Kim Díaz, junto a uno de sus camareros más veteranos.

Kim Díaz, junto a uno de sus camareros más veteranos. Cedida

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Kim Díaz, el empresario a contracorriente: busca camareros mayores de 50 años para su restaurante

El empresario busca camareros veteranos desde 2015. "Le doy más importancia a las arrugas y a las canas que a las historias de Instagram".

29 octubre, 2023 02:47

En un mundo laboral que tiende a descartar a las personas que han cumplido cierta edad, Kim Díaz, un empresario de la hostelería de Barcelona, está desafiando las convenciones al buscar camareros de más de 50 años para su nuevo restaurante italiano que abrirá sus puertas en un mes y medio. Aun así, no es la primera vez que este empresario barcelonés apuesta por contratar a empleados veteranos.

La idea surgió en 2015, cuando Kim decidió fundar Entrepanes Díaz, otro de sus restaurantes. Por entonces, acababa de cumplir 50 años, y comenzó a darse cuenta de las dificultades para encontrar empleo que tenían los camareros de edades más avanzadas. “Las empresas de selección de personal me decían que generalmente eran profesionales que las empresas rechazaban por su edad, sin tener en cuenta su experiencia”, explica el empresario a EL ESPAÑOL, quien se dio cuenta de que los profesionales de su edad “todavía tenían mucho que ofrecer”.

Entonces, Kim realizó una convocatoria para encontrar a camareros de 50 años o más, y se encontró con 85 personas que se ajustaban a este perfil. Muchos de ellos habían estado desempleados durante más de dos años, a pesar de tener décadas de experiencia en el sector de la hostelería. Díaz notó que eran el tipo de camareros que ya escaseaban: educados, dedicados y con una fuerte vocación de servicio. “Hablabas con ellos y te dabas cuenta de que eran el clásico camarero que ya no encuentras, que se dirige al cliente con la intención total de cuidarlo. Al final, los clientes cogen cariño a los camareros, se hacen amigos”, dice.

Kim Díaz, en su restaurante.

Kim Díaz, en su restaurante.

Por ello, para Díaz, la experiencia siempre es un grado. “Hoy en día, encontrar un buen camarero no es nada sencillo. Un camarero debe reunir una serie de condiciones que muy poca gente, si no tiene experiencia, puede reunir. Un camarero es un psicólogo que debe saber cómo tratar a un cliente; un camarero también es un actor, porque está haciendo una obra de teatro y asumir un papel... Al final estas cualidades las encuentras en personas con experiencia”, afirma.

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Más paro a los 50

La decisión de Kim de contratar camareros mayores de 50 años es una rareza en un mercado laboral donde el 47% de los parados de larga duración tienen más de 50 años en España. Según los datos de la Encuesta de Población Activa, 361.600 personas mayores de 50 años llevaban dos o más años buscando empleo en el segundo trimestre de este año.

“He tenido a trabajadores mayores de 50 años que se han pasado varios años en paro pateándose cada restaurante de la ciudad recibiendo siempre un no por respuesta. Es muy duro llegar a casa y encontrarte con unos hijos que tienes que sacar adelante. Así que, si puedo hacer algo por ayudarles, lo haré”, apunta Kim.

Aun así, este empresario barcelonés, dueño de cinco negocios de hostelería en la Ciudad Condal, entiende que no en todos sus establecimientos puede contratar perfiles que superen los 50 años de edad. Uno de ellos es el Bar Mut, un local que exige estar muy bien físicamente. “No podemos pedirle a un camarero de 50 años que recorra cada día varios kilómetros de punta a punta de la sala”, comenta.

Un camarero en un bar de Santiago de Compostela

Un camarero en un bar de Santiago de Compostela Efe

Pero en Enrichietto —así se llamará su nuevo restaurante italiano—, los veteranos encajan a la perfección. El pasado 18 de octubre se realizó el proceso de selección de seis camareros. Kim ya se ha puesto en contacto con algunos de ellos para empezar a trabajar. “Cada vez tengo más claro que, en el trato con el cliente, la experiencia predomina por encima de todo. Le doy más importancia a las arrugas y a las canas que a las historias de Instagram”, expresa.

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Como una familia

Entre los ocho camareros que Kim contrató en 2015 se encuentra Jorge, de 57 años, “nuestra alma mater”, dice. “Jorge es un ejemplo de la perseverancia de las personas mayores en busca de trabajo. Nunca abandonó la idea de no encontrar empleo", comenta el barcelonés, destacando la resiliencia de quienes siguen buscando oportunidades laborales. Ahora, la relación entre Kim, Jorge, y el resto de empleados sobrepasa lo profesional. “Somos como una familia”, comenta.

Y, como en todas las familias, la pérdida de las personas que más quieres siempre trae consigo mucho dolor: Kim recuerda con tristeza cómo uno de los trabajadores que contrató en 2015 falleció entre sus propios brazos debido a un ataque al corazón. “Fue terrible, no nos lo esperábamos, ocurrió de un día para otro, en el restaurante”, cuenta.

Pero también han vivido historias bonitas, como las de aquellos camareros que lograron jubilarse felizmente después de haber perdido las esperanzas de volver a trabajar. "Siempre recuerdo cuando la mujer de uno de los camareros que acababa de contratar me dijo que le había devuelto la felicidad a su marido", revela Kim, quien aprovecha para criticar a una sociedad que “siempre mira hacia otro lado” cuando ve un problema o alguien pide ayuda.

Terrazas llenas en una zona de bares de Barcelona

Terrazas llenas en una zona de bares de Barcelona Europa Press

“Tenemos la obligación, como empresarios, de ayudar a colectivos que la sociedad aparta de manera injusta. Es muy injusto que cuando cumplas cierta edad te digan que ya no sirves. Por eso siempre he intentado dar trabajo a la gente que lo necesita, y resulta que esa gente siempre han sido los mejores", exclama.

Por todo ello, Kim, a modo de homenaje a sus trabajadores más veteranos, decidió que cada posavaso de su restaurante Entrepanes Díaz estuviera ilustrado con una fotografía de ellos cuando eran pequeños. "Hay uno haciendo la comunión, otro jugando con su primer coche a pedales… Me parecía bonito que aparecieran sus fotos de cuando eran niños", relata.

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Antes de dedicarse al mundo empresarial, Kim Díaz fue comercial, "una etapa aburridísima", dice, que decidió abandonar para dedicarse al cine y a la publicidad, donde trabajó en el departamento de producción de películas y anuncios, hasta que le llegó la paternidad. "Me cansé de estar tantas horas fuera de casa, siempre rodando, sin ver casi a mi hijo”, cuenta.

Sin embargo, un buen día su vida cambió después de pasar por delante de un bar que se iba a traspasar. No dudó en entrar. “Fue ahí donde aposté por el negocio de la hostelería. Ahora, esto es mi lugar en la vida, de aquí no me muevo", concluye Kim, cuyo éxito siempre será compartido con aquellos veteranos que tanto han luchado por conseguirlo.