Rodrigo Antequera se encontraba de vacaciones en Carrizosa, un municipio de Ciudad Real, cuando se enteró que había recibido uno de los premios extraordinarios de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) que otorga la Comunidad de Castilla y León. Era agosto. El joven de 15 años estaba haciendo una ruta en bicicleta junto a su amigo César cuando recibió un mensaje de su madre que le anunciaba la noticia: se había convertido en el mejor estudiante de la provincia de Segovia y, por ende, de toda la comunidad con un 9’45 de nota media.
Emoción es la palabra que Rodrigo —originario de Trescasas, una pequeña localidad segoviana— lanza para describir aquella conversación con su madre. Dejó la bicicleta a un lado para cerciorarse inmediatamente de que la mujer estaba en lo cierto. "Aunque me presenté no creía que fuera a ganar. Era una posibilidad, pero no pensé que podría llegar a ocurrir de verdad. Nos sorprendimos mucho", expresa afable el estudiante.
Estos premios galardonan a los mejores alumnos de cada provincia de Castilla y León y nacen con el objetivo de incentivar el esfuerzo y la dedicación de aquellos que poseen una trayectoria académica cualificada. Uno de los requisitos para participar en ellos, además de haber obtenido el título de graduado en ESO y haber alcanzado una nota media igual o superior a 8,75 puntos, es lograr sobresaliente en las materias objeto de la prueba que en el caso de Antequera fueron Matemáticas, Lengua y Francés como lengua extranjera.
El joven cuenta que en cuarto de primaria se inscribió en el concurso de Matemáticas de Pangea —dirigido a estudiantes desde cuarto de Primaria hasta segundo de Bachillerato de todos los centros educativos españoles— y quedó segundo, "pero posterior a aquello no he vuelto a participar en nada parecido". Antequera no tenía intención de presentarse a estos premios. Todo surgió a raíz de una conversación que tuvo con su amiga Esther, una vallisoletana que conoció cuando estuvo de intercambio en Montluçon, una pequeña ciudad francesa cercana a Clermont-Ferrand. “Me dijo que ella iba a presentarse y que yo le echase un vistazo, que cumplía los requisitos”, explica Antequera.
Rodrigo recuerda el intercambio en el país vecino, realizado a principios de este año, como una gran aventura: "Es la mejor experiencia que puedes tener como estudiante. No hay mejor manera de aprender un idioma que pasar una temporada en el país de origen. Además, aparte de reforzar relaciones ya existentes, afianzas otras muchas con personas de diversos lugares que te hace crecer como persona".
Antequera siente una predilección por el francés. De hecho, en estos momentos el joven se encuentra estudiando el Bachillerato de Ciencias Tecnológicas dentro del programa Bachibac, el cual brinda al alumnado la posibilidad de alcanzar simultáneamente el título de Bachillerato español y el 'Diplôme du Baccalauréat' francés al finalizar los estudios, disponible sólo en cuatro centros de Castilla y León, entre ellos el instituto segoviano La Albuera, hacia donde se desplaza Antequera todas las mañanas.
Lo que marca la diferencia
"Ahora mismo el inglés es el idioma universal. Creo que lo que marca la diferencia en estos momentos no es saber inglés, sino otro idioma. Por esto, a la hora de elegir instituto, pensé que una buena opción sería cursar un bachillerato bilingüe y, sobre todo, acceder al programa Bachibac", relata.
Cuando se le pregunta al joven cómo se ve de aquí a diez años no se demora en la respuesta e inmediatamente afirma que graduándose en un Doble grado en Matemáticas y en Ingeniería Informática. Explica que su sueño es hacerlo en Francia, pero que si tuviera que elegir alguna ciudad española para vivir la vida universitaria sin duda sería Toledo o Granada.
A Antequera nada se le escapa. Como toda persona tiene gustos preferentes. En su caso siente una afición especial por las matemáticas, la informática y la física y la química, quizá por obra y gracia de su padre, ciudadrealeño e informático. El joven estudiante admite que lo que menos le gusta es la lengua, ya que "siempre se me ha dado mal", asumiendo así que "siempre ha sido un niño de ciencias". Sin embargo, asegura que le fascina la lectura "desde pequeño", inculcada en cierto modo por su madre, soriana y trabajadora de la Biblioteca Pública de Segovia. "Siempre he leído mucha literatura fantástica y novelas estilo Señor de los Anillos", comenta el joven, que añade que últimamente está leyendo muchos libros sobre técnicas de estudio para mejorar la productividad.
Se puede decir que Antequera es una amalgama de su padre y de su madre. La informática y la lectura han rodeado al joven desde temprana edad. También la música, que desde muchos años acompaña al estudiante. El joven comenzó en el conservatorio en tercero de educación primaria. Ahora se encuentra en quinto de profesional de violín. Sus gustos musicales son diversos, desde pop español hasta el reggaeton más actual. También bandas sonoras o música electrónica. En cuanto al conservatorio, admite que disfruta con el género romántico del siglo XIX, "ya sabes, un poco de todo".
En cuanto a si le es difícil o no compaginar las exigencias del conservatorio con las del colegio e instituto, el alumno lanza un mensaje de constancia: "Hay que ser constante y saber aprovechar el tiempo". "Con esfuerzo y trabajo conseguirás lo que te propongas. Hay que ir a por todas, pero sin olvidarse de disfrutar", prosigue animado.
Antequera, aparte, pertenece a un grupo de scout y es miembro de la orquesta TMC de Segovia. "Tengo poco tiempo libre, así que para mí es muy importante saber organizarme", expresa el trescasiano cuando se le pregunta por las claves del éxito. "Organización, organización", concluye. En su día a día, Antequera es un joven como cualquier otro que le gusta disfrutar de los pequeños placeres, que para él son esas rutas en bici que realiza junto a sus amigos y otras quedadas sociales.
Rodrigo se despide amable y cordial. Ningún indicio de superioridad. Todo lo contrario. La humildad va de la mano de este joven que aspira a convertirse en un posible futuro chico '10' de nuestro país. Y del país vecino. Por el momento es extraordinario.