Jesús Calleja delante de su helicóptero.

Jesús Calleja delante de su helicóptero. Cedida

Reportajes

El helicóptero de Jesús Calleja: vale 350.000 € y su mantenimiento cuesta 1.600 cada 50 horas

EL ESPAÑOL habla con el leonés para hablar de la nueva temporada de 'Volando Voy'. Uno de los pilares de su programa es esta aeronave.

15 octubre, 2023 02:31

Jesús Calleja y sus programas son una apuesta segura para Cuatro, ya que tanto Volando voy como Planeta Calleja han conseguido cautivar a la audiencia durante varias temporadas, dando a conocer la cara más desconocida de los famosos y ayudando a multitud de pueblos de España.

Uno de los elementos más reconocidos y característicos del formato durante las nueve temporadas que lleva en emisión el programa es el helicóptero del aventurero, un Robinson R44, que ha recorrido todo el país como un integrante más del equipo. Y es que el leonés es un apasionado del vuelo, por eso siempre destaca que el helicóptero es suyo, que lo compró pidiendo un crédito, pero está amortizando el aparato con creces con las horas de vuelo del programa.

EL ESPAÑOL ha contactado con Calleja para hablar de las novedades de este año en el programa, pero también de cómo se sacó la licencia para pilotar el helicóptero, sus características y mantenimiento. También hemos hablado con Ricardo Ozores Arriola, Jefe de Operaciones de World Aviation y piloto comercial para que nos explique qué hay que hacer para sacarse la licencia de vuelo como el aventurero.

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Un miembro más del equipo

En las primeras temporadas de Volando voy, los protagonistas de las entregas no se podían creer que el mismísimo Jesús Calleja fuera el piloto del helicóptero que llegaba a sus localidades, pero es que el leonés es un apasionado del aire y de volar.

“El 80 o el 90 % de las personas que montan pensaban que había un piloto y, cuando entraban, me miraban de arriba a abajo y me preguntaban si lo sabía llevar”, afirma el aventurero entre risas. “A los 23 años me saqué la licencia de piloto de avión, pero también tengo de helicóptero, de globo, de paracaidista... Creo que tengo licencia de todo lo que vuela, desde pequeño me ha apasionado volar”, explica.

Jesús Calleja, a la izquierda, en el Robinson R44.

Jesús Calleja, a la izquierda, en el Robinson R44.

Además, el helicóptero que pilota en el programa, un Robinson R44, es suyo: “Lo compré pidiendo un crédito para hacer el programa y ya lo estamos amortizando”, reconoce. Y es que se trata de un aparato que nuevo ronda los 350.000 euros y, de segunda mano, unos 200.000.

Con lo que cuesta nuevo, se podría comprar un piso en Huertas, Vallehermoso, Bailén o López de Hoyos; un Rolls-Royce Wraith (que ronda los 340.000 euros), un Ferrari 812 GTS (por el mismo precio) o un Aston Martin DBS Superleggera (320.000 euros); si se prefiere el mar, un velero Jeanneau SUN ODYSSEY 490 (350.000), un barco Sessa Key Largo 34 FB (348.000); y si se cambian las aspas por las alas, una avioneta Tecnam P2006T está alrededor de 295.000 euros.

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Si, en cambio, se opta por adquirir un Robinson R44 de segunda mano, por el mismo precio se podría comprar un piso en Rodríguez San Pedro, Canillejas o un estudio en Manuela Malasaña; un Audi R8 Spyder, un BMW XM híbrido enchufable o un Ferrari Portofino M (los tres rondan los 200.000 euros); un velero Bénéteau Oceanis 30.1 (196.000), un barco Bénéteau Flyer 9 SunDeck (200.000); o una avioneta Cessna 172S (210.000 euros).

Pregunta.- ¿Qué siente al pilotar un helicóptero?

