Ceferino de las Heras aún no comprende dónde está la noticia. "Lo que el Vaticano ha dicho ha sido algo que se viene haciendo desde siempre", expone al poco de descolgar el teléfono para conversar con EL ESPAÑOL. En concreto, lo que ha formado el revuelo es que desde Roma se ha asegurado que las personas transexuales y los hijos de parejas LGTBI pueden obtener el bautismo. En resumen, parafraseando al Papa Francisco en el cierre de la JMJ de 2023, que "la Iglesia no es una aduana" y tiene las puertas abiertas.
El párroco de San Juan Bautista de Cáceres no es ajeno a todo esto. Él ya bautizó a un niño que tenía dos madres el pasado año. Lo trata con total naturalidad. "Lo fundamental —para obtener el sacramento— es que los padres o tutores estén de acuerdo. Solo se pide que el niño sea educado como cristiano", expone De las Heras.
El resto importa menos. "No es imprescindible que los padres siquiera sean católicos, pueden ser budistas. Lo que se ha pedido siempre es que los padres estén de acuerdo y hagan ese compromiso de educarlo en la fe cristiana".
[Victorino Pérez, el cura casado con una sacerdotisa que sigue oficiando misas: "Dios es queer"]
De hecho, insiste el sacerdote en que ni siquiera se pregunta la fe de los padres. "Siempre la Iglesia apuesta por que los padres sean cristianos practicantes porque así la educación está mejor garantizada. Ni siquiera se cuestiona a qué religión pertenecen", expone.
En su caso, él no hizo pregunta alguna a María y Dunia, un matrimonio compuesto por dos mujeres que, en 2022, llevó a su hijo Arián a la iglesia de Ceferino para ser bautizado. "No, en realidad no pregunté nada. Como las dos mamás se comprometieron a educarlo como cristiano...", cuenta el párroco. Ellas hablaron con Hoy y expusieron que "nos sentimos acogidas por la Iglesia al bautizar a nuestro hijo siendo dos madres".
Ceferino, por su parte, hace hincapié en los padrinos. "Ellos son los garantes. Se prestan o responsabilizan de que ese niño o esa niña sea educado, se comprometen a ayudar a los padres. Si lo hacen, no hay problemas. La Iglesia siempre apuesta a favor de los niños".
Para el párroco de la Diócesis Coria-Cáceres, la orientación sexual de los padres "no se tiene en cuenta y mucho menos se juzga". El problema real de los bautizos está viniendo por los padres separados. "A veces uno quiere y otro no. Ahí tenemos un conflicto".
La orden de Roma
El pasado 31 de octubre, el Papa Francisco aprobó una respuesta del Dicasterio para la Doctrina de la Fe firmada por el prefecto Víctor Manuel Fernández en la que se afirmaba que las personas transexuales puede recibir el bautismo, "si no existen situaciones en las que exista el riesgo de generar escándalo público o desorientación entre los fieles".
El documento —una respuesta a Monseñor José Negri, obispo de Santo Amaro en Brasil, que pidió aclaraciones sobre la participación en los sacramentos de personas transexuales y homosexuales— esgrimía que la respuesta ya había sido dada "sobre este tema por este Dicasterio en el pasado".
En síntesis, como se ha podido leer en palabras de Ceferino de las Heras, mientras no se comprometa la educación en la fe católica no hay problemas.
La legislación canónica no prohíbe nada en este asunto. Eso sí, más problemas existen, según Roma, en el hecho de que la persona transexual sea padrino o madrina del bautismo. "En determinadas condiciones se puede admitir", aunque recuerdan que no es un derecho. "La prudencia pastoral exige que no se permita si existe riesgo de escándalo, legitimación o una desorientación en el campo educativo de la comunidad eclesial", aduce el Dicasterio.
"La Iglesia acoge"
A Ceferino le parece bien lo promulgado desde Roma: "El Vaticano en realidad lo que ha hecho ha sido subrayar lo que siempre se ha dicho. En realidad, en la Iglesia no se juzga a las personas. La Iglesia puede decir esto es pecado o esto no se debe hacer, pero la Iglesia no juzga. No podemos decir nunca esta persona es un transexual, que ni se le ocurra aparecer por la iglesia".
Insiste el párroco que "lo que se hace es reforzar la idea de aceptar siempre". "La Iglesia es la casa de todos", apunta antes de ejemplificar que tampoco se expulsa a quienes se divorcian porque no vivan tal y como dicten las leyes canónicas. "No se le dice: tú ya no vienes. Se le dice: deberías recorrer este camino".
Igualmente ocurre con el resto del mundo. "Un transexual siempre será una persona y, por lo tanto, hijo de Dios. Entonces, se le dice: la moral cristiana se dice esto y le ofrece las posibilidades para que pueda vivir dentro de la Iglesia. Es la diferencia entre el pecado y el pecador. Aparece en el Evangelio: Jesús no rechaza a la mujer adúltera... La Iglesia siempre ha acogido a aquellos que quieren vivir conforme a la moral cristiana".
Le ha sorprendido la noticia: "El Código de Derecho Canónico es muy claro en este sentido". Aduce que "esto no ha cambiado nada".
Vuelve a insistir Ceferino, que habla del perdón como algo "fundamental": "Aunque algunos hayan dado otra impresión, la Iglesia siempre ha acogido a todo el mundo. El propio Papa dijo: No soy yo quién para juzgar a nadie".