Alejandro cumplirá este viernes su primer mes en prisión por su presunta vinculación con el robo a su domicilio familiar de El Palmar, donde murió su madre: Maravillas. Todo pasó la tarde del domingo 10 de septiembre y desde entonces, tanto sus abuelos, José y Ana, como su tía, Encarnación, que a la vez son los padres y la hermana de la difunta, sostienen que Alejandro es inocente. Esta semana, esos familiares declaran en el juzgado para buscar la puesta en libertad de este joven, de 20 años, a pesar de que la Policía Nacional considera que estaba supuestamente compinchado con Bryan: el autor material del asalto a la vivienda que acabó con Maravillas.
EL ESPAÑOL ha accedido al atestado del Grupo de Homicidios y consta la transcripción de una serie de respuestas con "incoherencias" que Alejandro ofreció a unos policías nacionales, cuando le preguntaron qué hacía en casa de su madre: Bryan Luis R. P. (Bolivia, 1997), su antiguo jefe en el restaurante que Burger King tiene en Atalayas. Este boliviano acababa de ser detenido tras romperse sus dos tobillos, al saltar desde la azotea de la casa de Maravillas hasta la terraza de la vivienda de sus padres, José y Ana, donde fue interceptado por unos clientes de Puro Café. Todo ello, después de que la pareja de ancianos pidiera auxilio por el robo que estaba sufriendo su hija.
"Desconozco el motivo por el que Bryan estaba en mi domicilio", afirma de primeras Alejandro, antes de ofrecer una segunda versión a los policías nacionales. "Bryan me ha dicho que ha intentado proteger a mi madre de unos marroquíes que la han agredido y a él le han lanzado por la ventana". Tal y como añade, antes de ofrecer una tercera versión a los agentes: "Soy muy bocazas, alguna vez, yendo ebrio, le he contado a Bryan que en mi casa tenía guardado mucho dinero de una herencia, teléfonos móviles y objetos de valor, por lo que dudo de si ese puede ser el motivo por el que Bryan está aquí porque sé que desde julio está en paro".
Esas aparentes incoherencias, sumadas al nerviosismo y a la enorme preocupación que mostraba Alejandro sobre el estado de su madre, llamaron la atención a los policías porque todavía no se había podido acceder a la casa de Maravillas Martínez Meroño (Murcia, 1961) y nadie sabía que yacía muerta sobre las escaleras del número 57 de la calle República Argentina de El Palmar. "En un momento de su relato, manifiesta textualmente: 'Yo no quería que le pasara nada a mi madre', mientras pregunta de forma repetida e insistente si su madre se encuentra con vida", tal y como recoge el mencionado informe del Grupo de Homicidios.
El único que se suponía que conocía la fatídica noticia era Bryan: un boliviano que con 25 años ya suma seis detenciones -3 por delitos contra la seguridad del tráfico y 2 por conducir sin permiso-. Este joven no tuvo piedad con Maravillas, a pesar de conocerla personalmente. De hecho, los investigadores consideran que esta viuda murió tras sufrir "gran cantidad de heridas contundentes en la cabeza" y "una agresividad desmedida".
A tal conclusión llega Homicidios, tras analizar la cámara de vigilancia que Maravillas tenía sobre la puerta de la entrada de su casa. Las imágenes revelan que a las 15.07 horas de aquel domingo, Alejandro se marcha del domicilio y Bryan entra en escena seis minutos después: "A las 15.13 horas, se ve cómo la víctima abre la puerta, produciéndose un forcejeo entre un individuo que porta en su mano derecha un arma corta de fuego, tipo revólver". En esta grabación se escucha que Maravillas descubre que el ladrón es Bryan: el amigo y antiguo jefe de su hijo en Burger King.
- Bryan: ¡Para que te meto un tiro! O me das ahora el dinero que tienes en casa o te reviento la cabeza. Hay un coche que está siguiendo a tu hijo.
- Maravillas: ¿Bryan eres tú? ¡Bryan, Bryan! No tengo dinero, de verdad, mi vida. No tengo dinero, tesoro mío.
- Bryan: Yo no sé, a tu hijo se le fue la boca cuando estábamos cenando con amigos de Saron y te puedo decir que él dijo que tenía 20.000 o 30.000 euros en su casa y es por eso por lo que me ha mandado a mí […].
