Barcelona es la segunda ciudad española, por detrás de Madrid, que más multas de tráfico pone. En 2022, el ayuntamiento de la capital catalana registró 981.877 sanciones por valor de 110,77 millones de euros.
Tan solo diez agentes recaudaron más de un millón de euros cada uno —ayudados por algún dispositivo (como radar móvil) o sin utilizar ningún equipo—. En conjunto, estos agentes pusieron un total de 289.263 denuncias y generaron en torno a 33 millones de euros, según datos del Instituto Municipal de Hacienda.
El agente catalán que más sanciones impuso el año pasado generó 7,5 millones de euros con las 69.840 multas, la mayoría de ellas por exceso de velocidad y con el apoyo de algún dispositivo, según recoge El Confidencial. El segundo agente barcelonés que más multas puso generó 4'5 millones de euros, también con ayuda de algún dispositivo. En tercera posición se encuentra el único agente que más millones de euros recaudó sin ayuda de ningún radar, con 4'2 millones. El principal objetivo de este fueron los 9.028 conductores que se saltaron un semáforo en rojo.
En la última posición se encuentra el policía que puso 5.635 multas de tráfico. En casi todas utilizó el sistema de captación dinámica de infracciones (SCDI) —un vehículo con cámara cuyo fin es detectar conductas comportamientos de riesgo en movimiento—. Y estas superan el medio millón de euros. La mayoría de infracciones que detectó este sistema se debieron a circular por carriles reservados o por no respetar la línea de separación de carriles.
Según Eugenio Zambrano, portavoz de CSIF de la Guardia Urbana, en palabras a El Confidencial, estos agentes "tienen que pertenecer" a la Unidad de Denuncias por Imágenes Grabadas (UDIG) de la policía local, ya que son estos los que reciben las capturas que realiza el radar móvil y las cámaras de los semáforos, "que también se envían a la UDIG".
Por velocidad y estacionamiento
Casi la mitad de las multas de tráfico registradas en la ciudad catalana son por velocidad y estacionamiento, según el Ayuntamiento de Barcelona. Las sanciones más frecuentes tras estas son por acceder a zonas de bajas emisiones, con más de 16,4 millones de euros en multas —cuyo responsable del control es el sistema de cámaras Chronos Eco—, por conducir ebrio y por conducción negligente o temeraria. Las sanciones menos comunes, sin embargo, se debe a tema luces.
Desde el pasado mes de noviembre, la presencia de radares en la ciudad catalana se ha multiplicado. A los 17 radares de punto y los cuatro radares municipales de tramo ya existentes se han sumado 28 nuevos cinemómetros. Desde el Ayuntamiento de Barcelona aseguran que estos radares no están puestos para sancionar, sino para informar de la velocidad a la que va el vehículo, a través de paneles, con el objetivo de que el conductor no pise el acelerador.
Zambrano, en palabras a El Confidencial, cree que "hay un afán recaudatorio en la ciudad de Barcelona con los radares, que van más allá de [reducir] la siniestralidad y van a sangrar al ciudadano", puesto que en 2022 se registraron el doble de sanciones de lo previsto, generando 110,7 millones de euros.