No han cateado, porque la cosa no va de eso, pero nuestros alumnos están muy lejos de obtener las calificaciones que todos desearíamos. El informe PISA (siglas equivalentes a Programme for International Student Assesment), encargado de medir la competencia de los alumnos de 15 y 16 años en Matemáticas, Lectura y Ciencias, arroja este año funestos resultados para España: hemos obtenido la puntuación más baja jamás recibida en Matemáticas (473) y los segundos peores resultados históricos en Lectura (474) y Ciencias (485).

En comparación con los resultados de otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Unión Europea (UE), nuestros estudiantes ocupan el puesto 23 de 42 en Matemáticas; el 24 de 42 en Lectura, y también el 24 de 42 en Ciencias. Los primeros puestos del ranking los ostentan, y ésta es la tendencia de los últimos años, Japón y Corea.

De esto se extrae otra lectura: tal y como aclararon los ponentes durante la rueda de prensa de presentación del informe PISA, 20 puntos equivalen a un curso en España. De modo que, echando números, España se sitúa entre dos y tres cursos por debajo de Japón. Los niños japoneses de 15 y 16 años adelantan así de forma evidente a nuestros estudiantes. Por eso en EL ESPAÑOL hemos querido entrevistarnos con el director del Colegio Japonés de Madrid, Masaki Horiuchi, para conocer cuál es el método educativo que tan exitoso resulta para los nipones.

Mayor participación

En primer lugar, Horiuchi nos explica que todos los colegios nipones, tanto dentro como fuera de sus fronteras, imparten la misma enseñanza porque siguen una guía de aprendizaje publicada por el Ministerio de Educación: "Ésta se actualiza cada 10 años conforme a las necesidades. Por ejemplo, hace unos 30 años las clases en Japón eran distintas: el profesor explicaba y los alumnos simplemente escuchaban. Pero poco a poco esto ha cambiado y ahora el concepto es distinto, el aprendizaje es mucho más por iniciativa, interactivo y profundo", explica Horiuchi. La ratio de alumnos por clase, dice, es similar a la española, ya que "sigue habiendo de 20 a 40 alumnos por aula", pero igualmente la manera de enseñar nipona fomenta que sean los propios niños quienes "investiguen y presenten sus descubrimientos y proyectos ante los demás".

Masaki Horiuchi sabe de lo que habla: ejerció como profesor en su país natal durante 30 años, al cabo de los cuales aplicó para ser uno de los emisarios que el gobierno nipón envía para verificar la calidad de la enseñanza de los colegios japoneses repartidos por todo el globo. Así recaló en Madrid, en un colegio que abrió sus puertas en el año 1981 gracias a financiación de empresas japonesas y al que acuden niños desde primero de Primaria hasta tercero de la ESO. Sólo niños japoneses estudian entre sus muros.

Durante una clase del colegio japonés de Madrid.

PREGUNTA: En España hemos obtenido los peores resultados de nuestra historia en Matemáticas. ¿Cuál es su fórmula para enseñarlas?

RESPUESTA: De forma parecida a cómo se enseña en España, sólo que después de hacer el examen o de terminar un ejercicio, nos encargamos de revisar todos los procesos y de comprobar cómo se ha llegado al resultado y si había otra manera de solucionarlo. No importa sólo la respuesta correcta, sino el proceso de cómo se soluciona el problema. Se reflexiona mucho sobre él, se escriben todos los cálculos, se hacen gráficos…

Su respuesta nos lleva a pensar en el método kumon, muy empleado en el país asiático. Kumon consiste en un aprendizaje personalizado que permite a cada alumno estudiar al nivel que considere más adecuado para sí mismo, fomentando así la seguridad personal, la concentración y una actitud favorable al estudio. Sin embargo, no es exactamente ese el método que emplean en su escuela: "Nosotros no lo usamos particularmente, pero sí repetimos los conceptos hasta que quedan suficientemente claros, creo que más que en España. Para estudiar un concepto hacemos muchos ejercicios. Para aprender a multiplicar, por ejemplo, si en España se hacen 10 ejercicios, 10 multiplicaciones, nosotros hacemos muchísimos más. Y esto es tanto en el colegio como en los deberes para casa".

Eso nos lleva a otra pregunta: ¿hacen muchos deberes los nipones? Respuesta negativa: en Primaria apenas unos 15 o 20 minutos. En Secundaria, una hora. "Eso sí, cada uno estudia enfocado hacia su punto débil, para reforzarlo", añade Horiuchi.

La Lectura es otro punto fuerte en el informe PISA para los japoneses. Mientras en España hemos bajado de los 477 puntos del informe de 2018 a los 474 de la presente edición, en Japón la cifra asciende hasta 516: "En el informe PISA anterior el resultado en lectura no fue tan bueno", comienza diciendo el director, "así que la Consejería de Educación ha revisado el contenido de los libros y ha cambiado los textos para que el rendimiento sea mayor". Vamos, que se han puesto las pilas. Eso sí, en cuanto a lecturas, reconocen que leen principalmente a "autores japoneses muy conocidos y alguna que otra novela china", pero a pocos escritores internacionales. También el modo de seducir con la lectura a sus alumnos es muy participativo: se discute en el aula la interpretación de los textos según el punto de vista de cada estudiante.

Valores éticos

Además de la formación en sí, para los japoneses el respeto constituye la base de la pirámide educativa. Por ejemplo, cada niño se encarga de limpiar el aula: "Tenemos un tiempo destinado a limpiarla: los niños barren el suelo y pasan la bayeta a sus mesas. En Japón es algo que se hace todos los días después de comer, pues forma parte de la cultura de los japoneses limpiar el lugar que estamos usando, así que los niños ya lo hacen también desde pequeños para acostumbrarse", desarrolla el docente y director.

Masaki Horiuchi, director del colegio japonés de Madrid.

En cuanto a la relación con los demás, los alumnos deben tratar de usted a los profesores y al resto del personal educativo, pero también los profesores han de hacerlo con los alumnos, tengan la edad que tengan: "Entre todos tenemos que crear ese ambiente de respeto".

Por todo ello, la educación japonesa está bien valorada en el país: "La sociedad en general valora mayoritariamente la educación japonesa porque la inmensa parte de la población tiene un cierto nivel de estudios: todos saben escribir, leer y operar". Además, y al igual que en España, la Educación es obligatoria desde Primaria y hasta la ESO, y es completamente gratuita.

Eso sí: entrar en la universidad no resulta fácil. Sólo un 50% de los alumnos que hacen la prueba de acceso obtienen el pase, como nos confirma Horiuchi: "Es un concepto distinto al de España, porque entrar es más difícil, pero luego es más fácil graduarse porque aquellos que acceden tienen una buena base, no suspenden mucho".

P.- Una última cuestión, ¿qué cree que nos falta en la educación española? ¿Qué podríamos hacer para mejorar?

R.- Yo he estado en un par de colegios españoles y creo que tienen una educación muy buena, y muy parecida a la de Japón, pero si tengo que señalar algo diferente es que una clase en un colegio japonés tiene disciplina, y los niños tienen que escuchar cuando habla el profesor. El resumen es ése: los alumnos están más atentos y disciplinados.