Al saberse desenmascarado, el Grupo de Homicidios remarca que Bryan reacciona con más agresividad: "Haciendo caso omiso a las súplicas de la víctima". Prueba de ello es que empieza a usar el revólver para golpear a Maravillas en la cabeza, de manera "violenta" y "reiterada", hasta causarle una fractura craneal. "Sigue intentando asfixiarla a la vez que le propina más y más golpes en la cabeza con el arma de fuego de metal. A las 15.24 horas, el agresor comienza a golpear la cabeza de la víctima con patadas. A las 15.35 horas, baja de la planta de arriba portando en su mano derecha un cuchillo, observándose cómo parece que le hace un primer corte en el cuello (…)".
El cuerpo de la pobre 'Mara' acabó tirado sobre las escaleras, con una bolsa de plástico en la cabeza. El revólver con el que murió a golpes fue localizado en la terraza de la casa de sus padres, José y Ana, donde Bryan se dejó los tobillos tras saltar al vacío, antes de ser interceptado por los vecinos que acudieron a auxiliar a los ancianos. Este miércoles, los familiares de Alejandro intentarán defender su inocencia en sede judicial, frente al contenido de este informe del Grupo de Homicidios que considera que "se deduce su participación" en base a varios datos. El primero: el testimonio de su amigo boliviano que lo señala como presunto autor intelectual del robo.
Todo ello, tras desmontarse su primera versión donde Bryan afirmaba que tres ladrones marroquíes le habían lanzado desde la azotea de la casa de Maravillas, cuando entró a auxiliar a la viuda al pasar con su coche por la calle República Argentina y se percató de que la estaban asaltando. Tal relato duro lo mismo que el cacheo en el que le encontraron: 350 euros en metálico, una funda de revólver con la inscripción 'Gamo' y unas llaves de la casa de la víctima.
De forma que Bryan confesó en la Comisaría de Policía las instrucciones que supuestamente le dio Alejandro, para robar de casa de su madre la herencia que le dejó su padre: Juanjo Macanás, un conserje del Teatro Bernal que murió de cáncer. "Hablé con Alejandro antes de entrar a la vivienda y me dijo que en cuanto saliera de su domicilio, que yo entrara, que simplemente amenazara a su madre y ella me daría el dinero que tenía en casa", según asegura este boliviano, al que las cámaras filmaron ocultando su identidad con una gorra de béisbol, unas gafas de sol y una braga tubular.
"Alejandro iba a salir de la casa para ir a Molina de Segura a llevar una videoconsola y de allí volvía. Conforme vi a Alejandro marcharse de casa, yo entré: amenacé a la madre, pero ella me reconoció, estaba nervioso, no sabía que hacer y fue cuando la golpeé". El forcejeo con Maravillas alertó a sus familiares porque la casa de esta viuda está pegada a la de sus padres, José y Ana, con los que había estado comiendo aquel domingo, junto a su hijo, Alejandro, y su hermana, Encarnación.
"Empezaron con las llamadas al móvil de la madre [Maravillas], la telefoneaban constantemente, y luego llamaban a la puerta. Por eso subí arriba y me lancé a la terraza de al lado. Después apareció el abuelo [José], no me podía levantar porque estaba lesionado de los tobillos y nos fuimos los dos al suelo [...]. Tras eso, bajamos por la casa [de los padres de Maravillas], me senté en una silla y llegó la Policía".
Bryan afirma en la Comisaría de Policía que el motivo de Álex para planear supuestamente el golpe era la "relación distante" que mantenía con Maravillas: "Su madre no le dejaba hacer nada, no le daba dinero, no le dejaba fumar…". Incluso precisa que "hace un mes" fue cuando se diseña el robo: "Alejandro me dijo que estaba harto de su madre, no le daba dinero y su padre se había muerto y le dejó mucho dinero, pero su madre no le permitía cogerlo porque lo controlaba: no podía compararse un coche, ir a sitios…. Me dijo que había 20.000 euros, diez mil para mí y diez mil para él. Y luego, Alejandro lo recuperaría del seguro".
El Grupo de Homicidios cree que este boliviano aceptó dar el palo a Maravillas porque en julio rescindió su relación laboral con Burger King y estaba atravesando una "mala situación económica" que le obligó a pedirle prestados 360 euros a su hermana, para poder pagar la habitación que tenía alquilada en un piso de Molina de Segura. De hecho, en el análisis del móvil de Bryan hay conversaciones de WhatsApp donde se plantea vender por 500 euros su ordenador portátil para tener liquidez.
