La edad de jubilación es un momento de la vida en el que todos hemos pensado alguna vez tengamos los años que tengamos. Esa etapa en la que ya no tenemos la obligación de ir a trabajar todos los días y en la que se puede aprovechar para hacer los planes que no hemos hecho antes por falta de tiempo o de oportunidades.
Una de las prácticas más habituales cuando llega el momento de la jubilación es la de viajar sin parar. Una máxima que se han aplicado dos personas como Marty y Jess Ansen. Un matrimonio que ya ha terminado esa parte de la vida en la que lo más importante son las preocupaciones laborales y que ha decidido afrontar su presente y su futuro de una manera muy curiosa: viajando y navegando.
Ellos concretamente lo hacen de crucero en crucero. Fue el cambio de rumbo que decidieron hacer cuando pasaron una mala época por culpa de la pandemia de la Covid-19. Después de tener que pasar tanto tiempo encerrados en un país como Australia, que fue especialmente restrictivo, se aplicaron el consejo de salir y viajar en su máxima expresión.
Un viaje de 15 meses y 51 cruceros encadenados
Marty y Jess Ansen se han convertido en los divertidos protagonistas de esta bonita y curiosa historia. Esta pareja de jubilados australianos decidió que tras darse por terminada la difícil etapa de total influencia de la Covid-19 en su país y en el mundo, llegaba el momento de disfrutar, de viajar y de vivir. Una empresa que se han tomado muy en serio y que les ha convertido en los actores principales de uno de los viajes más largos de la historia.
El 16 de junio del año 2022 comenzaron una aventura que ni ellos mismos esperaban que fuese a durar tanto. De hecho, todavía sigue en curso. Marty y Jess han contado su particular historia en el programa A Current Affair, donde explican de qué manera han ido gestionando su particular aventura: "De vez en cuando le decía a mi agente de viajes, mira cualquier cosa que salga, contrátalo".
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Lo que podría parecer una locura absoluta, para ellos se ha convertido en una divertida rutina. Y lejos de que pueda parecer una ruina, tanto Marty como Jess afirman que si siguen sin parar de viajar es porque han hecho cálculos y les sale más barato vivir así que pagarse una residencia que les ofrezca esas comodidades y ese nivel de vida para dos personas.
Esta entrañable pareja de jubilados australianos está encantada y feliz con su nuevo modus vivendi ya que les permite disfrutar de una impresionante oferta de ocio y entretenimiento por un precio mucho menos reducido de lo que muchas personas puedan creer. Para ellos, vivir en un crucero es el futuro después de haber demostrado que su presente es lo que siempre habían soñado.
"¿Dónde más puedes ir a cenar, a un show y después a bailar?". Esto se preguntaba Jess con una sonrisa de oreja a oreja en la cara. Marty, por su parte, prefería destacar otro tipo de placeres: "Tampoco nos tenemos que hacer la cama".
Muchas personas ven inconvenientes en este tipo de vida, ya no solo en lo económico, si no por ejemplo en alejarse de su familia tanto tiempo. Sin embargo, Marty y Jess han aprendido a gestionarse con una fiabilidad increíble. Concretan sus viajes cerca de la residencia de algunos familiares y aprovechan cuando el barco hace una parada para realizar las tradicionales visitas a sus seres queridos antes de ponerse de nuevo en marcha para proseguir con su aventura marina.
Después de tanto tiempo, ya acumulan más de 15 meses de viaje y hasta 51 cruceros encadenados de manera consecutiva, se han convertido ya en un miembro más de las tripulaciones. De hecho, han permanecido más tiempo en esos barcos que los propios trabajadores que ejercen sus funciones en ellos.
"Todo el mundo los conoce en el barco, son básicamente famosos a bordo", decía Ren van Rooyen, manager del hotel que se puede encontrar a bordo de este gran crucero. Y lejos de lo que pueda aparecer, Marty y Jess no han llegado ni mucho menos al final de su viaje, ya que tienen por delante muchos planes todavía.
Aunque llevan más de 500 días de navegación, los últimos 450 los han pasado en una misma casa flotante. Se trata del espectacular Coral Princess. Y en él pasarán al menos otros ocho meses más hasta poder completar más de dos años a bordo. Así es la historia feliz de esta pareja de jubilados australianos que asegura que vivir de esta forma es más barato, y sobre todo placentero, que hacerlo en una residencia tradicional.