La Guardia Civil que investiga las muertes de un padre y su hijo de siete años tras el hallazgo de sus cuerpos sin vida en la sierra de Urbasa (Navarra) baraja como hipótesis principal que el hombre se arrojó junto con el niño por un precipicioy considera que la acción del padre pudo ser intencionada.

Se trata, además, de un pico, el balcón de Pilatos, conocido en la zona por ser la opción de algunas personas para acabar con su vida. La investigación, por tanto, descarta por ahora que sufrieran un accidente. Los cadáveres han sido recuperados y son trasladados al Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en Pamplona, para su autopsia. 

El dispositivo de búsqueda de ambos se activó este lunes, al denunciar la desaparición la madre, que está separada del padre del menor. El niño residía en Estella-Lizarra, había pasado el fin de semana con su padre y la mujer tenía que recogerlo a la salida del colegio ayer lunes. Una vez allí, le informaron de que su hijo no había acudido a clase. 

La Guardia Civil puso en marcha el dispositivo de búsqueda en el mismo momento de la denuncia. Desde el Centro Operativo de Servicio COS de la Guardia Civil se solicitó apoyo al 112, a Bomberos de la Comunidad, a Policía Foral y a agentes de Guarderío de Medio Ambiente para colaborar en las operaciones de búsqueda y localización de los mismos. 

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Al desplazar la búsqueda a la Zona de Urbasa se localizó el vehículo del hombre en una zona próxima del balcón de Pilatos de Urbasa, motivo por lo que se intensificó la búsqueda por dicho lugar. Ha sido esta mañana cuando se han localizado los cuerpos sin vida del padre y del niño, en una zona de difícil acceso.

Vecinos de esta localidad navarra de Estella, donde la familia es muy conocida ya que la madre regenta un negocio y el pequeño iba a la ikastola, han manifestado a EFE que la "conmoción es tremenda" tras conocer las muertes, cuyas causas están siendo investigadas por la Guardia Civil.

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Según ha avanzado El Mundo, el padre había dejado en el vehículo las llaves puestas, las puertas abiertas y los abrigos en el habitáculo. Desde al coche se encaminaron al balcón de Pilatos.

Al parecer, no existían denuncias previas entre los padres. Al enterarse de que el padre no había llevado al niño al colegio, la madre intentó contactar por teléfono con su expareja, pero no lo consiguió. También acudió a su casa, pero tampoco dio con ambos ni tuvo respuesta. Fue entonces la mujer interpuso la denuncia. La Guardia Civil intuyó inmediatamente la posible situación de riesgo, por lo que activó un dispositivo de búsqueda exhaustivo.