De forma que aquel domingo, Bryan dejó a su novia, Lidia, en casa de sus padres en El Palmar y le pidió prestado su Seat Arona para ir a ver a su hermana a su casa, pero en realidad se plantó en el domicilio de la madre de su amigo tras hablar durante una hora con Alejandro: "Dijo que podíamos hacer las cosas ese día […]. Alejandro iría a Molina de Segura, mientras yo cometía los hechos. Dijo que si me descubrían que dijera lo de los moros [que el robo lo habían perpetrado unos marroquíes]".
De nada sirvió porque la Policía Nacional le arrestó y posteriormente hizo lo propio con Alejandro, en cuanto apareció por la calle República Argentina procedente de Molina de Segura: "Preguntado Alejandro cómo es posible que tuviera en su poder las llaves del coche de Bryan, si se supone que no sabe qué está haciendo Bryan en su casa, Alejandro manifiesta que no sabe el porqué ni en qué momento se las ha dado, no pudiendo dar a los agentes actuantes una explicación coherente, mostrando una actitud cada vez más nerviosa ante tales preguntas, motivo este que hace pensar que Bryan y Alejandro se habrían visto antes de suceder los hechos".
Los investigadores concluyen que en su declaración, Bryan "manifiesta la implicación de Alejandro en los hechos, habiendo preparado entre ambos el acceso a la vivienda para robar a la víctima". Además, el Grupo de Homicidios apunta a otros testimonios que supuestamente implican al hijo de Maravillas en el robo mortal. Tales como la llamada que su tía, Encarna, le hace a Alejandro cuando está en la tienda Game de Molina, para informarle de que ha escuchado golpes en casa de su hermana y no responde: "Le comenta que le va a decir a alguien, cree que a su jefe [Bryan] que iba a ir a casa, circunstancia esta que llama poderosamente la atención".
El Grupo de Homicidios también pone el acento en el testimonio de Said: uno de los vecinos que acudió a la llamada de auxilio de los padres de Maravillas. "Le ha parecido rara la actitud del hijo de su vecina. Además de porque ha tardado muy poco tiempo en llegar a su casa cuando todo ha empezado a suceder, porque normalmente aparca el coche en el garaje cuando llega a casa y hoy lo ha dejado en la calle Mayor, para ir luego corriendo […]. Otro detalle que llama la atención de la declaración de Said es que cuando llega Alejandro, a la altura de los vecinos que están reteniendo a Bryan, les dice: 'No le toquéis, es mi jefe, es mi compañero de trabajo'".
Hasta el testimonio de Lidia pone a Álex a los pies de los caballos: "Bryan lo trataba como si fuera su hermano pequeño. Alejandro es muy nervioso y muy activo, pero tenían muy buena relación. En alguna ocasión, le comenté que era muy joven para trabajar en Burger King, a lo que Alejandro me respondió que trabajaba ahí porque quería y le gustaba, pero que tenía mucho dinero porque había recibido una herencia de su padre. Iba diciendo por ahí que tenía unos 100.000 euros, ya que algún conocido me lo comentó, aunque a mí, Alejandro no me dijo una cifra exacta. Mi novio, Bryan, y Alejandro eran muy amigos, Bryan debía saberlo seguro".
Este miércoles, Evaristo Llanos, el letrado que defiende a Alejandro, un joven tímido, buen estudiante, sin antecedentes y que llevaba una vida ordenada como encargado del Burger King de El Esparragal, tratará de lograr que el juez deje en libertad a este veinteañero. Todo ello, apoyándose en que Bryan se ha retractado en sede judicial de la confesión que ofreció a la Policía Nacional en Comisaría y en el testimonio que ofrecerán sus abuelos, José y Ana, así como su tía, Encarnación, los cuales defienden que Álex no ayudó a planificar el robo que acabó con la vida de su propia madre.
El abogado también aportará pruebas, como la testifical del empleado de la tienda Game del Centro Comercial Vega Plaza de Molina de Segura que atendió aquel domingo a Alejandro, cuando acudió a reparar su videoconsola Nintendo Wii. Además, Evaristo Llanos ha solicitado a la Policía Judicial que aporte las grabaciones de las cámaras de seguridad del aparcamiento del centro comercial, para demostrar que su cliente estaba allí, entre las 15 y las 16.30 horas del 10 de septiembre, mientras Bryan mataba a Maravillas a golpes con un revólver de aire comprimido.