Respuesta.- Desde pequeño siempre me ha gustado volar, soñaba con hacerlo y a lo largo de mi vida he invertido mucho dinero en estudiar para poder sacarme las licencias de avión, de helicóptero, de parapente, de paramotor o de globo, cualquier cosa que vuele.

Pero si hay uno que sobresale del resto es el helicóptero. Es perfecto, permite hacer cualquier maniobra, incluso algunas imposibles. Desde el ángulo de la física casi parece imposible que esa máquina tenga las capacidades de volar como vuela y hacer lo que hace. Poder pilotar un helicóptero es una locura.

También tengo que decir que es lo más difícil de pilotar. No conozco nada, y creo que lo piloto todo, más complejo que un helicóptero. De hecho, creo que de todas las licencias de vuelo es la que más fracaso tiene a la hora de conseguirla debido a su dificultad. Pero, una vez que te has hecho con ello, es fantástico.

Yo, por ejemplo, me monto en el helicóptero y no tengo que pensar lo que tengo que hacer, es como cuando te montas en el coche, no tienes que pensar como arrancas y te pones a conducir de una forma automatizada, todo sale bien. Pues volando me ocurre lo mismo. Además, como le tengo tanta pasión, creo que lo hago muy bien (risas).

Nunca he tenido un susto, además me he acostumbrado a volar durante el rodaje, aunque intentamos evitar la primavera porque que es la época más tumultuosa de la atmósfera, donde hay más turbulencias y tormentas. Es una época muy complicada para volar, pero nunca he fallado. Al final, he desarrollado una destreza para volar en cualquier condición y geografía, ya sea en montaña, en valles… En cualquier sitio.

De hecho, si no me dedicara a lo que hago, me dedicaría profesionalmente a volar helicópteros porque me gusta, se me da muy bien y es fascinante poder volar.

Jesús Calleja.

Jesús Calleja. Cedida

P.- ¿Qué puede contarnos del modelo que usa en el programa, el helicóptero Robinson R44?

R.- En el programa usamos el mío, que es el que piloto, y la productora, Zanskar Producciones, contrata otro para hacer las tomas del mío. El Robinson R44, que es el helicóptero más económico que hay de operatividad, el menos costoso porque es de pistón, no de turbina, vuela extraordinariamente. Por sus particularidades, fue un helicóptero que se diseñó para vuelo particular, no de trabajo, por eso está muy optimizado para gastar muy poquito, para que tenga un mantenimiento muy barato, para que todo sea muy económico.

P.- ¿Cuánto cuesta el mantenimiento?

R.- Cada 50 horas de vuelo hay que hacerle una revisión al helicóptero. Por ejemplo, la última me costó unos 1.600 euros, que fue una revisión ordinaria. No es cara, ya que al ser un aparato de pistón es mucho más económica que si fuera de turbina.
Respecto a la gasolina, este helicóptero consume 60 litros la hora, pero recorre en ese tiempo lo que tardas en hacer en un coche en cinco. Si lo extrapolas debe de estar casi a la par, el consumo se da la mano. Créeme, este modelo es muy económico.

P.- Dada la complicación para aprobar el examen de la licencia de vuelo, ¿se lo consiguió sacar a la primera?

R.- Consta de dos partes, la teórica y la práctica. Tengo la suerte de tener memoria fotográfica y, realmente, podría haber estudiado lo que quisiera porque me leo un libro y no se me olvida jamás.

Por eso siempre las partes teóricas son lo que mejor se me dan. La práctica también la saqué a la primera porque son maniobras que había hecho con el instructor y, como tenía que completar un recorrido que habíamos ensayado, ahí, o lo haces o no apruebas. Es como el examen de coche, vas con un examinador al lado y tienes que hacer lo que él te marca.

La voz del Experto

EL ESPAÑOL ha contactado con Ricardo Ozores Arriola, Jefe de Operaciones de World Aviation y piloto comercial. Además, el madrileño da clases en el aeródromo de Cuatro Vientos y es un perfecto conocedor de temas de aviación.

