Jerez de la Frontera

"En el curso escolar 2017/2018, sin poder precisar el día exacto pero próximo al Día de Andalucía (28 de febrero), durante una clase de música y en presencia del resto de sus compañeros, el acusado, como método para corregir a Juan (nombre ficticio para proteger al menor) por su comportamiento agitado y con pleno conocimiento de que éste padecía autismo, le ató con una cuerda a una silla y le tapó la boca con cinta adhesiva, manteniéndole en esta situación hasta que finalizó la clase".

El párrafo anterior corresponde a los hechos probados del caso del profesor que maniató y amordazó a un niño con asperger en Jerez de la Frontera. Ocurrió cuando el menor estaba en sexto de primaria. El niño fue cambiado de centro, mientras que el maestro continúa, según la Asociación Asperger Andalucía y la web del colegio María Auxiliadora de Jerez, en el centro donde se produjeron los hechos. 

J. A. F. C., profesor de música, ha recurrido la sentencia a la Audiencia Provincial. El Juzgado de lo Penal número 3 de Jerez le condenó por un delito contra la integridad moral del menor. La sentencia le condena a 16 meses de prisión y le inhabilita para el ejercicio de la profesión de profesor de alumnos menores de edad un año.

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"Juan necesitaba la sentencia. Él pensaba que sería inmediato. Dice: si a la gente mala no la meten en la cárcel, pues no pasa nada", comenta ahora la madre en EL ESPAÑOL.

Los hechos

La madre de Juan cuenta a este periódico todo lo ocurrido. "Nosotros siempre le damos cinco días cuando comienza un nuevo curso. Aquel año, vimos que no se adaptaba. Estaba muy irritable, problemas de sueño y problemas que habíamos pasado".

"Ahí, dijimos: algo está pasando". El menor, según relata su madre, tuvo comportamientos suicidas hasta en tres ocasiones. "Esa mañana me reuní con la directora para que no lo dejaran solo, que si tenía que hacer algo lo acompañara otro compañero. Él había intentado hacer eso en casa y no sabíamos lo que estaba pasando".

El IES Elena García de Jerez el pasado jueves.

La psiquiatra del menor preguntó por las anomalías que podría estar sufriendo en su rutina. La madre le contesto que en casa no había, por lo que todos centraron su mirada en el colegio.

A las dos semanas se convocó una reunión. Los padres de Juan no acudieron porque pensaban que se trataba de hablar de las evaluaciones ordinarias. Nada más lejos de la realidad. 

La madre de una compañera de la clase de Juan le llamó a la mañana siguiente para preguntarles por su ausencia. "La reunión es porque los compañeros han escrito una carta para decir que el profesor de música está acosando a tu hijo y le hace cosas". Con cosas se referían a que su hijo "estuvo en una silla amordazado y amarrado".

"Yo no daba crédito. Llego a casa, le pregunto a Juan y él explota: no quiero hablar, no quiero hablar", relata su madre.

De ahí pasó directamente a la comisaría a poner la denuncia. "Me entero de que la directora tenía en su mano una carta que había escrito una alumna explicando las cosas que le hacía el profesor a Juan", incide.

El profesor en el colegio

Los hechos probados solo constatan que el niño estuvo 45 minutos atado y amordazado a una silla, reconoce la madre. "Lo que no hemos podido demostrar es el daño psicológico que le hacía. Le hacía preguntas a Juan del tipo: 'Esto cuenta para evaluación, Juan, ¿quién prefieres que muera, tu madre o yo?".

Explica la progenitora que el menor no entiende las bromas. Él quería contestar, pero tiene dificultades para expresarse en esos términos. "Otra cosa era que el profesor de música le subía y le bajaba la mano a Juan para hacerle saber que le bajaría el sonido de la mesa de mezclas cuando él tocara el piano".

El colegio abrió un expediente condenatorio, pero se escudan en que el caso de la silla sucedió más de seis meses antes de la denuncia, por lo que había prescrito, narra la madre del menor. "Lo de las preguntas y demás llevaba dos años, no había parado".

Los alumnos del Instituto de Educación Secundaria (IES) Elena García Armada de Jerez de la Frontera (Cádiz) salen del centro. Nacho Frade Europa Press

Según la madre del progenitor, días después de lo ocurrido, "el profesor sigue en el colegio. Lo que conseguimos fue una orden de alejamiento, pero como no eran más de 150 metros, pues podía estar en las instalaciones".

El curso 2019/2020, el profesor continuó en el centro y el joven también. "Pensamos que no estaría, pero afortunadamente llegó la pandemia. Fue en Primero de la ESO y en el momento en que hubiera contacto visual, pues teníamos para avisar a la Policía. Se cuidaron para que eso no pasara".

Los progenitores sacaron al joven del colegio al curso siguiente. "Viendo que el colegio no nos tomaba en consideración, que nos trató fatal...".

Concienciación

La madre de Juan ha decidido dar su testimonio después de lo ocurrido hace una semana en el IES Elena García de Jerez de la Frontera. Allí, un joven con asperger atacó con dos cuchillos a otro menor e hirió a dos compañeros y tres profesores. Según las pesquisas policiales, el atacante sufría buylling. "Esperamos que esto sirva para concienciar", apunta la madre.

Rocío Garrido, psicóloga de la asociación Asperger Cádiz-Jerez, recuerda que los menores con estos trastornos pueden tener problemas para saber "los comportamientos adecuados o inadecuados", sobre todo cuando es "una persona adulta" el emisor de los comportamientos. "Esto le lleva a no comentarlo con las familias en muchos casos". "Ese trato negativo de burla puede llevarlos a la confusión", comenta.

Para que no se vuelvan a producir este tipo de actos, la experta recomienda a los padres hablar con los hijos y preguntarles de manera certera, además de comentárselo a otros adultos para que lo vigilen. "En casa que den ejemplos concretos de lo que pasa en el colegio". "Todo esto para para prevenir que se haga crónico y ese comportamiento se extienda en el tiempo. Comentarlo para que se vigile", incide Garrido.

La experta da mucha importancia a "la sensibilización del profesorado y de los compañeros cuando hay un asperger. Es importante que los compañeros tengan conciencia, porque muchas veces ven que tienen comportamientos diferentes en estos menores pero no saben a qué se debe".