La población australiana ha quedado conmocionada tras el conocimiento del brutal asesinato de Lilie James, una chica de 21 años que fue encontrada muerta este miércoles con una serie de espeluznantes heridas en la cabeza.
Entrenaba al equipo de waterpolo del Saint Andrew´s Cathedral School, un colegio privado situado en la zona centro de la ciudad de Sídney. En el mismo centro trabajaba Paul Thiessen, un entrenador de hockey de 24 años y de origen neerlandés.
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Según ha apuntado el entorno de la víctima, Lilie y Thiessen llevaban cinco semanas viéndose en calidad de pareja. Poco antes del presunto asesinato, las cámaras de seguridad grabaron a la joven y después a Paul entrando en los vestuarios del colegio, donde, horas después, fue encontrado el cuerpo de la entrenadora.
Transcurrieron cuatro horas entre la muerte de Lilie James y la llamada que informó de la presencia de un cadáver en los vestuarios del colegio. Fue el mismo Paul Thiessen quien llamó a la policía para informarles.
Los investigadores de la policía de Sídney no tardaron en localizar la procedencia de la llamada: la cima del acantilado conocido como "The Gap", localizado en Vaucluse, a las afueras de la ciudad. Ahí fue hallado su cadáver junto a un martillo ensangrentado, según informa la prensa local.
Este presunto asesinato ha avivado una cuestión que ya lleva unos meses en candencia. Y es que la violencia machista se ha incrementado de una forma notable con respecto a otros años: ya son 41 las mujeres las que han sido asesinadas a manos de hombres en lo que va de año. La brutalidad de este crimen ha supuesto una especial conmoción en la sociedad australiana, que protesta frente a la perseverancia de esta problemática.