Su historia es de fábula. Un Julio Verne del siglo XXI. Con mayor atractivo: la edad de las protagonistas. Ellie Hamby y Sandy Hazelip, de 81 años, están dando la vuelta al mundo en 80 días, como dos Willy Fog veteranas, después de quedarse viudas y de compartir aficiones.
Además, van contando todas sus peripecias en su cuenta @aroundtheworldat80 ('La vuelta al mundo a los 80'), con más de 67.000 seguidores y que ha superado los 1,3 millones de visualizaciones. Los destinos que ya han visitado ponen los dientes largos: Ushuaia y la Antártida, la isla de Pascua en Chile, Egipto, Laponia, Himalaya, Japón o Australia. Y los que tienen pensados para 2024, igual: Brasil, Perú y su Machu Picchu o las Galápagos, en Ecuador.
El origen de esta afición viene de lejos. Ambas colaboraron con organizaciones relacionadas con las misiones humanitarias durante los años de carrera laboral. Meses después de que el marido de Sandy muriera, ella participó en unas jornadas médicas en Dallas. Allí estaban Ellie con su esposo, explicando su experiencia con una asociación que organizaba viajes con fines solidarios a Zambia.
Fue un flechazo que las llevó a ese país en diferentes ocasiones y que, cuando falleció el esposo de Ellie súbitamente, les puso en contacto de nuevo. Tanto, que decidieron emprender una aventura cuando ya se jubilaran. Y que ahora les hace presentarse como "mejores amigas" desde los 58 años, hace más de tres décadas.
Con un estilo de vida y profesiones similares, se emparentaron rápido y empezaron a planificar viajes juntas. Primero probaron con escapadas más pequeñas antes de embarcarse con una gran vuelta al mundo. Se inspiraron en el autor de 'Viaje al centro de la Tierra, tal y como han relatado, y siguieron otro de sus grandes títulos.
Aparte, le dieron otro cariz romántico: se propusieron hacerlo cuando tuvieran 80 años. La pandemia de coronavirus las frenó e interrumpió un año sus planes. "Ya teníamos todas las reservas hechas. Pero eso no nos detuvo y logramos hacerlo este año, teniendo 81 años", narraba Ellie a la cadena británica BBC News. "La mayoría de la gente seguro que pensó que no iba a pasar pero que nos tenían que dejar soñar", añadía.
"Somos viajeras de bajo presupuesto. De media pagamos 29 dólares [unos 25 euros] de hospedaje por noche y persona", remarca Ellie, que destaca que intentan alojarse en pequeños hostales porque prefieren conocer a gente del lugar que a turistas. Tampoco viajan con tours o agencias que venden paquetes organizados. E incluso han llegado a dormir en aeropuertos, esperando alguno de sus vuelos.
Durante sus diferentes apariciones en medios han subrayado que nunca han perdido el equipaje y que solo les han retrasado un par de vuelos. Otra anécdota estrella es lo que les sucedió en el Himalaya: habían reservado un vuelo privado para volar sobre este pico y, cuando llegaron a la pista de despegue, les comentaron que los billetes eran para el día anterior. Al final, lo arreglaron con modestia y buenas palabras.
"Esa es una de las cosas que Sandy y yo descubrimos: sonreír es un idioma internacional", anotan. Su objetivo se ha cumplido. Aparte, lo han relatado y lo han hasta impreso en sus camisetas. Y otro dato importante: según dicen, nunca han discutido. "Siempre decimos que no nos fuimos de vacaciones, sino de aventuras", suelen declarar con alegría.