Ricardo Ozores Arriola.

Ricardo Ozores Arriola. Cedida

“Las licencias de piloto tienen varios niveles, la PPL (de piloto privado) y las CPL o ATPL (que son las profesionales). Estas últimas son las que permiten tener una remuneración por volar. La privada también se llama deportiva y te permite tener tu propio helicóptero y poder volarlo”, explica el piloto.

Ozores Arriola explica que el curso para la licencia de PPL consiste en un curso teórico de alrededor de 150 horas distribuidas en nueve asignaturas con metodología, navegación general, legislación aeronáutica.

Calleja destaca que el examen para ser piloto privado ha sido uno de los más complicados que había hecho. Ozores Arriola explica: “Es que te tiene que gustar el tema porque ser piloto es algo vocacional. Tienes que estar preparado a nivel psicológico, ya que muchos de los entrenamientos a los que nos sometemos son situaciones de emergencia como fallo del motor y hay que aprender a intentar salir por tu propio pie, porque en esa situación ya das por perdido el aparato”.

Sobrevolando España

Jesús Calleja ha vuelto a llenar el depósito de su helicóptero para alzar el vuelo con la novena temporada de Volando Voy (todos los lunes a las 22:50 horas en Cuatro). El espacio producido en colaboración con Zanskar Producciones ha recorrido siete localidades esta temporada: Belmonte (Cuenca), El Andévalo (Huelva), el Valle de Cabuérniga (Cantabria), la Mariña Lucense (Galicia), el Concejo de Allande (Asturias), la Sierra de Francia (Salamanca) y el Alto Bernesga (León).

El leonés ha buscado darles un impulso y crear grandes eventos que dinamicen y pongan en valor la vida de los pueblos, siendo el hilo conductor de esta nueva entrega de episodios. Fomentar y poner en valor la vida en los pueblos sigue siendo el motor de este programa, que en este nuevo curso se ha empeñado en ayudar a mantenerlos con vida creando y potenciando los eventos más espectaculares, curiosos y emocionantes.

“Los eventos mantienen los pueblos con vida. En los pueblos en los que pasan cosas, los vecinos se quedan, los negocios prosperan, el pueblo no se muere y crece. Por eso, nos hemos empeñado en esta temporada en que no se pierdan tradiciones que tienen muchísimo valor y en crear, junto a los vecinos, nuevas tradiciones que se mantengan en el tiempo. Es nuestra manera de darles una nueva oportunidad”, explica Calleja.

Calleja y el Robinson R44.

Calleja y el Robinson R44. Cedida

P.- ¿Se imaginaba que Volando voy iba a llegar a las 9 temporadas?

R.- Llegar a esa cifra en televisión es algo verdaderamente extraordinario, como todo el mundo sabe. Estar en prime time la exigencia es máxima y emitir 9 temporadas es que lo hemos hecho bien (risas).

P.- ¿En qué ha cambiado el programa en todos estos años?

R.- En cada uno tenemos un hilo conductor y el de este año es preservar los grandes relatos que tienen los pueblos porque todos pueden contar algo que es particular y relevante. Muchas localidades tienen eventos, circunstancias, historias o relatos que han quedado olvidados, que si los recuperamos se convierten en magia, lo contamos para ponerlos en el mapa, que sea un sitio que la gente quiera conocer porque vieron su historia en la televisión. Cuando lo consigues, mantienes viva esa historia y activas un turismo que, en ocasiones, ni existía.

P.- ¿Qué puede contar de los pueblos a los que han ido este año?

