico está vivo para contarlo y no dudó en dejar su testimonio grabado en la hemeroteca de la crónica negra.