El pobre Mary ha recibido este miércoles la peor respuesta a la denuncia que el 2 de septiembre formuló ante SOS Desaparecidos: su querido amigo Diakina Fofana ha sido localizado sin vida, en el interior del pozo de una casa de campo abandonada, en un paraje agrícola de Jumilla. "Estoy fatal", tal y como admite Mary Coulibaly, en conversación telefónica con EL ESPAÑOL, justo en la puerta del cuartel de la Guardia Civil donde se ha abierto una investigación para esclarecer esta muerte violenta.
"Me extraña que andase metido en algún problema", asegura Mary, sobre la vida que llevaba su compatriota Diakina Fofana desde que "hace 16 años" dejó atrás Mali y puso un pie en suelo español. En concreto, se instaló en Jumilla: un pueblo de 26.596 habitantes, situado en la Comarca del Altiplano de la Región de Murcia, donde Diakina se ganaba la vida como jornalero agrícola -uno de los motores de la economía local-.
"Él trabajaba en el campo: era un hombre trabajador, casado y con hijos. Todos los meses enviaba dinero a su familia porque seguía viviendo en Mali", detalla este compatriota maliense. Las raíces que ambos comparten son la clave de su estrecha amistad: "Él me acogió en su casa cuando llegué a España en 2017". Diakina ayudó a Mary cuando se instaló en Jumilla sin nada en los bolsillos y sin dominar el idioma, pero con unas ganas inmensas de abrirse paso en el mercado laboral para lograr la reagrupación familiar.
En un piso patera, como tantos que hay en territorio murciano, se inicia esta amistad rota por un final truculento que investiga la Guardia Civil. "He hecho todos los movimientos posibles en su búsqueda", subraya apesadumbrado Mary Coulibaly, ante la conmoción que sacude a la comunidad africana después de conocerse que alguien le arrebató la vida a Diakina Fofana. El cadáver de este ciudadano de Mali, de 43 años, y que sumaba 53 días desaparecido, se ha localizado en el pozo del aljibe de un caserío abandonado, en dirección a Ontur: un pueblo de Albacete.
- ¿Cómo trascendió la desaparición de Diakina?
- Mary Coulibaly: Los dos somos miembros de la Asociación de Malienses de Jumilla y su presidente me llamó para decirme que llevaban ocho días sin saber nada de mi amigo. Su teléfono no daba linea cuando le llamabas: estaba apagado. Lo último que sabíamos fue que había estado de vacaciones en Mali y había regresado, pero no tenía que trabajar todavía. Un día sus compañeros de piso se fueron al campo a trabajar y cuando regresaron: Diakina no estaba en casa, pero en su habitación seguían todas sus cosas.
Después de la llamada del presidente de la Asociación de Malienses, Mary se puso manos a la obra para buscar por tierra, mar y aire a su amigo. Aquel hombre que le dio un techo y le ayudó a encontrar trabajo, antes de encontrar estabilidad laboral en una empresa de escayolas, logrando alquilar un piso para traerse a Jumilla a su esposa y a sus tres hijos. "Hablé con SOS Desaparecidos, con la Guardia Civil, la Policía Local y el Ayuntamiento porque Diakina no tenía ningún familiar en España y yo era su amigo".
La comunidad africana se movilizó, organizando batidas, distribuyendo carteles con una foto de Diakina y su descripción física: 1,74 de altura, pelo corto y rizado, ojos marrones... Incluso organizó concentraciones para exigir a las Fuerzas de Seguridad que lo localizasen.
- ¿Lograron alguna nueva información sobre su amigo?
- Mary Coulibaly: Sus compañeros de piso encontraron su coche aparcado en la calle donde está la oficina de correos y él siempre aparcaba en la puerta de su piso. Después, alguien acudió a su casa y dejó su carné de identidad dentro de un sobre en el que habían escrito 'Hellín'. El sobre lo dejaron en la puerta, con el DNI de Diakina y lo encontraron sus compañeros de piso al regresar de trabajar. Si Diakina se hubiese marchado voluntariamente, habría avisado antes a sus compañeros y a su esposa.
Las circunstancias que rodeaban a la desaparición de este ciudadano de Mali, cada vez eran más inquietantes y preocupantes. "La mujer de Diakina tampoco sabía nada de su paradero: no le cogía el teléfono". Este martes se despejaron todas las incógnitas, tras 53 días de angustia, cuando se localizó el cadáver de este maliense en el fondo de un pozo. "El cuerpo estaba momificado", tal y como resumen fuentes de la Guardia Civil.
"El pozo estaba en el antiguo aljibe de un caserío abandonado, tenía entre 5 y 6 metros de profundidad", según prosiguen detallando las mismas fuentes a EL ESPAÑOL. "El cuerpo del fallecido no estaba envuelto en una manta, ni nada, yacía sobre el suelo con su ropa, y en principio, parecía no presentar disparos de arma de fuego, pero no se descarta que sufriese heridas por arma blanca porque se podría haber encontrado un cuchillo". La autopsia deberá determinar las causas de la muerte de Diakina Fofana, de 43 años, y si le lanzaron vivo o muerto al interior de un lúgubre agujero del que ha sido extraído por el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS).
La investigación se encuentra bajo secreto de sumario, pero fuentes de la Guardia Civil confirman a este diario que la Policía Judicial ya tiene "un sospechoso" de esta muerte violenta. Los investigadores barajan varias hipótesis: desde que la muerte se produjo en el transcurso de una pelea con un compañero de trabajo a un robo. "Parece ser que este ciudadano de Mali era jornalero en la vendimia, pero también hacía portes como taxista".
Precisamente, este empleo que no está claro si lo ejercía de forma legal o irregular, podría ayudar a esclarecer las circunstancias de la muerte de Diakina Fofana: "Puede que un cliente le quisiera robar la recaudación y el móvil". Lo que parece evidente es que la persona que lo mató, quiso ocultar su cuerpo dentro de un pozo. El teléfono ha sido clave para localizar el cuerpo de este maliense, ya que la Policía Judicial ha realizado una triangulación de la última zona donde lo tuvo activado. Además, se ha analizado toda la actividad del terminal: llamadas, mensajes...
Mary estaba desolado tras conocer el violento final de su amigo. "Le presenté a mi mujer en cuanto me la traje a Jumilla", tal y como recordaba este miércoles, al tiempo que remarcaba que Diakina no estaba metido en asuntos turbios como para que le costasen la vida. "Que yo sepa, no tenía líos en general. Es muy raro que hiciese cosas extrañas. Por lo menos, su familia ya no estará sufriendo toda la vida por su desaparición".