R.- Lo que más me ha sorprendido de esta temporada es que después de tantos años grabando por tantos pueblos de España es que sigamos encontrándonos con personas tan especiales. Desde la última contrabandista de la comarca de El Andévalo, en Huelva, que tuvo que cruzar cientos de veces la frontera con Portugal siendo una niña para poder comer, hasta unos relojeros que son como Indiana Jones buscando tesoros por todo el mundo. Uno de los más emocionantes que hemos hecho en cuanto a la historia y la potencia de la misma fue el de la Mariña Lucense de Galicia, donde recuperamos la tradición centenaria de la muda a Sejos. Otro ha sido el del Alto Bernesga de León, es un proyecto muy personal, una idea que se me ocurrió durante un sueño, que la dibujé en mi cabeza, y que, después de mucho pelear durante unos cuantos años, dedicándole muchísimas horas y el 80% de mi tiempo libre, lo hemos sacado adelante tres años después. Es el circuito ciclista Zona Alfa León.

R.- ¿Le queda algún rincón de España por visitar?

R.- Claro que sí, este país es una locura de variedad paisajística, de gente, de actividades... podría estar varias vidas haciendo ‘Volando voy’.

P.- ¿Qué parte de Volando voy tiene una labor social y cuál es programa puro y duro?

R.- La televisión es entretenimiento y esa es nuestra misión como programa, pero creo que ‘Volando voy’ tiene un 100 % de entretenimiento y también el 100 % de un aspecto social que ocurre de verdad, no hay actores. Todo lo que los espectadores ven, minuto a minuto, sucede tal cual se emite, no hay cortes ni repeticiones.

P.- ¿Y qué puede decir de su equipo?

R.- Es el que da con las historias que nos gustan. Cuando hacen la búsqueda, los de los pueblos no saben que vamos a ir allí porque van como unos turistas con sus mochilas y preguntan las curiosidades de la localidad. Con sus notas elegimos y en los pueblos ni sospechan que estaban haciendo un scouting (recogiendo información) para hacer el programa. Buscamos la frescura de la realidad, de lo que ocurre tal cual sucede. Creo que una televisión que construye y deja una huella es muy bonita.

P.- ¿Qué debe de tener un pueblo para ser elegido?

R.- Un relato. Somos defensores de que todos los pueblos tienen algo que contar y a veces nos topamos con historias muy poderosas. Llegamos a un sitio donde sabemos que hay un problema y vamos a resolverlo. Lo que queremos es dar a conocer la vida de los pueblos porque es algo sobre lo que apenas se habla, casi ni desde la política. Se comenta sobre la España vaciada, pero no se aporta ninguna solución y en ‘Volando voy’ queremos reflejar esa otra España que no se cuenta. Cada programa tiene una historia, un relato y una misión.

Volando Voy en Belmonte.

Volando Voy en Belmonte. Cedida

P.- Usted también vive en un pueblo...

R.- Sí, en uno de ocho habitantes, porque lo he elegido, pero no puedo comprar nada porque no hay ni panadero. ¿La consecuencia en mi localidad y en otras? Que la gran mayoría de la gente de los pueblos come congelados porque no hay tiendas donde puedan comprar algo fresco. Se están olvidando.

P.- ¿Siente que Mediaset confía en usted y en sus proyectos?

R.- Mediaset es mi familia, donde me quieren y me respaldan en cada proyecto que realizo. Estamos en las duras y en las maduras. Tengo el mejor trabajo del mundo, donde me siento valorado, querido y apoyado.

P.- ¿Habrá cambios en la próxima temporada?

R.- Somos conscientes del momento televisivo cambiante actual, y por ello estamos en constante evolución, para no repetir siempre lo mismo. A lo mejor, en futuras entregas podríamos regresar a pueblos que ya aparecieron en el formato, para contar cómo se cambiaron las cosas de verdad y que no fue cartón piedra. Mostrar que aquello se resolvió y de qué manera.

P.- ¿Y un crossover entre ‘Planeta Calleja’ y ‘Volando voy’ llevando a un famoso a esos pueblos?

R.- Si diéramos ese cambio apoteósico a lo mejor contaminamos la fórmula. En ‘Volando voy’ los protagonistas tienen que ser la gente del pueblo, y meter a un famoso les quitaría el brillo.