Álvaro Prieto murió electrocutado el mismo jueves 12 de octubre. Es la conclusión a la que han llegado los profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla que han practicado la autopsia al cadáver del joven cordobés hallado este lunes entre dos vagones de un tren en la estación de Santa Justa en Sevilla.
Según el informe definitivo, Álvaro falleció de esta forma tras subirse al techo del tren y recibir una descarga eléctrica de hasta 3.500 voltios. El cadáver presentaba signos compatibles como las manos quemadas y dañado el cuero cabelludo, han informado a este periódico fuentes de la investigación.
El Instituto de Medicina Legal ha trasladado esta misma mañana al Juzgado de Instrucción que lleva el caso el adelanto del análisis realizado sobre el cadáver del joven. El mismo será despedido en un funeral en la más estricta intimidad por expreso deseo de su familia.
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Las cámaras de vigilancia de una gasolinera próxima a la zona de talleres de la estación, que lo situaron en el techo de un tren aparcado, han sido determinantes para que la Policía pueda empezar a cerrar el círculo en la muerte del joven futbolista.
Tras localizarse el cadáver al ser grabado casualmente por un cámara de RTVE, Renfe emitió un comunicado en el que aseguraba que el convoy estaba fuera de servicio desde hace varias semanas ya que estaba averiado. No obstante, ese lunes se puso en movimiento para realizarle unas pruebas.
A juicio del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ese movimiento del convoy fue el que permitió que se visibilizara. "De no haberse movido el tren hubiese sido absolutamente imposible ver el cadáver desde el suelo", ha asegurado en una entrevista en Canal Sur Radio.
Su versión sitúa a Álvaro Prieto en el techo de ese tren en el que apareció su cadáver el mismo día de su desaparición. Fue entonces cuando recibió la descarga eléctrica que le mató, quedando encajado en el hueco entre dos vagones.
Así habría permanecido desde el jueves hasta la mañana del lunes cuando al moverse el tren el cuerpo cayó por ese hueco por uno de los laterales, hasta quedar encajado sobre un cuerpo de ruedas, sobresaliendo sus piernas al exterior.
En cualquier caso, los talleres de Santa Justa habían sido revisados mediante drones, que tampoco tomaron imágenes que desvelaran que Álvaro estaba allí y este mismo lunes estaba previsto que la batida se hiciera en esa zona. De hecho, se ha mostrado convencido de que los perros de la Policía Nacional sí habría encontrado el cadáver en esa misma jornada.
En cuanto a qué ocurrió dentro de la estación sevillana una vez que el joven fallecido fue descubierto sin billete dentro del tren que lo llevaría a Córdoba capital, el delegado del Gobierno ha ofrecido más detalles de manera oficial.
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"No quiso aceptar la ayuda" que se le ofreció para que pudiera cargar el móvil, que se había quedado sin batería. "Se le ofrece la oportunidad pero no accede. No sabemos la razón ni el motivo", señala Fernández, según la versión de personal de la estación.
La versión de Renfe
El Centro de Servicios de Renfe en la estación de trenes de Santa Justa tiene esta misma versión. Asegura que el pasado 12 de octubre se le ofreció un cargador para "encontrar el billete y poder ayudarle a coger su tren". "En todo momento, la conversación transcurre con normalidad".
Según fuentes cercanas a la investigación, Álvaro se acercó el pasado jueves a la oficina del Centro de Servicios porque no encontraba el billete para tomar el tren. Las trabajadoras que en ese momento estaban en la oficina le solicitaron entonces al joven, de 18 años, "ciertos datos necesarios para poder" localizar el billete, se recoge en un informe del centro de servicios.
En primer lugar, facilitó un correo electrónico en el que se localizó un billete, pero no el que él buscaba. A continuación, se le pidió la tarjeta de crédito con la que realizó la compra pero Álvaro aclaró que disponía de una tarjeta virtual, "señalando su teléfono móvil, el cual parece estar apagado".
Fue en ese momento en el que se le ofrece un cargador e incluso se le indica dónde lo puede cargar. Sin embargo, "el viajero manifiesta que cree que no funciona y, por lo tanto, buscamos otras formas de poder ayudarle", se subraya en el informe emitido por el Centro de Servicios.
Finalmente, el joven facilitó el correo de su padre y con ello se localizó el billete de ida y vuelta Sevilla-Córdoba-Sevilla, un Avant con salida ese 12 de octubre a las 7,35 horas. "Se le hace saber que ese tren había salido ya y se le informa de la política de dichos trenes en cuanto a la pérdida de tren", apostilla el Centro de Servicios.
Al ser informado de los siguientes trenes y horarios, Álvaro cogió su cartera y se dirigió a las taquillas, cruzándose con una tercera compañera quien se asegura de que efectivamente el viajero estaba en las taquillas como para comprar un billete. Según las fuentes cercanas a la investigación, en la taquilla número 3, Álvaro intenta "ir a Córdoba con una TSC de Cercanía", lo cual no es posible.
"Debía comprar un billete y el próximo tren era un AVE", con un precio de 40 euros. "Fue a pagar con el móvil y se dio cuenta de que no tenía batería. Se le dijo que si tenía cargador lo podía enchufar en cualquier enchufe de la estación pero se marchó de la zona de las taquillas", aseguran las fuentes consultadas.