Ferraz no ha vivido su noche más caliente. La céntrica calle madrileña, en la que se ubica la sede del PSOE y que durante diez noches ha acogido a miles de personas, no ha pasado su mejor momento como activista. Sí que ha estado al pie del cañón durante el día, cuando la aglomeración que se encontraba en la Puerta del Sol —convocada por el Partido Popular como protesta contra la ley de amnistía— se ha trasladado hasta sus aceras y esquinas. Junto a un sol aún encendido, cientos de banderas, desde la española —algunas de ellas desprovistas del escudo— hasta la Cruz de Borgoña y la Gadsden, entre otras, eran ondeadas. De nuevo Ferraz se convertía en el gran escenario de las protestas.
Además, en torno a las dos de la tarde, la popular vía ha contado con la sorpresiva presencia de Santiago Abascal, que entre aplausos y gritos de "presidente" ha sido recibido. Esto ha excitado a todos los allí presentes, que no han dejado de pedir selfies al político.
El día en Ferraz ha transcurrido como lleva haciéndolo la última semana: abarrotado, tranquilo y sin violencia. Con pancartas que mandan a Sánchez a prisión y que piden ayuda a Europa a gritos por encontrarse la democracia española en peligro, carteles con la cara de Sánchez —"cuidado con el perro"— y cánticos en los que envían a Puigdemont también a prisión. Según datos de la Delegación del Gobierno, 3.000 son las personas que han acudido a Ferraz este domingo cálido y otoñal.
Y muchas más son las que han llegado horas más tarde para mantener el ritmo de los días anteriores. Pero todo se ha torcido a medida que avanzaba la noche. Puede que las protestas diurnas hayan tenido algo que ver. Quizá también el propio domingo. Y es que muchos de los asistentes, desde primera hora, ya brindaban. Esto ha convertido a Ferraz en una especie de botellón al caer la noche. Era fácilmente observable: latas y latas de cerveza de todo tipo por doquier.
A las ocho de la tarde, hora de la convocatoria en la vía madrileña, la embriaguez deambulaba alrededor de muchos de los allí presentes. A esa hora, el número de asistentes estaba en torno a 1.200. Los cánticos, tales como "no es un presidente, es un delincuente", "España es cristiana, no musulmana" o "no es una sede, es un puticlub", proseguían. También la prensa ha recibido durante toda la protesta gritos e insultos: "Prensa española manipuladora".
El ambiente ha sido tranquilo. Cánticos y poco más. De hecho, esta tranquilidad ha sido motivo de discusión entre los propios asistentes. Unos, partidarios de seguir desarrollando este tipo de manifestaciones sin llegar a utilizar la violencia. Y otros, explicando que, si precisamente quieren ser escuchados, tienen que recurrir, al menos, al alboroto.
Este y otros rifirrafes han dado que hablar. Como el de la joven que se ha enfrentado a la policía mientras les grababa y gritaba "arrestadme, arrestadme". Escenita que le ha echado en cara uno de los asistentes: "Si quieres fotos para Instagram, vete a tu casa". El primero, al menos, parece haber terminado en son de paz cuando el mayor le ha susurrado al joven que "él también era del águila". Y es que en Ferraz hay de todo. También jóvenes realizando el saludo nazi y mujeres mayores saludando a lo "heil".
Los asistentes lanzaban comentarios que nada tenían que ver con el motivo real de su quedada. Ferraz, esta noche, se ha convertido en una manifestación en la que la pelea —siempre verbal— estaba entre los mismos asistentes. Y entre riña y riña, insultaban a la mujer de Otegui, a los propios borbones y, de nuevo, a la prensa.
Ni siquiera ha habido petardos ni botes de humo. Esta noche los manifestantes se han limitado a tirar hacia la policía las latas de cerveza que apenas unos minutos estaban bebiendo. Hasta cuatro veces ha repetido la policía que no se lanzasen objetos. Y los jóvenes estaban envalentonados. Pero tampoco mucho.
A las once de la noche, únicamente 100 personas seguían aferradas a Ferraz. Varios manifestantes se han puesto, silenciosos, frente a un grupo de agentes de la Policía Nacional durante varios minutos. Pero nada más. Los jóvenes han abandonado hoy temprano el botellón. Aunque la protesta de por el día ha sido mucha protesta.
Y quizá eso haya repercutido después en la noche. Porque hoy nadie ha sido gaseado ni ha tenido que huir de algún antidisturbio. No ha habido una mínima amenaza. Y palabras malsonantes las justas. Tampoco ha habido humo ni cargas policiales. Pero sí mucha cerveza. Por todos lados.